Edward Said (Jerusalén 1935 - Nueva York 2003) en su libro imprescindible y crítico titulado Orientalismo, capítulo I, 4:
"Puede parecer extraño hablar de una actitud textual, pero un estudioso de la literatura entenderá más fácilmente lo que significa esta expresión si recuerda el tipo de perspectiva adoptada por Voltaire en Candide o incluso los comportamientos ante la realidad satitirzados por Cervantes en Don Quijote. Según ambos escritores, el sentido común enseña que es un error suponer que los libros y los textos pueden ayudar a comprender el desorden impredecible y problemático en el que los seres humanos viven. Aplicar literalmente a la realidad lo que se ha aprendido en los libros es correr el riesgo de volverse loco o de arruinarse. A nadie se le ocurriría utilizar el Amadís de Gaula para comprender la España del siglo XVI (o la actual), igual que nadie usaría la Biblia para comprender, por ejemplo, la Cámara de los Comunes. Pero ciertas personas han intentado e intentan todavía usar los textos de esta manera simplista, por eso Candide y Don Quijote siguen teniendo actualmente un gran atractivo para los lectores. Parece que un error frecuente es preferir la autoridad esquemática de un texto a los contactos humanos que entrañan el riesgo de resultar desconcertantes; este error ¿está constantemente presente o hay ciertas circunstancias que hacen prevalecer estas actitudes textuales más que otras?"
Lo dejo ahí como regalo-sugerencia para quienes deseen profundizar, es decir, conocer a través del libro, en la actitud superficial y dominadora que ha tenido la cultura occidental respecto a las culturas y sociedades orientales. Como escribió Juan Goytisolo en el prefacio del libro editado por Libertarias en 1990: "El texto de Said se mantiene rabiosamente actual y vivo: punto de referencia ineludible para un conocimiento más equilibrado y correcto de asuntos tan candentes como el de los conflictos que asolan el Oriente Próximo, el significado del islam y la proyección humana, social y cultural de la tan próxima a nosotros, y no obstante tan ignorada, civilización árabe".
Para comprender España desde Catalunya, hay que leer a Machado y a Cioran, y sobre todo tener conciencia de que la diferencia entre un catalán y un español es... ninguna. Eso, los hay por aquí que aún no se han dado cuenta ni lo aceptan. Incluso ambos coinciden en ignorar la aportación de la civilización Árabe a nuestra cultura.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy hasta el gorro de las identidades, un mito supremacista que no lleva a aproximar sino a imponerse a otros y a dividir y olvidar que el género humano es solo uno.
EliminarPues, en chiringuitos como el de la OMS dicen que no; no solo uno, sino 5 por lo menos: hombres, las mujeres, los niños, las niñas y las personas con identidades no binarias.
EliminarClaro que en otros chringuitos como la Fundación para la Investigación Social Avanzada (Fundac. iS+D) dicen 8: Cisgénero. (Una persona cisgénero es alguien que se identifica con el género que se le asignó al nacer). Transgénero. No binario. Genderqueer. Intersexual. Género fluido. Agénero. Y Género no conforme.
Yo sigo pensando que son dos y basta: Los cachondos y los sosos.
Hace un tiempo que me perdí, es decir, me desinteresé, del neolenguaje, que siempre acaba en el barranco de la opresión de los hombres. Desde que leí "La lengua del Tercer Reich" de Victor Klemperer no he salido del pánico y parece que en estos tiempos desde distintos frentes se insiste en la neolengua que reduce y confunde.
EliminarLo de los cachondos y los sosos está divertido, pero ojo que podrían sudividirse.
Claro, subdivide y subvencerás
EliminarSobrevencerás en este caso, por aquello de la regla de tres inversamente proporcional.
EliminarAlgo no me cuadra en el texto, ¿que decimos de los textos científicos que han sido avalados por la ciencia?, si no creemos en ellos podemos caer en los bulos más facilmente, lo que si es verdad es que si escribes sobre una realidad científica o social, por ejemplo, tienes que conocerla en profundidad, no como los antiguos antropólogos del siglo XIX llamados de salón que escribian desde la distancia de los hechos, hay que acercarse y nojarse.
