"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





sábado, 26 de abril de 2025

Dirección única. Exequias

 

























Una vez que Caronte me dejó en la otra orilla sentí una placidez que mis anteriores sentidos no habían percibido jamás. 

Ya en la travesía me inquietaba por el clima que iba a afrontar allá, pero el barquero me había tranquilizado. Se ve que usted es de lo más sensible, busca un bienestar donde no hay ni bienestar ni malestar, sino una quietud que no puede definirse en vida. Quede tranquilo, dijo, que no va a tener ni necesidades ni satisfacciones, ni siquiera le acechará nostalgia alguna por un cuerpo y una vida anteriores. A fuerza de conducir sin sosiego a individuos al otro lado he conocido personalidades de todas clases. La suya es de las que más aprecio. Ir con una sensibilidad aguda al espacio donde las sensibilidades no existen, no por ignorancia ni rechazo, sino porque los comportamientos humanos allí no sirven para nada, le honra. Incluso le colocará entre los más dichosos, si es que tras el borde de la laguna podría hablarse de dicha, pero le hablo así para que me entienda antes de que deje de entender nada. La conversación con Caronte me resultaba tan amena que hubiera deseado que el viaje no concluyera, pues las palabras sentidas del remero, intercambiadas con mi curiosidad, no solo reducían mi lógica inquietud sino que me dotaban de una aceptación, sin expectativas ni exigencias, que jamás había tenido antes. Si va allá tratando de retener la memoria de lo vivido vaya echando lastre, me dijo con ironía. ¿Ni siquiera podré elegir un solo recuerdo o una sencilla curiosidad que no satisfice en vida?, le pregunté. El hombre era sabio. No le quitaré intenciones, pero vaya haciéndose a la idea de que al otro lado todo es una pintura negra sobre fondo rojo. Si bien usted permanecerá ajeno a ello. Y no le he puesto un símil por ponérselo, sino que he detectado que usted querrá buscar en el Hades a cierto personaje al que no conoció sino por sus obras y con el que desearía compartir confidencias. ¿Cómo?, salté perplejo. ¿Puede intuir o, mejor dicho, ver que lo primero que preguntaré al llegar allí es por Exequias? El barquero rio. Ustedes, que ya no se saben ni de aquí ni de allí, que son meros pasajeros de la ficción última, me subestiman. Caronte es también usted mismo y soy el último de los hombres en el que puede confiar. Pero no le quitaré intenciones. Tan pronto como se haya hecho a su nuevo no mundo, algo instantáneo al poner pie allí, busque al pintor ático si tanta curiosidad tiene por saber de los secretos de sus trabajos. Deje claro nada más arribar que quiere conocer a Exequias. No debe ser frecuente que un humano de este tiempo llegue buscándolo.  

Al pisar yo terra ignota Caronte enderezó la barca hacia el origen. Nos sonreímos mutuamente, mientras él reemprendía su ardua actividad.




*Copa de Dionisos realizada por el alfarero y pintor Exequias.


30 comentarios:

  1. Muchas gracias por me ter visitado. Um abraço.

    ResponderEliminar
  2. Lástima grande. El viaje a la nada, ni necesita barca ni tiene barquero.
    Caronte siempre llora desconsolado cuando alguien reniega de la nada y se consuela con algo tan oscuro como el inframundo. La nada es el auténtico descanso.
    Recuerdos a Max

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Caronte pasa de todo, incluso de los renegones, al fin y al cabo sabe que a estos no les sirve de nada renegar.

      Eliminar
  3. Seguirá el interfecto oteando el horizonte de la nada con expresión absorta. Ya nos contarás. Adieu!

    Chiloé

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sé que (excepto dicho en clave poética o de ciencia ficción), todo el mundo con dos dedos de frente lo sabe, señor. Y también sé que mi frase debería haber sido escrita entre signos de interrogación.

      Chiloé

      Eliminar
    2. Pero no todo el mundo sabe o no quiere saber (porque no quiere saber), sospecho.

