¿Oyes el dulce sonido de la madrugada?
Dices: serán las olas que transportan una orquesta
para nosotros dos.
Sus arpegios alzarán la casa donde habitemos.
¿Reconoces el obscuro lenguaje que confunde nuestros sueños?
Dices: El océano no sabe de las horas.
Ve que todo ha quedado de pronto detenido.
¿Anhelas tardíamente lo que no retuviste en tus sentidos?
Dices: Mis sentidos entonces eran inestables y difusos.
No supieron interpretar las líneas del horizonte.
¿Te hiere el frío temible de la soledad?
Dices: Aléjame del olvido.
Que tus dedos se hundan en la arena de mi piel.
¿Temes que un rumor de cabalgaduras llegue desde la lejanía?
Dices: Llévame donde la muerte no tenga memoria.
Debe existir tal lugar.
Ese lugar debe de ser el presente, esa madrugada de dulce sonido, esa compañía que espanta los miedos y hace irrelevantes los olvidos.
ResponderEliminarEscribes una conversación que abre múltiples caminos de reflexión.
Besos
En la imaginación siempre hay un mundo de posibilidades, y a medida que se avanza en el camino es un enigma saber si todas permanecerán o habrán desaparecido.
EliminarQualquer lugar tem uma memória....e nem há horizontes. Acho que, a certa altura da vida, simplesmente paramos...talvez porque achamos que vivemos tudo...mas o oceano continua vivo e os sentidos também.
ResponderEliminarBeijos e abraços
Marta
Es probable, pero sucede que cada individuo tiene su merma, se reduce su ámbito y la tentación del olvido se impone. Lo malo es cuando algo dentro de uno se rebela y no acaba de aceptar ese atum.
EliminarUn petit bonjours.
ResponderEliminarJe regrets n'avoir que le traducteur de Google, ce qui limite toute la subtilité de ton texte!
Très bon weekend A +
Quoi qu’il en soit, bienvenue dans votre approche du blog, Daniel.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarsi lo encuentras, manda las coordenadas de ese lugar, por favor.
Salu2.
Me temo, Diego, que cuando descubra las coordenadas no podré regresar a dártelas. Y desde el lado de la nada no existen whasapps.
Eliminar¡No me he explicado bien! No he interpretado ese lugar como la muerte sino como un lugar idílico en el que esa misma muerte no tenga memoria, no se acuerde de nosotros, nos deje vivir. Por eso lo de las coordenadas.
EliminarUn saludo, Fáckel.
No lo he interpretado yo debidamente. Disculpa. Debe ser porque me fío poco de los lugares idílicos, si es que los hay. Y si queda alguno que nombramos así resulta ser pasajero. A veces pienso que lo verdaderamente idílico es que podamos seguir respirando cada día.
EliminarAhí, donde lo ultimo, yo también me apunto. ¿se admiten trios, no? Envía ubicacion.
ResponderEliminarAbrazooo
Soy más de Eros que de Tánatos, aun sabiendo que uno no puede escapar a ninguna de las dos pulsiones; pero sabiendo que del segundo no escaparé no invito a participar antes de tiempo a nadie, allí no hay tríos que valgan.
EliminarNo sabía nada de la existencia de la tablilla de Ugarit y te agradezco Fackel que lo saques en el blog. Aunque la traducción es arriesgada la partitura parece un canto a la esperanza. De todas las versiones musicales me quedo con la de La Seño Acordes https://www.youtube.com/watch?v=mfhpXnDDSoQ
ResponderEliminarY en cuanto a lo que has escrito es muy bello. El sonido de la madrugada puede ser dulce si en nosotros anida la confianza de que saldremos adelante, lo hemos hecho tantas veces. No anhelo lo que dejé pasar, más bien lo recuerdo con cariño y sé que me ha servido para escoger mejor en alguna ocasión posterior. Y pienso que la soledad daña si consideras poca cosa tu compañía, lo veo así.
Respecto a la muerte, para mi que la llevamos dentro como la vida. Es posible que haya un momento en el que le damos permiso para que ella se haga cargo, por no esperar a que nos dé el susto, hay casos en los que las personas se dejan morir.
Y ahora sí que me despido, te deseo buena jornada y bienestar!!
Ay, la tablilla de Ugarit, yo que tú no contemplaría el texto en aquel marco del Mediterráneo, no vaya a ser que otros textos ugaríticos (los de verdad) se molesten. Desarrollas bien la interpretación del argumento, solo un matiz: la vida implica el Todo y la Nada. ¿Qué dirime el juego? El Tiempo.
EliminarGracias por el enlace, prospectora.
Cuando algo tiene interés para mi, si puedo lo miro detenidamente jajajajajaja.
EliminarHaces bien.
