¿Quieres ver, Anja, algo de mis sueños demoledores? Se lo he dicho a bocajarro esta mañana al acabar la sesión. Se embutió rápidamente en su vestido rojo y vino curiosa a mi lado. ¿Tienes ahí dentro tus sueños?, preguntó señalando el cuaderno. ¿Y quieres decir que no estaba equivocada, Egon? Cuando abrí el cuaderno hizo un movimiento repulsivo. Pero me lo quitó de las manos y fue pasando con avidez las hojas tintadas de apuntes, a cual más feístas. Aunque yo prefiero llamarlos esclarecedores. Este dibujo, dijo de uno cualquiera, ¿eres tú o soy yo? Porque ni me reconozco en él ni tampoco acabo de verte a ti. Los sueños siempre son otra cosa, Anja, le argumenté. Los sueños disponen del gran poder de trastocar todo. Rostros, cuerpos, nombres, lugares, situaciones. Las relaciones mismas entre las personas dan un vuelco. Se resucitan muertos y hablamos con ellos como si estuvieran junto a nosotros. Nos vemos o bien más desdichados o bien felices como no lo somos en el día a día. Aunque el tema prometía ir para largo, no quise desvelar más interpretaciones. Mientras Anja miraba con más detenimiento cada apunte de retrato soñado apenas habló. A veces sonreía, otras hacía muecas. Me dio la impresión de que se sentía fascinada por aquellos tipos escuchimizados que desnudaban al máximo la propia desnudez. Personajes que gritaban, gesticulantes, hoscos, que fulminaban con la mirada, que se hundían en sus carnes escuálidas. ¿Qué estás expresando en este dibujo en que parece que estás regañando a alguien? ¿Y en este otro en que te estás quejando del mundo? ¿Y aquí cayendo como deprimido? Ah, este otro me gusta más, te muestras altivo, elevándote sobre ti mismo, pero no pierdes el ceño. Eres una privilegiada viendo al Egon que aparece en sus propias ensoñaciones, interrumpí a Anja. Puso una cara condescendiente y agradecida. De pronto objetó. Pero yo creía que tus sueños tenían más, ¿cómo diría?, más rostros, más personajes. Y los hay, dije rotundo. y los tengo abocetados. Anja puso una mirada extremadamente receptiva, casi suplicante ¿Me los mostrarás? ¿Estoy yo en ellos también como modelo que posa en tus sueños? Sentí tan cerca su aroma, que no era fragancia ni sudor ni aliento, que le arrebaté con escasa cortesía el cartapacio y me aparté de ella. Por hoy se ha terminado la tarea, le dije.
(Imagen de Egon Schiele)
Pero yo creía que tus sueños tenían más, ¿cómo diría?, más rostros, más personajes.
ResponderEliminarSigo estando convencido de que, en general, el ser humano, siempre sueña con quien no duerme.
Salut
Suele ser un dicho, un tanto tópico, pero los sueños -ensoñaciones, fantasías, deseos- despiertos son más peligrosos. De todos modos es lo que tiene el deseo, ir más allá de tus propias limitaciones y posibilidades.
EliminarDiría que el pintor se atrevió a mucho. A mostrarle bocetos de los sueños. Me resulta curioso, he registrado sueños pero nunca se me ha ocurrido hacer bocetos de lo soñado.
ResponderEliminarElla parece muy interesada, como que la anterior modelo quedó olvidada.
Pero luego, el pintor no se atrevió a mostrarle esos otros bocetos.
Saludos.
Las modelos olvidadas nunca lo son del todo, hay una especie de eterno retorno de unos y otros modelos. En función de lo que el artista busca, o esa es la impresión del narrador. Ciertamente, los autores no son proclives a enseñar sus trabajos recónditos, salvo que con ello pretendan otra cosa, acaso solamente más confianza.
EliminarParece que Egon quiere plasmar lo que no le gusta de él jugando a distorsionar sus retratos, nos dejas con la duda de si ha hecho lo mismo con Anja.
ResponderEliminarAbrazo🌸
A ver si nos responde a ello Egon en otras de sus anotaciones de diario. Bien estar.
EliminarLos sueños son miedos, deseos, recuerdos, complejos o quejas que afloran para ser interpretados y como herramientas expresivas sirven para conocernos mejor. En los bosquejos de su modelo el pintor busca reinterpretar las formas como excusa para conocerse mejor. Se comprende al ver esas formas tan distorsivas.
ResponderEliminarO para perfeccionar su visión objetiva. Creo que cuando el artista genera esas obras tan deconstructivas respecto a los cánones hay algo enormemente sincero y admirable dentro de su capacidad de razonamiento interior. Si uno quiere elevarse y renacer debe deconstruir tanta falsa concepción del mundo que le han inculcado. Hay que ser valiente y honesto para intentarlo.
EliminarCurioso como has conseguido que Anja tenga vida propia, y una vida muy interesante.
ResponderEliminarEs que probablemente los personajes de ficción como los que conocemos tengan vida propia, solo hay que estar atentos a esas vidas y escucharlos.
EliminarEl feísmo es parte de nosotros. Y de nuestros sueños, claro. En el fondo, más parecido a la realidad que hermosearnos. Deberíamos aceptarnos.
ResponderEliminarPor ahí deberían ir los tiros de comprender la realidad. Hay tanta impostura y falsedad que nos cuesta afrontar las propias descomposiciones, digamos. De ahí que los Schiele y los expresionistas en general nos aporten claves para asumir la realidad.
EliminarPersonajes de sueños, miedos, deseos o imágenes para olvidar.
ResponderEliminarSalud Fackel.
Anna Babra
La esencia del individuo, ni más ni menos. Bueno, si quieres, añade aspiraciones, que siempre contienen cuanto citas pero mientras mantenga energía...
EliminarEs algo muy personal hacer bocetos de los sueños; y requiere mucha confianza la persona a la que pudieras mostrárselos. ¿Acaso algo está naciendo?.
ResponderEliminarEl dibujo me gusta, hay en su interior otras más.
Morfeo nace cada día y cada noche, según, y los otros nacimientos, los inmensos que proporcionan los sentidos no son enemigos del sueño, en todo caso de sí mismos.
EliminarAceptar nuestras sombras e integrarlas es parte de nuestro crecimiento interior.
ResponderEliminarLuego parte de nuestro propio entendimiento (conocimiento)
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