En este año electoral a varias bandas, según, donde el riesgo de polarización política parece haberse asentado, para irracionalidad de unos, necedad de otros y escepticismo de bastantes, y ojalá la cordura ajena se imponga y me corrija, probablemente vamos a ver desfilar a muchos cómicos, y espero que no todos lo sean o al menos no actúen con escasa honestidad.
De ahí que rescate una imagen de la compañía teatral de siglos pasados, la bojiganga, que ofrecía al deleite de las masas su visión satírica y mordaz para bien llevar y mejor comprender los aconteceres a que sus existencias eran sometidas. Uno de los personajes de la bojiganga era un diablo que, esgrimiendo un palo en cuyo extremo iban atadas una vergas de vacuno, azuzaba bien a otros actores por mor del guion bien al público al que quería cómplice de la representación. Para mejor alegrar y sobrellevar los sinsabores y penurias de la vida cotidiana.
Atentos, pues, al juego que las bojigangas de nuestros días nos inviten. Mejor practicar la chanza, no obviando cuanta verdad pueda mostrarse entre promesas vanas, y llevar del mejor y racional modo posible las suertes de la interpretación, asumiendo los límites del argumento y no pidiendo peras al olmo.
En un capítulo de El Quijote (Capítulo XI, de la Segunda Parte) aparece la bojiganga y el travieso demonio -que acabó con el rabo entre las piernas- contra el que está dispuesto a reaccionar nuestro más insigne, cuerdo y real caballero que jamás hayan tenido y seguimos teniendo en nuestra idiosincrasia los españoles.
"...Estando en estas pláticas, quiso la suerte que llegase uno de la compañía, que venía vestido de bojiganga, con muchos cascabeles, y en la punta de un palo traía tres vejigas de vaca hinchadas; el cual moharracho, llegándose a don Quijote, comenzó a esgrimir el palo y a sacudir el suelo con las vejigas y a dar grandes saltos, sonando los cascabeles, cuya mala visión así alborotó a Rocinante que, sin ser poderoso a detenerle don Quijote, tomando el freno entre los dientes, dio a correr por el campo con más ligereza que jamás prometieron los huesos de su notomía. Sancho, que consideró el peligro en [que] iba su amo de ser derribado, saltó del rucio y a toda priesa fue a valerle; pero cuando a él llegó, ya estaba en tierra y, junto a él, Rocinante, que con su amo vino al suelo: ordinario fin y paradero de las lozanías de Rocinante y de sus atrevimientos.
Mas apenas hubo dejado su caballería Sancho por acudir a don Quijote, cuando el demonio bailador de las vejigas saltó sobre el rucio y, sacudiéndole con ellas, el miedo y ruido, más que el dolor de los golpes, le hizo volar por la campaña hacia el lugar donde iban a hacer la fiesta. Miraba Sancho la carrera de su rucio y la caída de su amo, y no sabía a cuál de las dos necesidades acudiría primero; pero, en efecto, como buen escudero y como buen criado, pudo más con él el amor de su señor que el cariño de su jumento, puesto que cada vez que veía levantar las vejigas en el aire y caer sobre las ancas de su rucio, eran para él tártagos y sustos de muerte, y antes quisiera que aquellos golpes se los dieran a él en las niñas de los ojos que en el más mínimo pelo de la cola de su asno. Con esta perpleja tribulación llegó donde estaba don Quijote, harto más maltrecho de lo que él quisiera, y ayudándole a subir sobre Rocinante, le dijo:
—Señor, el Diablo se ha llevado al rucio.
—¿Qué diablo? —preguntó don Quijote.
—El de las vejigas —respondió Sancho.
—Pues yo le cobraré —replicó don Quijote—, si bien se encerrase con él en los más hondos y escuros calabozos del infierno. Sígueme, Sancho, que la carreta va despacio, y con las mulas de ella satisfaré la pérdida del rucio.
—No hay para qué hacer esa diligencia, señor —respondió Sancho—: vuestra merced temple su cólera, que según me parece, ya el Diablo ha dejado el rucio, y vuelve a la querencia.
Y así era la verdad; porque habiendo caído el Diablo con el rucio, por imitar a don Quijote y a Rocinante, el Diablo se fue a pie al pueblo y el jumento se volvió a su amo."
(Personaje de bojiganga. Grabado de Tony Johannot)
Al final todo queda como estaba, igual que con las promesas que nos van a soltar a cambio de un voto.
ResponderEliminarYa, pero prefiero elegir entre las diversas bojigangas a tener que soportar una sola de pensamiento y acción únicos, como la que ya soporté por décadas. Y que no era nada entretenida
EliminarBojiganga es lo que hacen nuestros políticos en época electoral, ir de pueblo en pueblo contando historias.
