El vino es ingerido desde los primeros cultivos de vid de la humanidad urbanizada. Antes ya existirían otros sucedáneos, de otras plantas, cuyos brebajes tuvieran acción física sobre los cuerpos. Probablemente, unos y otros configuraran un simbolismo a la vez que persiguieran el efecto eufórico que permitiera sobrellevar la vida cotidiana. Aquellas prácticas -físicas y simbólicas- permanecen entre nosotros, con sus matices, ignoro si más o menos sagrados.
Griegos y romanos fueron fieles cultivadores y consumidores, tanto en el ejercicio de ingerir como de conceder al vino un valor superior. Para ello crearon su dios particular, con su genealogía y los relatos de hazañas. Para los griegos, Dioniso; para los romanos, Baco. "Dioniso: dios del vino y de la inspiración, pero también del rapto y el delirio místicos", describe Ramón Andrés en su Diccionario de música, mitología, magia y religión.
Vino como vehículo de la celebración festiva, otorgando a la sustancia su carácter sacro. Heráclito en uno de sus Fragmentos: "De no realizarse en honor de Dioniso, vergonzosos serían sus procesiones e himnos fálicos. Mas uno y el mismo son Hades y Dioniso, por quien deliran y celebran frenéticas fiestas". Tenía claro que la embriaguez y sus excesos desafían el culto benevolente a los dioses para ser pasto del desenfreno maligno, territorio demoníaco, y Heráclito lo critica tajantemente. Porque ¿no representa acaso la muerte lo demoníaco y Dioniso la vida enriquecida y abundante?
Hesíodo y su tratado completo, que se me antoja de un saber vivir y comportarse en la sociedad agraria griega, denominado Trabajos y días hace esta recomendación: "Jamás desde el amanecer hagas libaciones de vino tinto a Zeus ni a otros inmortales con las manos sucias, pues no te escucharán, sino que reprobarán tus súplicas". Podría interpretarse en nuestros días y el que tenga disposición a ir más allá de una exégesis literal que tome nota.
No podía faltar a la cita Ovidio en uno de sus detallados consejos de Arte de amar: "Así pues, cuando tengas ante ti / los dones de ese Baco ya escanciado, / y una mujer comparte el común lecho". Cómo has de seducirla en el banquete, titula el apartado nuestro vate. ¿No parece la imagen de un filme o de una cita común de nuestros días?
Los héroes, mortales y bien mortales, no fueron ajenos a compensar hazañas bélicas con el disfrute de los placeres, donde no podía faltar el fruto báquico: "Jóvenes escogidos y el sacerdote mismo del altar se afanan en servirles / carne asada de toro y colman los cestillos / con los dones de Ceres bien heñidos. / Y les escancian el licor de Baco. Y Eneas y con él la juventud troyana / comparte un lomo entero de buey y las entradas inmoladas", narra Virgilio en su Eneida, entre tantas numerosas referencias.
¿Quién no se identifica de alguna manera con Catulo cuando dice en sus Poemas aquello de: "Ayer, Licinio, desocupados nos divertimos mucho con mis tablillas de escritura, como convenía a unos jóvenes refinados: los dos jugábamos escribiendo versos, ya en un ritmo, ya en otro, con respuestas alternativas en medio de las bromas del vino"? Una descripción que bien podríamos ver actualizada en nuestros actos cotidianos de amistad y camaradería.
¿Cómo no iba a hacer referencia al tema un insigne como Horacio en una de sus Epístolas? "Ahora vete y medita contigo mismo versos canoros. Todo el coro de los escritores es amigo del bosque y rehúye la urbe, como cuadra a un devoto de Baco, que disfruta con el sueño y la sombra". Célebres debían ser los efectos de la ebriedad.
Uno se pierde en las citas que acerca del vino -personificado o no en creencias, símbolos, mitos sublimaciones mundanas varias- ha escanciado -se me ha pegado la terminología- la literatura a través de los siglos. Un par de referencias más, y podría haber tantas, del mundo oriental.
