Mira, soy el viento. ¿El viento que deja atrás al viento? ¿Y no te da pena? ¿Por qué me va a dar pena si he nacido del viento? Ah, es verdad, eres como los vilanos. ¿Qué son los vilanos? Pues eso, niños pequeños que algunas plantas sueltan para que floten por el aire y reposen donde se les antoje. ¿Como yo, entonces? Claro, tú también eres un vilano que desafía al viento. Porque ya no te dejas solo llevar por él sino que le tomas la delantera. ¿Crees, abuelo, que al viento no le molestará? El viento está curado de espanto, sonríe el viejo. Mira que lleva toda la vida haciendo y deshaciendo y no le preocupamos lo más mínimo los humanos.
¿Desde cuándo existe el viento? Desde antes que los humanos de ahora y los de antes existieran. Entonces el viento debe ser muy antiguo, ¿verdad? Pues imagina, porque los paisajes que vemos actualmente no fueron antes así y parte de la culpa de que cambiaran se la lleva el viento. ¿Por qué culpa?, se irrita levemente el chico. Es verdad, no es culpa, es simplemente el objetivo que tiene el viento. Cambiar cuanto pilla a su paso. Modificar lo de aquí y resucitar lo de allá. Acaba a veces con unos paisajes y abre otros nuevos. Pero ya te digo que no es el único que lo cambia todo.
¿Quién más ha cambiado lo que vemos? Los movimientos que hay dentro de la tierra, por ejemplo, o los humanos mismos, pero ese es un tema más complicado de explicar. ¿Quieres decir que yo también cambiaré? No lo dudes, y como el efecto del viento, o más que del viento. Una y mil veces. ¿Eso es bueno o es malo, abuelo? Mira, esa es la condición necesaria del vivir. Unas veces flotando y otras con los pies en el suelo.
Me ha gustado eso de ser hijo del viento, abuelo. El niño se lanza a la carrera. El viento se aparta, porque le arrastra la vorágine de la criatura.
Me has traido a la memoria a dos personajes relacionados con el viento, aunque puede que haya mas, uno de ellos es Eolo el dios del viento y el otro es más humano es Frederick Carlton 'Carl' Lewis leyenda del atletismo mundial.
ResponderEliminarSaludos
Y tanto, dos personajes paradigmáticos. Todos vamos por la vida desafiando a los vientos.
EliminarEl viento, como el río, nunca es el mismo.
ResponderEliminarNo hay más que ver en lo que han quedado los paisajes a lo largo del tiempo.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarel viento y la lluvia lo barren y lavan todo, pero cuando se desencadenan y se alían, ni te cuento.
Salu2.
Esos elementos naturales -y otros- han configurado el planeta. Ojalá la mente de los humanos se ventilara más ética y culturalmente hablando.
EliminarExcelente lectura, sabiduría de un abuelo que exhala experiencia en cada palabra y un nieto que refleja la misma inquietud y el mismo interés por vivir y aprender que alguna vez tuvo el anciano en su infancia.
ResponderEliminarNo podemos evitar que el aire sople, pero podemos aprender a movernos a favor del viento o incluso a volar con el viento en contra.
Tu texto invita a pensar y reflexionar más allá de la misma interacción de tus personajes y eso es una capacidad que no todos los autores poseen y que te distingue como una buena pluma.
Parafraseando tu obra diría que, leer tu trabajo es como recibir un viento refrescante que oxigena el alma y que endulza el día.
Gracias por compartir tu talento
Lo que escribo son solo ocurrencias, Juan Carlos. Aportar acaso alguna reflexión, nada novedosa seguramente, y quedarme a gusto. Concibo el modesto ejercicio de escritura como algo sensitivo, y si de paso es gimnasia, pues mejor.
EliminarMe ha gustado tu pensamiento:"No podemos evitar que el aire sople, pero podemos aprender a movernos a favor del viento o incluso a volar con el viento en contra." Cuestión física que debemos llevar al terreno personal y colectivo donde impere la racionalidad y la ética, al menos hay que intentarlo.
Gracias por el estímulo de tus palabras.
Yo tenía una ventana que daba al sur. En los tiempos más oscuros de mi vida, pasaba largas horas absorto, asentado y casi inmóvil desde mi enfermedad, mirando por aquella ventana; en ocasiones con las cortinas tiradas y en otras, con ellas replegadas. Miraba sin ver como pasaban las nubes y los pájaros.
ResponderEliminarUn día, se me ocurrió abrir aquella ventana que daba al sur. Y ocurrieron dos cosas maravillosas: Escuché las risas de los niños en la plaza y también, la habitación se inundó de la brisa fresca que el viento transportó.
Curé.
Y desde entonces en ocasiones me surgen cantos que hablan de la ventana de los vientos favorables, aquella que daba al sur.
Mirar una ventana opaca debe ser una tortura, no sé cómo no caíste deprimido. Al abrirla un día entraron dos aires, dos vientos: el atmosférico, siempre saludable y medido, y el de la comunicación lúdica, vital seamos niños o viejos (más fácil siendo niños, por supuesto, ser lúdicos en la edad provecta es un lujo)
EliminarCreo que a quien más o a quien menos nos llegan ecos de voces gratas. La ventana, gran metáfora.