ResponderEliminarSaludos
O de red en red, ya sabes, por aquello de la aldea global que decía el teórico de la comunicación.
EliminarTu primer párrafo es conmovedor. Responde a la llamada segunda virtud cardinal: la esperanza. Ya me gustaría a mi, notar el más mínimo atisbo de las dos primeras virtudes, pero no. Ni fe, ni esperanza. En cuanto a la última de ellas, la caridad, para los actores de la bojiganga, no me queda ni un centavo.
ResponderEliminarMe has hecho recordar las virtudes del catecismo. De mayor uno descubre que lo que la ideología cristiana te impone, habiéndose adueñado previamente de ellas, pueden ser propiedades puramente humanas, materiales. Pero prefiero ahora las cardinales a esas que citas que llamaban teologales. Prudencia, justicia, fortaleza y templanza me parecen propiedades y ejercicios tangibles de una personalidad humana y que no pertenecen a los ideólogos religiosos. Pero las que citas son tan etéreas como incomprobables y, sin embargo, también son devaneos mentales. Fíjate que hay en cada espacio una que se contrapone a la otra clarísimamente: la caridad a la justicia. ¿Con cuál te quedarías, suponiendo que fueran posibles?
EliminarLa bojiganga venía a ser una precuela de las comparsas de Cádiz o les Caramelles. o algo por el estilo.
ResponderEliminarRecuerdo al Profesor Tierno Galván decir que las promesas electorales se hacían sabiendo que no se iban a cumplir.
Saludos.
Como producto del Siglo de oro no lo relacionaría con las comparsas modernas, aunque acaso estas copiaran algo de las compañías de teatro antiguas. Tierno Galván sabía de qué iba el tema electoral aunque se atuviera al guion.
EliminarLa realidad se parece cada vez más a una tragicomedia. Bastante mediocre por aquí. Y nosotros en el medio, entre el escenario y las gradas
ResponderEliminarPero somos actores también, de un modo u otro, por acción en unos casos, por omisión en otros. El gran teatro del mundo y sus expresiones concéntricas.
Eliminarte imagino loco
ResponderEliminarnecio, guapo ,acaloradamnere sensual
Ni que me estuvieras viendo a través de la bola de cristal...
EliminarJo crec que hi ha diferències, com en tot.
ResponderEliminarLas hay, en personas, en grupos, en actitudes, pero la sana y necesaria votación suele trucarse en electoralismo. Por ejemplo, muchos políticos viven más de hacer las cosas con cálculo electoral que por afán cívico, pero el tema es largo.
EliminarParece que no hacemos más que avanzar para llegar hasta el punto de partida...
ResponderEliminarNo creo en el paso del cangrejo, salvo para el cangrejo, que en realidad avanza, ojo.
EliminarAy, cómo nos zarandean con el espectáculo...
ResponderEliminarEso sí, y muchos salen a bailarles el agua.
EliminarEl Quijote siempre actual.
ResponderEliminarEs que los personajes del Quijote siguen existiendo, con otros disfraces de forma que no de actitudes y comportamientos de fondo.
EliminarFáckel:
ResponderEliminaren mi modesta y poco útil opinión, ningún político actual serviría ni para hacer de bojiganga. Eso sí, ¡cómo me gustaría verlos, si no azotados, que parece algo así como de Kunta Kinte, sí cubiertos de esa substancia viscosa y maloliente (y no a ámbar precisamente, Sancho), que suelen arrojar no por su conducto natural sino por su boca!
Hala, ya me he despachado.
Salu2 perfuma2.
Tampoco yo lo haría mejor y no estoy seguro -a tenor de cuantos oigo expresarse en entornos más o menos próximos- que fueran más fiables. Diego, tenemos que relativizar, evitar generalizaciones y reducir los problemas, las conductas, las ideas, etc. Los años me obligan a ser muy cauto, pues he conocido incluso en la propia carne tiempos peores.
EliminarY en año electoral, veamos qué puede más.
ResponderEliminarLo importante es que entendamos la obra y la actuación, y luego veremos si nos dejamos afectar y de qué manera.
EliminarMe encanta la referencia que haces del Quijote. Soy un forofo de esta obra y una vez más queda demostrada su vigencia.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Es que es una novela tan moderna, además de ser la primera novela bien estructurada (lo dicen Milan Kundera y otros), que la lees hoy y concuerda con lo que estamos viviendo.
EliminarNo tienes más que escuchar las insensateces y mentiras del vicepresidente de la Junta de Castilla y León -aliado del PP- efectuadas ante escolares, se habla hoy en tv de ellas, para ver que Alonso Quijano era MUY CUERDO respecto a tanto analfabeto con cargo que cunde por ahí por un par de días de gloria.,