EliminarLeyendo los comentarios de este blog, se aprenden idiomas.
ResponderEliminarMuchas gracias y enhorabuena por esa genial entrada en todos los sentidos.
Saludos cordiales
Por supuesto, yo aprendo un poco más catalán gracias a los comentarios de otra bloguera . Las lenguas deben unirnos. No los gritos y alaridos enloquecidos de ciertas chusmas que propagan odios y desencuentros. Gracias, Luis Antonio.
EliminarAnhelo lo que no fue, lo que es y lo que llegará a ser. Hoy por hoy, mi presente es mi lugar. Un relato que tiene muchas ramas de reflexión, Fackel.
ResponderEliminarProbablemente, lo defines bien. La vida del individuo se nutre de tiempos, paisajes, personas, y de sueños y deseos. Los sueños y deseos, y las aspiraciones, aunque no se materialicen y se toquen, forman parte de lo que somos. Siquiera porque les hemos dedicado atención.
EliminarOjalá existiera tal lugar, Fackel. Un texto precioso, cuajado de poesía, que nos habla de la dualidad de la existencia humana, del amor y de la muerte, de la vida en sí, puesto que el amor y el erotismo son símbolos de vida y continuidad, y de su fin, tan poco deseable para nosotros como necesario, pues sin ese fin tampoco podría existir la continuidad de otras vidas, ya que al morir cedemos nuestro espacio a las generaciones futuras. Una preciosidad de escrito, te felicito. Un abrazo y feliz finde.
ResponderEliminarEn efecto, tal como dices, es que el gran pulso se da entre Éros y Tánatos, tantgo en los individuos comko en las sociedades. Gracias, Mayte.
EliminarNo creo que exista tal lugar, pero la conversación tiene aspectos más que interesantes.
ResponderEliminarUn abrazo
Es la antítesis de 'utopía', que significa: no hay tal lugar, por mucho que algunos aspiren a ello. Es la oposición entre realidad y deseo.
EliminarCasi nada sabemos de la vida que transitamos, por lo menos yo, y casi nada sabemos de la muerte que esperamos con la incertidumbre de desconocer hora y lugar a no ser que sea programada... Cada cual tiene sus convicciones al respecto y, muchas veces, se proyectan en sueños y en textos... A mí me ha gustado mucho este texto tuyo...
ResponderEliminar¿Habitan en los sueños las "voces" del pasado? ¿Y las del futuro?
Y, si como se preguntaba Eurípides, ¿los muertos fueran los vivos y los vivos los muertos?
La muerte no tiene memoria, pero forma parte de nuestra memoria...
Los vestigios de la historia están llenos de testimonios de vida y de muerte que sugieren interrogantes...
Ni las voces ni las señales del futuro habitan sino como posibilidad abstracta y anhelo impredecible. Las voces siempre provienen de atrás (saben seleccionarse) Los ruidos del presente (tienen que depurarse para separar grano de la paja)
EliminarEurípides no es el único que se lo pregunta. Lo muerto es el olvido total (aunque cada cual tenga recuerdos y se monte mentalmente sus diálogos) Porque lo muerto nunca retorna (solo la idea que tenemos los vivos es obsesiva en el asunto)
En efecto, tantos interrogantes dese la Prehistoria...
Olvidar es una muerte en vida.
ResponderEliminarAnder.
En cierto modo, y según y sobre qué. También se habla de la necesidad de cierto olvido para no pasarlo peor. Pero yo creo que en todo hay que matizar. Gracias.
EliminarMaravillosa la entrada de hoy, Fackel, muy poética. El lugar debe existir y lo visitamos en vida más de lo que creemos. Precioso. Un placer leerte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buen fin de semana.
Probablemente sea como dices esa visita. Agradezco tu paso por aquí, Rita.
ResponderEliminarAixò no és un relat, ni un diàleg, és poesia! I difícil! És una paradoxa "Aléjame del olvido" i "Llévame donde la muerte no tenga memoria".
ResponderEliminarMe la pots explicar una mica?
Està bé que aprenguis català amb els meus comentaris!
Tengo detrás en mi vida un largo recorrido de escuchar catalán, en parte por motivos laborales, en parte por amistades, en parte por viejas historias fraternas y también afectivas que nos unían a muchos. Pero ahora no sé explicar nada más sobre ese poema, me tendrás que disculpar.
EliminarQuerido Fackel, aquellos lindos tiempos: la nieve olía a suburbio, las panaderías cerrando... las luces bajas. En esta época ya sabes que olía a canela, a vainilla, a cidra. Tú en todos los lugares remotos
ResponderEliminarUna vez hubo un largo recorrido desde las aldeas gélidas hasta las ciudades del desierto. Sobrevivieron los aromas.
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