¿Qué tienen en común estas dos expresiones?, dice Max. ¿Cuáles?, inquiero. Una antigua y desusada, aunque no estoy seguro si del todo, Deutschland über alles, que era cantada en un himno nacional por una sociedad de funesto recuerdo. Y esta actual America first, que pronunció antes, durante y después un presidente reelegido recientemente, y por supuesto cantan sus millones de seguidores. Pues no sé, le digo, me sugieren varias coincidencias. Max no duda. Solo hay una y fundamental: que las palabras preceden a los hechos.
P'alante...palabras de un rústico.
ResponderEliminarNi me lo menciones.
EliminarEn este punto es cuando mucha gente exclamaría: — «Tan cierto como que Dios existe»— Yo digo que muchiiiiiisimo más cierto. Las palabras preceden a los hechos, excepto cuando las pronuncia Puigdemont.
ResponderEliminarLos parlanchines y voceadores sobran en este país.
EliminarCreo que el funesto y el actual se dan la mano, que llegue más o menos lejos, lo iremos viendo con el tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Y sufriendo las consecuencias.
EliminarNacionalismos que esconden intereses de unos pocos, populismos siempre, trágicos errores de la historia.
ResponderEliminarCon su consiguiente coste de vida, expulsiones, devastaciones y borrados.
EliminarYo digo ... que las palabras en alemán, independientemente de su contenido, dan más miedo.
ResponderEliminarLas palabras de aquel innombrable daban pánico, pero escuchar al anglosajón recuerdan mucho al que hablaba, perdón, ladraba perjudicando el idioma alemán.
EliminarPues sí, vas acumulando palabras como un avaro que junta sus monedas. Si acumulas muchas palabras, durante muchos años, acaban por parecer la realidad y te permiten actuar, es decir, crear hechos... No inventamos nada, repetimos los mismos errores y elevamos a los mismos altares a esos dioses del horror.
ResponderEliminarPalabras mentirosas, pero no es nuevo, ve a atrás y comprueba cómo ya en los textos bíblicos se practicaba el mismo ejercicio.
EliminarMe seducen y preocupan mucho más los hechos que las palabras. Así me lo dicta la relativa experiencia que tengo de la vida...
ResponderEliminarTambién las palabras son hechos, me temo. O una parte de ellos.
EliminarY a qué velocidad cabalgan las palabras, Fackel, a este paso las palabras van a dar paso a las trompetas de jericó.
ResponderEliminarAnder.
No me atrevo a decir que exageras.
EliminarHace rato que los hechos cual trituradora de carne han anticipado a las oscuras palabras. Y así nos tienen de un escenario a otro sin respiro ni asombro a esta altura del partido.
ResponderEliminarEs que cometimos el error de creer que las palabras no forman parte de los acontecimientos, ya pasó hace casi un siglo y mira.
Eliminar