"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





jueves, 29 de febrero de 2024

Ejercicios de instinto (Amaneceres)

 



Lento el vuelo y el instinto aún turbio
             fue el sueño claro, como la luz del día
mas al abrir los ojos la confusión persiste
cenáculo de pensamientos sin sosiego

adviene un ingrávido bostezo
             os saludáis el otro y tú
en un balbuceo de palabras 
frente a un espejo de dudas compartido

el instante te lleva a recrear su antítesis
             no es algo mórbido sino solo juego: 
no despertar ya nunca
el hombre juega a morir desde que nace

apartas la tristeza del vacío
            para qué poner rostro al borrado de la vida
y un vaho débil escupes al cristal 
buscando recuperar inciertos sueños

una instantánea serenidad te alivia  
             escuchando al filósofo de Samos: 
mientras vives no existe lo que temes
y cuando exista no estarás para temerlo

la luz se crece y reclamas su despliegue
             elevando un brindis sarcástico a las horas





*Dibujo de Inés González Soria

18 comentarios:

  1. Hay que intentar despertar vestido para la ocasión y con la ilusión renovada.

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    1. No hay como la desnudez del sueño para prepararse a un nuevo día.

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  2. Una unión con el ave en su vuelo. que nos inspira a despertar con él.

    Un bello poema. Un abrazo.

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    1. Ave que llevamos dentro y reflexiones matutinas para que la sangre no llegue al río. Gracias y buen día para ti.

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  3. Cada paso nos lleva a la tumba, mas no por eso, dejamos de caminar.

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    1. O a la ceniza, y el reto es cotidiano, pero no por eso hay que detenerse voluntariamente, como bien dices.

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  4. Ni más ni menos, Fackel, al cabo, el final de la vida no es otra cosa. Pero cómo lo dices, Mon Dieu! Pues yo, en homenaje a ti y a Inés González Soria (enorme artista entusiasta de las criaturas del aire), añado este poema fabuloso -el tuyo no le va a la zaga- de Bertolt Brecht:


    Cuando en la blanca habitación del Hospital de la Charité  

    desperté hacia el amanecer

    y oí el mirlo, lo tuve

    aún más claro. Ya hace mucho tiempo

    que no temía a la muerte, pues nada

    puede faltarme si yo

    mismo falto. Ahora

    también he logrado alegrarme con todos

    los mirlos que cantarán cuando yo no esté. 



    Chiloé

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    1. El poema de Brecht: O no lo conocía o no lo recordaba (lo que ha leído uno en el pasado acaso ha sido baldío pues no tenía su contrapartida: las vivencias, la experiencia, el transcurso...para llegar a ciertas conclusiones) Pero lo voy a degustar nuevamente merced a tu propuesta.

      Gracias, Chiloé, siempre lista.

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  5. sentidos versos, agudo pájaro!

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  6. Buena actitud un brindis sarcástico a las horas que hay unas cuantas a lo largo de la vida. Ander

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    1. Sí, Ander, más vale un brindis y si es con vino y no solo con metáfora, mejor.

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  7. "Carpe Diem", pues: "... mientras vives no existe lo que temes
    y cuando exista no estarás para temerlo".
    Fackel, hay publicada alguna recopilación de tus escritos que se pueda adquirir?
    Pues debería de haberla, si me dices que no.
    Feliz semana!

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    1. Solo la hay en estos casi 18 años de existencia de este blog, y de otros blogs que tengo por ahí. Carpe diem también en mis improvisados escritos. Viivir la efimereidad (disculpa el vocablo inventado)

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  8. Jo vaig començar el primer blog fa disset anys! També penso que n'hauries de fer una publicació. Aquest "y cuando exista no estarás para temerlo" potser indica que algun dia algú ho farà.

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    1. Me da lo mismo, Helena, lo escrito es para mi caminar y no para sentar ni doctrina ni regla para nada, son simplemente ocurrencias, como las del monje japonés aquel.

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  9. Fáckel:
    el despertar siempre es incierto, ¿cómo se desarrollará el día? ¿Podré enderezarlo si se tuerce?
    Salu2.

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    1. Aunque no tiene que ver del todo con tu comentario me has recordado unos versos de Don juan Tenorio: "Un punto de contrición / da al alma la salvación". No pensemos tanto en el pecado del que nos hablaron siempre, que no sirve para nada, pero sí de las reflexiones mínimas que uno puede y debe hacer al despertarse. Casi todo es enderezable.

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