      Eliminar
  4. Dijo el barquero: Te llevo tan solo a otra parte, a otra dimensión, a otro espacio intemporal, no es exactamente el paraíso, pero nadie ha vuelto para quejarse o para deshacer el entuerto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Luego tan malo no será para no haber vuelto (consolación de los que vivimos apegados a esta dimensión que siendo única también es limitada)

      Eliminar
  5. Dejaremos de ser. O pasaremos a ser otra cosa. Pero humanos, nunca más

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mí el discurso acaba en la primera frase que has puesto.

      Eliminar
  6. "no va a tener ni necesidades ni satisfacciones, ni siquiera le acechará nostalgia alguna por un cuerpo y una vida anteriores", un extraño lugar, quizás hayamos malinterpretado todo eso de la muerte, ¿verdad?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que hemos interpretado no sé si bien, regular o mal, es el hecho de vivir. Nadie está preparado para dejar de ser lo que viene siendo.

      Eliminar
  7. Fáckel:
    ay, una de las eternas dudas. ¿Hay algo después?
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Dudas? Quien quiera tenerlas que las tenga, como en todo, pero en este caso no servirá para nada. Bueno, salvo que la utilidad sea esa ilusión tan ilusa (redundancia precisa) de ir a otra vida para no padecer angustia por lo aferrados que estamos a la única que poseemos.

      Eliminar
    2. Fáckel:
      por pensar e imaginar que no quede. Desde luego, hay que intentar aferrarse a esta vida e intentar llevarlo lo mejor posible.
      Polvo eres y etcétera.
      Salu2.

      Eliminar
    3. Hay que vivir, simplemente, por lógica, por inercia, porque estamos para ello, pero hacerlo con riqueza cultural y de convivencia, con dirección constructiva e imaginativa, no solo como amorfos ni como indivuos a los que ponen precio y son manipulados. Sobre los miedos, temores, inseguridades, dudas, angustias y demás manifestaciones coherentes con nuestra naturaleza soy partidario de que debemos acompañarlas de razonamiento. Lo digo pero soy el primero en desestabilizarme cuando me acechan.

      Eliminar
  8. Exequias, parece que fue un pintor/ceramista innovador.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exctraordinario, pero hubo muchos: Clitias, Lido, Pintor de Neso, Sófilos, etc. Fue fascinante la creación cerámica de cinco y seis siglos a.e.c. en la Grecia ática y Magna Grecia.

      Eliminar
  9. Siempre pensé que el verdadero PC es el capitaneado por Caronte. Hay una igualdad innata, no valen regalías, bondadedes, haceres o situaciones personales. Todos igual.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo. Pero visto críticamente el tema que la nada (vía muerte) iguale...no me consuela, vista la división de riqueza y pobreza existente en el mundo, o de dictadores, o de acaparadores ideológicos, o de manipuladores de pensamiento único. Que al no ser y estar no nos llevemos nada no es un pensamiento sino como aquello de mal de muchos, ya sabes.

      Eliminar
  10. Cuando la obra es buena, y no está hecha con el único fin de perdurar, es precisamente eso lo que logra. Además del renombre para su creador.

    Saluydos,
    J.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Supongo que siempre habrá habido intención de que una obra fuera duradera, pero ya en la Antigüedad serían conscientes del uso limitado y efímero.

      Eliminar
  11. Iremos e se tivermos de voltar, quem sabe um dia voltaremos! Tudo sempre permanecerá uma dúvida dentro de nós mesmos!
    Beijinhos, segui o seu cantinho!
    💜💜💜Megy Maia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues nada, de libre elección, pero me temo que en ese viaje no hay retorno. Gracias, Megy.

      Eliminar
  12. Has escollit Exèquies per les exèquies al Papa?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exequias o Exekias fue un ceramista genial de la Ática. ¿Es que ha habido otro Exequias?

      Eliminar
  13. Una buena forma de mostrarnos la entrada en la otra dimensión, en donde nada nos importa, pues dicen que nuestros sentidos están colmados, al no ser necesarios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahí está, en ese tránsito los sentidos han quedado en tiempo pasado, tiempo que ya no percibes.

      Eliminar