Canta Abu Nuwás:
Cómo no elogiar esos versos, cuartetas y elegías al goce de la vida, que viene de la mano no solo de una copa de vino disfrutada con amigos; la pasión por participar de todo lo bueno que nos regala la naturaleza, sencilla o manufacturada, es nuestra obligación, así que desde el Penedès, con un té a estas horas del día, pero tan placentero como una copa de cava o, si lo prefieres, un tinto o un blanco fresco.
ResponderEliminarPrefiero un blanco de Alella (porque lo conozco algo más, pero hace ya tanto que ni me acuerdo) Pongámoslo pendiente, si us plau.
EliminarESTE PAN QUE YO PARTO...
ResponderEliminarEste pan que yo parto fue alguna vez avena,
este vino en un árbol extranjero
se zambulló en su fruta;
durante el día el hombre y por la noche el viento
segaron las cosechas, rompieron el gozo de la uva.
Alguna vez, en este vino, la sangre del verano
golpeteaba en la carne que vestía la viña,
un día en este pan
la avena al viento era alegría,
el hombre rompió el sol, abatió el viento.
Esta carne que partes, esta sangre a la que dejas
sembrar desolación entre las venas
fueron avena y uva
nacieron de la raíz sensual y de la savia;
mi vino que te bebes, el pan que me arrebatas.
Dylan Thomas
Pero qué poema tan hermoso, sesudo y estimulante, Francesc, lo agradezco.
EliminarHa sido un disfrute leer este aporte de citas y referencias sobre el vino y su influencia en nuestra historia.
ResponderEliminarSaludos
Para mí también al leer versos y recomendaciones de los clásicos. Esos sí que son verdadero vino añejo y exquisito.
EliminarHala, “pos a tu salud” y a mi paladar marchando un buchito chico de la mistela del Xalo.
ResponderEliminarEn mis tiempos estudiantiles íbamos a un bar a tomar mistela, bueno, pedíamos vino de misa, que no sé si es lo mismo o parecido. Más adelante algunos compañeros se decantaron por hijos de la vid más fuertes,
EliminarJaajjj, solo tengo ese vinillo en casa procedente de la pasa de mi tierra genética. Es muy dulce porque está hecho con las uvas pasas, muy muy abundantes en dicha tierra.Solo aceptable para los muy golosos. Lo dará esa tierra, seguro, al igual que cañaverales.
EliminarTiene que estar delicioso, MJ, no me tientes.
EliminarEs curioso, pero el vino sale siempre en todo buen libro que se precie. En estos que nos señalas y en la Biblia, y de eso también hace un par de milenios.
ResponderEliminarEs indudable que forma parte de nuestra cultura y que como tal así lo hemos de admitir.
Yo me decanto por los Riojas y los Borgoñas.
salut
Sale más que una divinidad y es mucho más politeísta o animista y compartido universalmente. En sus diversas modalidades tiene el hándicap demoníaco del alcohol, que en abuso se supone causa perjuicio a los cuerpos. Tiene el factor positivo de que al menos es tangible, a diferencia de todas las divinidades inventadas e inventariadas por los humanos.Como en la Biblia se ha citado mil veces, incluido lo del milagro del agua en vino, he elegido citas menos conocidas y en absoluto bíblicas.
EliminarEres un sibarita con los vinos borgoñones, pero ojo que creo que en Chile y Argentina se están elaborando muy buenos y en Australia, ídem.
O néctar dos Deuses...o prazer de gozar o momento ou esquecer as tristezas da Vida?
ResponderEliminarCultivar vinho é uma arte, será beber igualmente uma arte?
Gostei muito das citações.
Beijos e abraços
Marta
Por supuesto que beber es un arte, aunque supongo que hay que saber beber. En pequeñas dosis se halla el placer del gusto. En España, supongo que ahí también, es cita obligada de comunicación entre amigos. Lo peor del vino u otros alcoholes es cuando se toma en solitario: puede ser la perdición.
EliminarCómo nos hemos complicado la vida los seres humanos, justificando el placer (o condenándolo como pecado) creando dioses. ¡Brindemos!
