"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 6 de diciembre de 2022

Tarde de día festivo con Giacomo Casanova

 



Me he pasado la tarde leyendo algunos episodios de la vida de Giacomo Casanova, y me lo he pasado en grande. No solo por los episodios en sí, sino por sus reflexiones. Y como no se me ocurre nada que escribir hoy de mi propia cosecha no me resisto a copiar y pegar aquí una parrafada del veneciano, que es más jugosa que mis ocurrencias. Está tomada de Mi fuga de las prisiones de Venecia.

"Quienes sostienen que los sufrimientos morales son más graves que los males físicos que afligen a nuestro cuerpo se equivocan por completo, pues las enfermedades del espíritu solo atacan al espíritu mientras que las del cuerpo minan lo físico y destruyen lo moral.  El verdadero sapiens, el sabio, es siempre y en todas partes más feliz que todos los reyes de la tierra, nisi quum pituita molesta est *. Por lo demás, no es posible vivir mucho tiempo sin que nuestros órganos se consuman; creo incluso que si se mantuviesen exentos de todo deterioro, sentiríamos el golpe de la muerte con mucha mayor fuerza, pues la materia no puede resistir el paso del tiempo sin perder su forma: singula de nobis anni praedantur euntes**. La vida es como una amante a la que queremos demasiado y a la cual siempre terminamos por dar todo lo que nos pide con tal de que no nos abandone. Desvarían quienes han dicho que hay que despreciarla;  es a la muerte a la que hay que desdeñar y no a la vida. No es lo mismo. Son dos ideas completamente diferentes: amando a la vida me amo a mí mismo y odio a la muerte porque es su verdugo. El sabio, sin embargo, debe limitarse a despreciarla porque el odio es un sentimiento que incomoda. Quienes la temen son un poco necios, pues es inevitable; y quienes la desean son cobardes, pues todo el mundo puede procurársela cuando quiera". 


* Salvo cuando la pituitaria me atormenta (Horacio)

** Cada año que pasa nos roba a todos alguna cosa (Horacio)


Independientemente de los conceptos y de la visión de las cosas que tenía Casanova hace doscientos treinta años largos, pues al fin y al cabo era hijo de su tiempo, creo que no eran nimiedades lo que pensaba. Y en cierto modo no hacía sino repetir lo que los clásicos ya concluían dos milenios antes. 

La cita está tomada de la edición de la Editorial Valdemar.



31 comentarios:

  1. Extraordinario Giacomo Casanova, sus memorias son impagables. Las leí de un tirón y a menudo vuelvo a ellas. Con cada “relectura” comienzan nuevas reflexiones.
    Casanova fue una mente clara, ilustrada, buen matemático y gran comedor que gozaba de los placeres del espíritu y del cuerpo.
    Salud.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La misma sensación tengo yo. Por las citas que en un simple párrafo coloca se ve que además conocía escrituras de los clásicos, lo cual le dotaba de mayor saber. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Al cien por cien de acuerdo con él ; ) Mil gracias por este esclarecedor párrafo!!

    Me agota leer a algunas personas ancladas en el escepticismo y la negrura constante. A veces tengo la sensación que esa obsesión por empeñarse en enfocar en todo lo oscuro, lo desasosegante y angustioso de la vida es como un cuelgue, semejante al que sienten los yonkies de la heroína. Existe ¡naturalmente que existe! pero ¿por qué ese empeño en no salir de ahí? La muerte es una realidad tan obvia como la vida, pelear contra lo que no se puede cambiar, morirnos a plazos por si nos vamos a morir, preocupados de cómo y cuando va a llegar... me parece tal desperdicio!!! ...Casanova era un hedonista al más alto nivel y al margen de que todos los excesos son malos, no hay que olvidar cómo terminó él...me parece muchísimo más inteligente enfocar en lo positivo, en lo que nos ayuda a sentirnos mejor en cualquier circunstancia, que lo contrario.
    A mi ,eso de que esta vida es un valle de lágrimas me parece un invento de la iglesia católica para tener a todos sus feligreses pillados y engatusados con la vida eterna jajaja aquí, ahora...¿Vamos a resolver algo por dejarnos contagiar de todas las desgracias, catástrofes y dolor que nos rodea? creo que no. Colaborar a que cese en la medida de nuestras posibilidades, pero protegernos... eso creo y tb creo en intentar disfrutar de cada instante.. en cualquier circunstancia...y por difícil que resulte, lo demás no existe ; )