Querido Fackel: No podía caer deprimido; ya estaba en una depresión. No se lo deseo a nadie.
EliminarCabía esa posibilidad de interpretación; ahora no me queda duda. Pero la superaste. No es de desear a nadie, no.
EliminarMe gusta el niño que juega con el viento...
ResponderEliminarMe gusta el niño, aunque no haya viento.
PD: Muy interesante el anexo, ¡que desconocía¡, todo sea dicho, que insertaste en el bloc.
He estado fuera unos días con todo apagado.
Salut
Por supuesto, hay niños de todas clases. El mundo interior y la capacidad expresiva de cada cual es diferente. Pero hay un espacio de juego donde todos coinciden. Un espacio que moldea el viento, sin duda.
EliminarLa energía del niño compite siempre con el viento.
Claro que el niño va a cambiar más que el viento. Precioso este nuevo relato entre abuelo y nieto. Saludos, Fackel y feliz noche.
ResponderEliminarYa ves, incluso seguimos cambiando varias décadas después de haber sido niños...Saludo y calma.
EliminarQué belleza de preguntas y respuestas. Somos filósofos desde niños. Qué lindura. Y cambiará, seguro, pero si mantiene la curiosidad en la mirada nunca será anciano.
ResponderEliminarUn abrazo a ambos
¡Ahí está! Evitemos con la mirada curiosa, perpleja e incisiva que la ancianidad sea letal antes de tiempo. Qué bien, María Paz.
EliminarO vento escreve histórias... na mente de cada um...são histórias diferentes, mas todas se resumem ao mesmo: mudança...Não do vento, mas em nós...
ResponderEliminarComo sempre, um texto interessante...
Beijos e abraços
Marta
Los humanos, cómplices del viento, habitando nuestros propios vientos, unas veces flotando, otras cayendo, otras más agitándonos en nuestras resurrecciones cotidianas.
EliminarNo estaba al corriente de los vilanos, de la palabra quiero decir, que en primavera son muy visibles ji,ji. Cuanto me ha gustado esa idea del viento que moldea lo que toca, aunque hay vientos y vientos, eso sí. También el cambio es nuestro milagro o nuestra pesadilla, pero es la condición de la vida y resistirse no siempre está en nuestras manos.
ResponderEliminarLa foto de hoy es curiosa, supongo que de alguna forma la has matizado.
Un abrazo Fackel!!
Los cambios, Ana, van a producirse siempre, antes o después. Se trata de estar preparados y pertrechados, porque si algo define a la condición humana desde el principio de los tiempos es la capacidad de adaptación. Quien no se adapta, perece.
EliminarY sobre el viento, mucho respeto. Cómo ha moldeado paisajes que hoy no se parecen a los de hace milenios o más lo fui aprendiendo desde las lejanas visitas a las que nos llevaba un gran geógrafo que tuvimos.
La foto salió así, no me digas por qué. Precisamente por ese efecto casual surgió la sugerencia de hablar sobre el viento y el niño. Es que uno es así, receptivo a lo imprevisto.
El viento se lleva las palabras y también los sueños, aunque parece que el niño va más rápido.
ResponderEliminarNo suporto gens el vent
i menys la tramuntana,
ni el seu udol gemegós
pel voltant de les estances,
o com castiga els arbres
a ballar estranya dansa,
arrossegant les fulles
lluny de les seves branques.
Bufa el vent i tot vola
no hi ha control arreu
i quan cau s'esmicola
portes i finestres bateguen
llurs cors accelerats
vidres i gerros trencats
i alguna que altra teula
acaba parant per terra.
No suporto gens el vent
i menys la tramuntana.
Parlem de la marinada
que és de bufada agraïda
sobretot cap a l'estiu
albirant la mitja tarda.
Saludos.
Un poema clarificador respecto al significado personal del viento. No obstante salva a una modalidad de viento llamada marinada. Quizás lo he percibido por ahí sin saber su nombre.
EliminarEn efecto, suele decirse que el viento se lleva las palabras, pero acaso solo las hace girar, porque ellas y no te digo los sueños aparecen nuevamente cuando menos se los espera.
Per a mi el vent és la imatge del que no es veu, però hi és, com l'art i la poesia. La fotografia que has posat és molt suggeridora en aquest sentit, per cert.
ResponderEliminarQue reculi el vent davant d'una criatura desperta com aquesta!
Claro que está ahí, nos acompaña, y se siente tanto que hasta hemos hecho de él una metáfora muy aplicable a distintas cuestiones. Por ejemplo, se dice: los vientos de la historia. O recordaré a Miguel Hernández al que le condenó otro viento inclemente y cruel. cantando aquello_
EliminarVIENTOS del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me avientan la garganta.
El poema debería leerlo toda la plebe que se dedica a hacer memes idiotas por las redes y a intoxicar malevolamente.