ResponderEliminarLa creación de los dioses por los humanos es una simplificación. Cuesta más entender y sobre todo afrontar lo complejo. Preferimos despersonalizarnos con el invento de las divinidades. El placer se da, y basta. Solo los reprimidos y frustrados pero con poder, o respaldado por este, han ido en su contra, persiguiendo, naturalmente, a quienes tenían a gala ejercitarlo.
EliminarHace dos días, cuando leí esta entrada desde el móvil, conseguiste sugestionarme con el texto y abrí una botella de vino, no muy bueno, por cierto...
ResponderEliminarMe gusta el jarrón con Baco entre la cepa o parra, no sé qué es, me parece más una cepa... Creo que en las bacanales en su honor se montaban unas buenas juergas...
Yo he vendimiado bastante y el vino que se hacía en mi pueblo era bueno, sin química...
Aunque Plinio el Viejo en una frase que se le atribuye dijo: "in vino veritas, in aqua sanitas" ...
Me gustan también todos esos poemas y versos que nos muestras cuyo tema tiene como ingrediente principal el vino... Hasta Neruda dedicó una Oda al Vino...
Salud Fackel, que el fruto de la vid exprimido (pisado) y fermentado aún nos sirva para festejar la vida durante muchos más años...
Me uno a tu deseo del fruto exprimido, eso sí, con cierta moderación para seguir festejando la vida. Me ha gustado esa invocación tuya.
EliminarEl jarrón es soberbio. La calidad técnica y decorativa es impresionante. Estos romanos sabían hacer y disfrutar, aunque mucho de lo que hacían se lo hicieran también los de provincias.
Salud, pues, y la próxima sugestión debes satisfacerla con algo de mejor calidad.
Y después vinieron las religiones y convirtieron el placer en pecado... Hermosos jarrones, por cierto!
ResponderEliminarNo por eso dejaron de pecar quienes se arrimaron a ellas, sobre todo sus mediadores, menudo cuento.
Eliminar... y un brindis, Fackel, por la paz, la justicia y la poesía.
ResponderEliminarLas tres que citas o se hacen o no esperemos que caigan del cielo. Por brindar que no quede. La cuestión es que además, como el vino, hay que degustar y paladear las tres aspiraciones que señalas.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarel vino, una de las grandes invenciones de la humanidad.
De fondo, pondría esa parte de los Carmina Burana que dice "bibit pater, bibit mater..."
Salu2 vitivinícolas.
Por cierto, el "anónimo" que siguió comentando en mi entrada anterior soy yo.
Estuve tentado a añadir algo de la Burana, pero lo dejo para otra ocasión, aunque una vez saqué algo:
Eliminarhttps://laantorchadekraus.blogspot.com/2018/03/el-miedo-al-vacio-de-los-ungidos-o.html
Es una composición que me fascina. Escuchar un disco está muy bien. Oír Carmina Burana en un odeón es impresionante, te lo aseguro.
No acabo d'entendre això: ""Si tu cuerpo resucitase tras perecer,/ en su más bella forma, desearías finar,/ cual jarra vacía de vino y de nuevo llena", aquest "finar" vol dir morir? Per què has de voler morir de nou?
ResponderEliminarSobre aquest tema recordo una entrada de Pessoa a El llibre del desassossec on ve a dir que beure per inspirar-se és gairebé obligatori, perquè la prosperitat és superior a tenir cirrosi. El seu cinisme és complet, però sobta molt.
Imagino que quiere decir lo que a veces comentamos nosotros: si muriese y volviera a nacer tal cosa que ha merecido la pena la volvería a hacer o ejecutar. Es decir que lo que ha sido bueno en la vida, o lo hemos percibido como tal, desearíamos revivirlo en nuevas existencias. Pura ficción que todos tenemos alguna vez. Pero ese punto de filosofía arábiga puede que no la capte en profundidad, y siempre media una traducción.
EliminarPues sí, Pessoa es un exagerado, sin duda, conozco alguna persona muy cercana que murió relativamente joven de cirrosis, pero es que toda su vida adulta no es que fuera de vino, sino de coñac. Llegué a verle a él junto con su amante circunstancial ingerir una botella de este alcohol en una tarde noche.