Tacto del amanecer
apenas los dedos rozan las briznas de las horas
la mirada despierta o sueña en otro espacio
y el hombre queda quieto
a capricho del aire
envuelto en el asombro
oreado por el veloz silencio
respirando recuerdos fantasiosos
pues cuanto ya no existe
no distingue de quimeras
y todo son fugas sumergidas
en un halo de suspiros.
*Fotografía de la escultura de Eduardo Chillida nombrada como Lo profundo es el aire, denominación tomada de un verso de Jorge Guillén en el poema Más allá, de su obra Cántico. Ubicada en la calle Cadenas de San Gregorio, en Valladolid.
Es curioso como una escultura que pesa toneladas parezca algo leve en la plaza.
ResponderEliminarHay varias del mismo autor en Barcelona, todas son bellas y se elevan, a pesar de la cantidad de hierro que llevan en su interior.
El poema le viene como anillo al dedo.
Si, lo se, me he fijado más en la escultura que en el escrito, pero creo que la entrada es la escultura, es un poema, y el poema el acompañamiento.
Salut
Tal vez todo intenta ser poesía, con diferente materia pero idéntica substancia.
EliminarAunque no se apreciar en la que pueda valer la escultura de Chillida, así a vote pronto, siempre me ha parecido muy fria.
ResponderEliminarSaludos
En el metal de una escultura siempre está el calor humano.
EliminarReconozco haberme sentido así muchos amaneceres un abrazo
ResponderEliminarEl amanecer tiene mucho de autoconsciencia.
EliminarBello poema, Fackel, de aquellos textos que, caprichosos como el viento son capaces de conducirte a varios sitios...
ResponderEliminarMe ha venido al pensamiento una canción de Luis Eduardo Aute (De alguna manera) que decía aquello de "Las horas de piedra parecen cansarse y el tiempo se peina con gesto de amante..."
Es que como bien dice Guillén, lo profundo es el aire; de todo.
EliminarPues la letra de Aute, que yo no recordaba, es muy bella, sí.
... Y es que la obra de Chillida, siempre invita al ensueño y a la ternura. Feliz amanecer.
ResponderEliminarEn este caso el ensueño no venía de la escultura, sino del amanecer en sí (o las reflexiones espontáneas de las neuronas del cerebro de uno) Pero para mí es una obra paradigmática en mi ciudad.
EliminarEstamos en tiempos de aire, que incluye tormentas y vendavales de toda índole. La poesía aérea desafortunadamente me está vedada, no así la belleza terrenal, pero correrán vendavales que irán in crescendo y rapiñaran la tierra. ¡Afortunados quienes sepan volar con ellos sin mirar atrás!
ResponderEliminarY cuándo no ha habido ese clase de tiempos. Tal vez sea que a algunos nos pillan más desprotegidos, con todas sus secuelas temerosas y timoratas. No creo que sean afortunados los que no sepan mirar atrás (si es que los hay): o no han tenido vida rica o están propensos a ser pasto de las llamas (aunque sobrevivan circunstancialmente) Dicho de otto modo y al uso coloquial, MJ: que nos quiten lo bailao.
EliminarQué bello poema para un amanecer...de asombro.
ResponderEliminarY Chillida, jugando con el vacío...también hace poesía.
La escultura es muy poética, siguió la secuela del poema de Guillén.
EliminarEl amanecer tiene esa maravillosa sensación de roce con el día, como silente levedad frente a lo que será en el resto del día.
ResponderEliminarLa escultura representa a través de su forma, de esas curvas y giros, las variantes que tiene el aire cuando desde la profundidad todo lo abarca.
Abrazos Fackel
Y cada individuo, al despertar, roza sus propios tiempos y acaricia sus propias vidas (¿o acaso no tenemos más de una dentro de nosotros?)
EliminarMe gusta tu interpretación de la escultura.
Es un poema que da para pensar un rato, lo cual se agradece, porque pensar sigue siendo lo único que nos diferencia de los animales. Y sí, un aire a Aute sí tiene, pero me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Y tanto que pensar, y todos los ejercicios que conlleva, nos diferencia de cualquier otra materia, y a mucha honra. Sigo creyendo, malgré de tout, que la especie humana es un gran invento, autoinvento, que se construye a base de infinidad de factores, incluidas, por supuesto, las bacterias.