    Muchas gracias de nuevo y un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ratifico tu comentario. Es obvio que los dolores y los disfrutes se alternan en nuestra vida, lo vamos asumiendo. Tener clara nuestra evolución (nacer fue un regalo) debe mentalizarnos en que vamos a tener un final, y así mismo un enfoque constructivo nos ayudará. El asunto es que últimamente hay gene que plantea de modo negativo, con limitada y sesgada crítica, muchos aspectos de las relaciones sociales y políticas y que no concibe el mundo de las ideas como un mundo en cambio, sometido a diálogo, a prospección, a renovación, porque no acaba de ver la dimensión del esfuerzo humano, de la ciencia y la técnica que los humanos han puesto en práctica, que no se puede minusvalorar , y que hay que situar los términos de los problemas. Esa oleada de negativismo, no ya de negacionismo, o de pesimismo de callejón sin salida, que yo mismo he tenido en ocasiones, creo que hay que pasar de ella. Y por supuesto, si no conocemos la historia, el pasado, lo que hay que interpretar con información y buena voluntad de ella, malos ciudadanos vamos a ser, sometidos a demagogos, susceptibles de ser manipulado (y encima a muchos les gusta) En fin, es un tema inagotable, pero te felicito por esa percepción constructiva que parece te guía. Y sobre todo importa distinguir, situar, ubicar posiciones y pensamientos. Cultura, al fin y al cabo.

      Me has contagiado con tu hálito animoso, espero que me dure.

      Eliminar
  3. La vida es como una amante a la que queremos demasiado y a la cual siempre terminamos por dar todo lo que nos pide con tal de que no nos abandone"
    No había leído antes esta cita de él. Lleva su parte de razón, su mucha parte.
    Para leerlo se ha de estar tranquilo, sin nietos ni arrebatos, y por supuesto con una mente dispuesta a trasladar su pensamiento al momento actual.
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fue hombre y seductor y en parte ahí encontró su manera de ser y revelarse, y no hay por qué escandalizarse por ello. Para leer a cualquiera del pasado que nos suscite interés hay que ser muy receptivo. Este tipo de gente, cuando nos cuenta su existencia, tiene mi total admiración. Uno se siente enano a su lado.

      Eliminar
  4. Todo dependerá de la muy respetable experiencia ajena, pero vista desde ángulo externo siempre será interpretada a través de dicho ángulo.Resulta inevitable. Concuerdo con su consideración del tormento físico, al fin y al cabo lo físico en nuestro mundo es lo primero que marca diferencias aunque el inconsciente lleve las riendas. En el caso de nuestra especie a través de las cadenas helicoidales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo helicoidal nos marca, pero las concentricidades también. ¿Seremos todos presos de la geometría?

      Eliminar
  5. Alguien muy lúcido, afirmó que la vida era un lienzo donde crear una obra de arte. No hay artista gráfico al que no le duela el brazo de sostenerlo o no tenga algún que otro callo de sostener pinceles. Otros, andan con infecciones o problemas por los ácidos y los pigmentos y otros "tenemos dolor de barriga de tanto manejar chocolate"
    Madre mía, que de ricos han salido los turrones !!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mira que eres...Aunque no soy proclive a la envidia me van a entrar ganas de tenerla, hermano. Os felicito.

      Eliminar
  6. Cioran escribió que el momento terrible de la vida es el nacer, y el más leve, el último suspiro. No obstante su acendrado pesimismo me hace sonreír y me inspiró en épocas difíciles muchos momentos de compañía y de alegría. Los pensadores que piensan la vida con hondura consustancial me atraen. Tal vez, Giacomo Casanova.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos atraen porque aunque no obtengan respuestas definitivas y, por lo tanto no nos las proporcionen, al menos nos comunican verdades de trascendencia, no importa que sean relativas, pero que siguen la dirección adecuada. Así el veneciano.

