"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 1 de abril de 2025

Dirección única. Desaprender, desprender

 










"¿Es que la razón no alcanza a demostrar que lo que tan ardientemente deseas o lo que tan exultante alegría te produce si lo alcanzas no es un bien, y que lo que te oprime y abate hasta el punto de hacerte perder el juicio no es un mal?"

Cicerón, Conversaciones en Túsculo, Libro IV.


Aprender a desaprender. La vida, un aprendizaje permanente. Siempre estamos aprendiendo; es instintivo. Nos mueve la curiosidad fundamentalmente. También el control de nuestros pasos. Buscando o no objetivos materiales que nos aporten beneficio. No todo lo que aprendemos nos gusta, por ejemplo el dolor. Pero toda manifestación nos viene bien para saber del valor de la vida, incluso el dolor. ¿O sobre todo el dolor? No se trata de olvidar lo aprendido sino de saber desaprender de lo vacuo y poco o nada necesario que se había quedado dentro de nosotros: obturándonos, limitando la entrada de lo provechoso, frenando estados de ánimo saludables, ocupando con la escasa entidad de lo insignificante estancias que podrían ser aprovechables, alejándonos del equilibrio, retorciéndonos en la carencia de la armonía. Entonces es cuando desaprender pierde una vocal para transformarse en desprender. Con pronombre adjunto. Desprendernos del peor bagaje. De lo superfluo que, sin embargo, tiene un peso muy gravoso. De la ira, la presuntuosidad, la falta de respeto, la abulia, la soberbia, el desinterés, la ignorancia, la falsedad, el feísmo, la agresividad, etcétera, ¿Cuánto de nuestro corpus de ideas rectoras nos sobra, muchas de ellas ya viciadas desde el primer instante en que las aceptamos? ¿Cuánto de resistencia y negación de lo otro o de los otros no hay que tirar por la borda? Aprender, por lo tanto, a ser unos desprendidos. Que no desocupados.



* Obra de Javier Marín.

16 comentarios:

  1. aprender, aceptarse, enfadarse, pelear y volver a empezar. El día que dejamos de aprender, el día que ya no disfrutamos con lo que el mundo nos ofrece, morimos... bien en cuerpo, bien en alma.

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    1. Así es, una especie de sucesión de ciclos, pero que nunca son iguales, ni en percepción de la vida ni en recursos ni en satisfacción ni en privaciones. No morimos porque dejemos de aprender (hasta el instante final supone un aprender) sino por la reducción de las posibilidades ante el hecho luctuoso (por accidente o por proceso natural) Ahora bien, acepto tu metáfora implícita: morir en vida por abandono de uno mismo es un estado catatónico, fatal.

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  2. Uno se puede desprender de muchas cosas, lo cual no lo convierte en desprendido. Desprendido es el melocotón cuando lo arrancan del árbol o cae por su propia madurez. El ser humano se desprende de cosas, pero si se desprende de si mismo, acaba.

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    1. Es decir, que entonces se convierte en una especie de melocotón, pues o bien el accidente (del tipo que sea) o bien la propia caducidad (por envejecimiento y desprovisión en su cuerpo) acaban con él.

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  3. A los Educadores Sociales nos clavan a fuego todo ese primer párrafo que has reflejado, durante tres años, raro era el dia que no se manifestaban esas frases.

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    1. Claro, uno no ha descubierto nada de eso, o mejor dicho, sí lo ha descubierto para sí mismo en función de la propia experiencia de lo vivido. (Lo sigue descubriendo)

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  4. Aprender para cometer siempre los mismos errores. A veces pienso que sería mejor desaprender muchas cosas.

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    1. Contemos y recontemos también los aciertos (para ser justos y mantener una llama)

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  5. ¿Desaprendemos, o más bien, olvidamos?

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  6. O problema será quando não aprendemos nada com os erros...Aprender a ser justo, a corrigir a trajectória de vida, a tornar-se mais humano....
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Cada día nos tenemos que enfrentar a los riesgos, ¿no? A los señuelos y a las tentaciones, a las ambiciones y a los recelos, pero conviene afinar el arma de la duda, fortalecernos en el razonamiento y cultivar la prudencia. Esto es vivir, nada nuevo pero ahora nos toca jugar la partida que nuestros ancestros jugaron antes, con suerte diversa.

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  7. Cuando te leo intuyo que en realidad hablas para ti mismo, no quiero pensar que nos estés echando el sermón a los demás porque por lo que he leído otras veces no vas de salvar el mundo.

    Ander

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    1. Por supuesto que hablo para mí mismo. ni mi intención es pontificar a nadie, hago uso de la expresión desenfadada aunque me huelo que malos tiempos para decir lo que se piensa. Allá músicas, que decía mi padre.

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  8. Qué buen mensaje: aligerar la carga de lo vacuo, de lo negativo, de lo nefastamente complejo y superficial. "Entonces es cuando desaprender pierde una vocal para transformarse en desprender." Me quedo meditando. Abrazos

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    1. Cada uno sabrá, sabremos. Pero tal como va el mundo acaso nos toca hacerlo a la fuerza y de mala manera.

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