EliminarO Ar é caprichoso... ama, odeia e dança connosco...Cada um sente-o à sua maneira....
ResponderEliminarGostei, a escultura é original....
Obrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
Se establece una relación del individuo con el aire, Como con todo cuanto nos rodea, sin duda. Lo que influye sobre él es ya muy particular. Hasta el aire lo hemos convertido en metáfora.
EliminarEsto supera indiscutiblemente el concepto del pisapapeles.
ResponderEliminarSeguramente me pasaría muchos minutos fotografiando texturas e incluso las sombras; siempre sorprendentes, cambiantes y bellas.
Tienes buena mirada. Te adjunto otro modelo para fotografiar desde tu mirada:
Eliminarhttps://elpaseantevallisoletano.blogspot.com/search?q=la+macla
También me fascina la macla de Oteiza.
Después de leer y releer el poema, me quedan resonando, sobre todo, las cuatro primeras palabras: Tacto del amanecer apenas... Será porque a esa precisa hora del día apenas soy, apenas reacciono, ¡por supuesto aún menos me responden las neuronas! Y lo digo de un modo más bruto, pero es el aroma que me dejan tus versos, como la crónica de un desperezarse.
ResponderEliminarBesos
Hola, Alis. Ese apenas es la frontera en que no sabemos dónde nos hallamos, qué somos, cómo transcurriremos, una vez perdido lo que ha quedado atrás. La vida es una gran extensión que acaba en callejón sin salida, de ahí que cada días haya que vivirlo a ser posible placenteramente.
EliminarFáckel:
ResponderEliminar"a capricho del aire", ay, ese aire que nos bambolea y nos lleva donde quiere, a pesar nuestro, a veces.
Sinceramente, las "¿estatuas?" de Chillida no me dicen nada.
Me dice mucho más el poema, dónde va a parar.
Salu2.
El arte y sus estilos son siempre complejos y subjetivos, y mira que hay géneros, etapas históricas, significados y significantes. Pero ya ves, uno pretende penetrar en el sentido de obras aparentemente difíciles, de costosa interpretación, dejándose llevar. Hasta el árbol adjunto dota de mayor vivencia y vigor a la obra contundente, pero abierta, de Chillida.
EliminarMe gusta la escultura homenaje a Jorge Guillén, y por filosofar, añado que podemos ser, e incluso ser más, como entes respirantes que como seres pensantes.
ResponderEliminarLa poesía "Más allá" es preciosa, alegría para los sentidos, que a veces están cansados de tanto reto diario. Y la que tú aportas, la encuentro acogedora y con la belleza del alma sincera que desea expresarse. Va en la línea de la de Guillén pero éste, vuela muy alto, se despega de cualquier atadura o estorbo que le impida "ser". Creo que señala al aire como la cuna que nos mece, aún sin ser conscientes, en todo momento. Y habla de un silencio que yo no encuentro veloz, sino más bien reposado, que viene de apartarse de lo que a veces es más ruido que otra cosa, auditivo y mental, si es que uno puede. De conseguir ese silencio, la perspectiva con la que afrontamos el día a día puede ser bien diferente.
Un placer perderse en esta entrada que nos regalas, salud y buena jornada🌸
Gracias a la respiración también pensamos.
EliminarJorge Guillén es un extraordinario y valioso poeta que apenas se lee hoy día, salvo entre minorías, porque la buena poesía nunca es sencilla y seguramente tampoco de masas. Yo mismo la conozco poco y para estar en ella tengo que trasladarme y olvidarme de mí mismo. Pero tiene su ritmo, su orientación, su personal reflexión e inflexión, y hacer el esfuerzo de llegar hasta ella bien vale. El silencio personal tiene el tiempo que tú sientas y quieras que tenga: no hay un único silencio. Gracias por insistir en las lecturas.
Bello poema, le hace honor a la escultura de Chillida.
ResponderEliminarGracias, Francesc. Unas obras suelen sugerir otras, aunque sean infinitamente insignificantes.
EliminarSobre "respirando recuerdos fantasiosos/ pues cuanto ya no existe/ no distingue de quimeras": les brases del que ja no existeix sempre poden tornar a ser flames, penso. Encara que només sigui en la poesia.
ResponderEliminarNaturalmente, y no solo en poesía, sino en incendios reales.
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