      Eliminar
  7. Por cierto, Joselu, no sé viste alguna vez Casanova, de Fellini. La recuerdo con sumo placer, tal vez tendría que verla ahora por aquello de que ha pasado tiempo, el del filme y el mío personal.

    ResponderEliminar
  8. Fáckel:
    son muy atinadas las reflexiones de Casanova. Entre chica y chica, le daba tiempo a pensar, jajaja.
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez tenemos una idea desenfocada de él, como de tantas cosas y personas.

      Eliminar
    2. Seguro que la realidad no tiene nada que ver con la idea que solemos tener de Casanova.
      Salu2.

      Eliminar
    3. Una aproximación si lo leemos, aunque ya sabes que cuando uno habla de sí mismo también es sospechoso.

      Eliminar
  9. No va descaminado G. Casanova cuando dice que los sufrimientos del cuerpo nos afectan profundamente, la relación entre cuerpo y mente es estrecha, cualquier malestar en una de las partes afecta a la otra y la calidad de vida se resiente.
    Creo que amar la vida es lo natural, aquí estamos y podemos aprovechar lo que tenemos, condicionados por las circunstancias que nos ha tocado vivir pero siempre construyendo nuestra vida, y siguiendo nuestra propia iniciativa podemos sortear los escollos y centrarnos en lo que nos hace bien y tiene sentido para nosotros.
    Coincido también con María, especialmente en esa idea de morirnos a plazos porque sabemos que la muerte llegará, a veces nuestra inconsciencia nos hace renunciar a la belleza que puede haber en el trayecto pensando que en algún momento se va a terminar.

    Un abrazo 🌸

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ana, hay una tradición nefasta que viene de antiguo, cuando aún la ciencia no había colocado las cosas en su sitio -aún se está en ello y lo que te rondaré- de separar al cuerpo de maneras aleatorias. Como si la conciencia no fuera cosa del cuerpo, o las emociones, o los instintos, etc. y el cuerpo se quedara solo con ese lado fisionómico y fisiológico. Creo que está superado, aunque no admitido por la generalidad social. Y ya hay otros que se han encargado de "prestigiar" un alma o espíritu, como si también fuera algo independiente, flotante o ungido por no se sabe qué personaje de ficción superior. Todo está aquí, en cada uno. Y en lo de la muerte, pues sí, sería del género bobo obsesionarse gratuitamente con aquello que hay que rechazar y vivir amargado y ajeno a las bondades de la existencia. Otra cosa es que la enfermedad condicione, marque y decida a través de una especie de enajenación, pero ahí ya no digo nada. Hay un libro de pensamientos y aforismos de Canetti, titulado El libro de los muertos, donde constantemente el autor se debate con el tema ineluctable. Mira esta cita:

      " Muerte. No tenemos ninguna conciencia, o solo una conciencia insuficiente, de que nos vamos acercando a ella.

      Quien piensa continuamente en ella, no vive. Quien nunca piensa en ella, vive todavía menos, se engaña a sí mismo. ¿Cuánto debemos y cuánto nos es lícito pensar en ella?"

      O esta otra:

      "Hay un solo 'eterno retorno': el de la muerte".

      Etcétera, y es que Canetti se llevaba muy mal con el fin y lo combatía sin paliativos. Bona notte.

      Eliminar
    2. Podemos admitir cosas bastante inadmisibles y sin embargo no aceptamos la muerte como algo natural, supongo que es un hábito heredado generación tras generación. Sin embargo en los primeros años de vida, nacimiento y muerte nos producen la misma curiosidad, y no creo que sea porque la muerte parezca lejana, pienso que es porque aún no hemos interiorizado ese miedo que se acabará instalando en nosotros al observarlo en los demás.

      De adultos construimos nuestra propia teoría del final, a mi me resulta admisible que muero cada noche y no sufro por estar desconectada de mi cuerpo, y que llegado el momento de irme y no retornar, no será algo traumático pues lo he experimentado ya.