ResponderEliminarCreo que Said no va por ahí y yo he extrapolado un texto que acaso en su continuidad del libro centre más el tema que persigue.
EliminarCreo que es muy común querer teorizar los acontecimientos del mundo a partir de lo que se lee en los libros, que tiene un muy importante valor, obviamente, pero jamás podrá reemplazar lo que enseña la realidad palpable que nos rodea.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay una tendencia actual, de la que no me libro, a buscar un refugio compulsivo y explicalotodo en loslibros, incluso en los que seleccionamos con más agudeza, con el riesgo de desconectar de la sociedad. Aunque ciertamente no es fácil seguir el hilo de tantos que nos rodean pero con los que resulta complicado dialogar.
EliminarTemos que manter a mente aberta... os livros são essenciais, mas podem ser parciais a um ponto de vista e temos que conhecer os factos todos...
ResponderEliminarNão conheço o autor, obrigada pela dica...
Beijos e abraços
Marta
Leer es fundamental. Pero lo que debemos aplicar son las conclusiones que sacamos cada día de nuestras vivencias.
EliminarSe nos olvida que la vida es corta,y que todo es pasajero. Que lo que damos vuelve que lo que callamos pesa. Que las personas pasan. Que las deudas se pagan, que las heridas se sanan. Y que el tiempo no regresa.
ResponderEliminarDe acuerdo totalmente.
EliminarLos textos solo sirven para orientarte en la búsqueda que cada cual tiene que hacer y si es sobre el terreno mejor.
ResponderEliminarEs decir, como brújulas. Suficiente el símil que sugieres.
EliminarA la lectura se le pueden aplicar muchos adjetivos casi siempre, positivos. Personalmente le debo mucho, aunque a veces simplemente me entretiene...que no es poco.
ResponderEliminarPor supuesto, pero con los años nos volvemos más selectivos en función de nuestras búsquedas e interés por los temas de la vida.
EliminarUna o dos veces en mi vida habré escuchado el nombre de Said relacionándolo con el colonialismo y una o dos veces he opinado sobre ello impresionada, a pesar de no haber leído su libro. Eso no se repetirá porque, como estupendo regalo tuyo que es, decido leerlo a partir de ya mismo.
ResponderEliminarChiloé
Es un libro capital y como parece que cunden neocolonialismos con distintos collares seguirá siendo útil para entender. Creo que Said desenmascaró el cinismo europeo y yanqui respecto a la visión sobre las regiones llamadas orientales. Gracias.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarno se puede tomar un libro al pie de la letra, pero supongo que ayuda a conocer la realidad, o una de las muchas realidades. Me acaba de venir a la cabeza "El hereje" de Delibes. Hay ficción e historia, ¿dónde empieza una y otra? Pero nos da una idea de la Valladolid de entonces, de la España de entonces.
Salu2.
Bueno, tocas un tema, el del Hereje, que le tengo cariño no por esa novela sino porque en el último curso de Bachillerato supe de la existencia del foco protestante de Valladolid y realicé un pequeño trabajo al respecto. Como todo lo protestante había estado además de perseguido también ocultado por la Iglesia y por Franco pues nadie sabía de ello y el que sabía se lo guardaba. Las ideas reformadoras y erasmitas, las avanzadas e ilustradas en su época, no fueron bien vistas en España a raíz de Lutero y se persiguió con saña a todo disidente, que los hubo y muchos, incluso en el clero o acaso sobre todo en el clero. Y Valladolid jugó un papel interesante en mantener un foco de adeptos que acabaron en la hoguera. Cuando descubrí aquello me impactó mucho, porque además hay alguna historia o leyenda, que no es inventada por Delibes, que involucraba a u n platero a través del cual, dicen, dieron con el foco y sus reuniones. Pero el tema es largo y ya está historiado, solo hay que buscarlo.
EliminarAlgo había oído sobre este intelectual palestino, pero estaba olvidado, nunca es tarde para rcuperarlo.
ResponderEliminarAnder
No es que estuviera olvidado, sino que muchos no conocían, pero ponía los puntos sobre las íes.
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