      Eliminar
    3. Pienso mucho en el tema y llego a la conclusión de que tras habernos acostumbrado a la vida -sea sueño, realidad o ficción, pero algo vivido- y salvo que nos vaya fatal estamos muy apegados a eso, al estar. Con los años se va cambiando de perspectiva, pero no aceptamos por la buenas el fin. Cuesta ver la muerte cuan fenómeno natural pero el horizonte es ese, duremos un día o cuarenta años más, no sé. Reflexionar sobre ello no implicar desear y menos obsesionarnos con el fenómeno, pero advertidos estamos. Y tu último párrafo es contundente, pero piensas así porque tienes la idea optimista de que vas a despertar, y a mí me pasa lo mismo. Aunque no relaciono sueño con muerte, no sé si porque los sueños son tan vívidos e intensos que me hablan de vida o por qué. Un tema a pensar, mira que incluso haces ficción sobre lo traumático, es un regateo, un guiño, una diversión. Estoy de acuerdo.

      Eliminar
  10. Coincido con gran parte de su punto de vista. Al menos intento aprovechar lo que la vida quiera ofrecernos, con la muerte, aunque sé que es inevitable, no coqueteo y pretendo tenerla bien alejada. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coquetear conscientemente con la muerte supone una insensatez, y eso que muchos lo hacen. Es un resultado, muchas veces inesperado, pero las culturas ancestrales se empeñaron hace siglos o milenios en ponerle cara, eso de antropomorfizarla, y generó toda una imaginería francamente asustadiza. En ese sentido creo que en México aplicaron una tradición a la contra, inventando lo de la Santa Muerte. Francamente, los santos no son fiables pero esa santa ni te cuento. Aunque tiene su sentido, según los manitos.

      Eliminar
  11. Muy interesante, Fackel, está bien eso de que compartas fragmentos de cosas que lees: ‘El saber no ocupa lugar’, ya sabes, y más para los que desbubrimos estas reflexiones en pluma de su autor por 1ª vez.

    Queda claro que hay que agarrarse a la vida mientras podamos seguir disfrutando de ella, ese es mi deseo ‘nisi quum pituita molesta est’ que es cuando ya nos ponemos a pensar seriamente en la muerte (sin olvidar que todos disponemos de un comodín para no alargar la agonía…).

    *Observo que el aventurero Casanova vivió 73 años en teórica plenitud, una edad más que respetable para la época. Un dato importante, sin duda, chapeau por él.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues hay que tomar nota de los epicúreos, que han sido tan denigrados por el puritanismo hipócrita, siquiera para hallar en ellos un sentido de la vida cuya trascendencia reside mientras dura y en este planeta. Te aseguro que leer la vida de Giacomo contada por él mismo es un recreo para la mente y un solaz para las horas cotidianas. Gracías, José L.

      Eliminar
  12. Claramente es un hijo de su tiempo, y siempre es útil saber cómo se pensaba en otra época para que no quieran vendernos hoy razonamientos novedosos que no lo son tanto.

    Saludos,
    J.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En efecto, y esto sucede con cantidad de personajes de otros tiempos, de los que muchos han visto ocultado su pensamiento o formas de vida por la manía persecutoria de los moralistas e la fe única.

      Eliminar
  13. Sobre "pues las enfermedades del espíritu solo atacan al espíritu mientras que las del cuerpo minan lo físico y destruyen lo moral": penso que el pitjor enemic és l'interior, que deia Forster, i no hi ha res pitjor que la malaltia mental endògena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez el enemigo mortal está dentro de nosotros, nos acompaña siempre y cualquier incidencia exterior se trata de una mera excusa para cometer sus tropelías.

      Eliminar
  14. Una interesante reflexión, que se atreve a cuestionar pensamientos establecidos.
    Es significativo que Casanova haya definido a la vida como una amante, siendo alguien que ha narrado sus aventuras amorosas.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida puede ser amiga o enemiga, amante conservada o amante despechada, según. Saludo, Demiurgo.

      Eliminar