Cosas de Neo y sus celebraciones. Nos pidió a algunos asiduos de blogs para su ya tradicional montaje de las fechas una fotografía de infancia. Sentí no disponer apenas de fotos de la mía y aunque la celebración en sí no me dice mucho sí puedo aplicar aquello de que no todo de lo humano bloguero me es ajeno. Le pasé una que siempre me resulta entrañable y que forma parte de un grupo familiar en los veranos de mi infancia.
Y en esto que Neo va y nos hace una labor de artesanía, colocándonos con habilidad y armonía a los niños que seguimos siendo. Logrando aquello de E pluribus unum (que me disculpe el lema USA) Y he ahí todos de cara a los espectadores, quien más o quien menos con sus camisitas y sus canesús, sus petos, sus vestidos de volante, sus polos, sus camisolas, su mantón de Manila incluso, sus pantalones cortos y largos, hasta un pantalón de tirantes...Ah, que ese crío sonriente de flequillo me suena, los tirantes siempre escurridizos hacia un lado del cuerpo, la camiseta de rayas apretando el pescuezo, las sandalias veraniegas, las perneras cortas constriñendo la entrepierna, la piel de los muslos al viento como era menester para mayor gloria de las ortigas y los espinos que le irritaban y le arañaban todo...
En fin, ya estoy derivando, pero es que mi celebración es esa. La que enciende las luces de la memoria, coloca las figuras de la niñez entre las posteriores décadas transcurridas, habla con los personajes desaparecidos que no estaban hechos de barro pero sí de carácter y de bondad, participa de recuerdos y busca aún claves, secretos y misterios que una vez le pasaron desapercibidos y que hoy ya es casi imposible desvelar.
Y todo esto se me ocurre solo porque a Neo le da por esa foto de familia dispersa por las redes, que ella unifica a este y otro lado de la mar océana.
Ingeniosa, Neo; y que hayas aceptado no me lo creo.
ResponderEliminarSe ven bonitos de chiquitines.
Un abrazo, Fackel
Uno es más flexible de lo que parece, y el retorno a la infancia tiene un punto de ternura nada desdeñable. Agarra el día, V.
EliminarTiernas imágenes además de bondad e ingenio las de Verónica.
ResponderEliminarLas imágenes de infancia nos suscitan entre sonrisa y carcajada, según. Hasta los más serios desprenden siempre algún hálito de simpatía.
Eliminar¡¡Anda que no ha llovido nada!!.
ResponderEliminarSaludos
Algunos empezamos a comprender que ha sido el diluvio universal.
EliminarMuy creativa Neo, además, que tiene su trabajo unificar todo y que sea armónico, pero la postal quedó bonita.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Una manitas, que decimos por aquí, de ordenador.
EliminarCual eres tu bello ? Pa mí son todos iguales
ResponderEliminarSupongo que será cuestión de miradas.
EliminarCreo que eres el que está delante del oso en una foto y el que agarra un bastón de caramelo en otra.
ResponderEliminarSalu2, Fáckel.
Mejor decirlo así como dices, el que es uno, no el que fue; es más alentador y se reconcilia uno con el monstruo llamado Tiempo.
Eliminar"mi celebración es esa. La que enciende las luces de la memoria, coloca las figuras de la niñez entre las posteriores décadas transcurridas," es la mejor manera de celebrar, honrando la inocencia de cuando éramos niños y las ilusiones estaban intactas. Te agradezco por detalle de traer las tarjetas hasta aquí. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por ser parte de esto que disfruto organizar. Un abrazo
ResponderEliminarQue sigas ingeniosa y hacedora. Un abrazo.
EliminarA ti, precisamente, es fácil descubrirte, porque es solo casi así, como supongo que muchos te conocemos...
ResponderEliminarMuy, muy, feliz Navidad y sus alrededores, con alma y sonrisa de niños, para todos los de esa hermosa y entrañable reunión.
Una reunión virtual, pero lo importante es que sea sentida, merced a la artista de la maqueta.
EliminarHa quedado de divina infancia, un coro de niños que parecen la mar de bien avenidos
ResponderEliminarMe encanta lo de la divina infancia, porque es solo en ese estado en el que puedo admitir una cierta propiedad de lo divino, por Zeus!
EliminarMe parece una idea afortunada. El montaje es una maravilla y la idea es imaginativa. Si me hubieran pedido la foto, no tengo ninguna foto de infancia. Todas se perdieron con la memoria de mi madre. Las recuerdo muy bien todas las que había, pero casi agradezco que no las haya. Tengo una de la primera comunión, un día esencialmente triste, eso solo lo puedo saber yo. Suerte que no me las han pedido.
ResponderEliminarAquellos tiempos contrastan con los actuales, en que hay una sobredosis de imágenes, al minuto, se podría decir, y da pena tener pocas o escasas de nuestra infancia, o ninguna, pero lo actual es ya una exageración. ¿Qué será peor?
EliminarPerò qui ets tu? Em fa molta curiositat! La samarreta de ratlles no la veig!
ResponderEliminarQue sí, es que no me miras con buenos ojos. Però fia't més del riure del nen. (Y los tirantes del pantalón son inequívocos, ya lo eran entonces)
EliminarJa t'he vist! Gràcies als tirants. Has quedat molt bé, tens un somriure molt maco!
ResponderEliminarLa inocencia, Helena, la inocencia, que entonces era refleja y natural.
EliminarEs una preciosidad.
ResponderEliminarUna preciosidad de montaje ¿atemporal?
Eliminar¡Nos quedaremos con las ganas de saber quién eres...!
ResponderEliminarTe comprendo, a mí tampoco me gusta mostrar mi careto en las redes sociales.
Salu2.
Lo dice la autora Neo
Eliminarhttp://neogeminis.blogspot.com/2022/12/y-aqui-estan-las-nuevas-tarjetas.html
Miras la tarjeta individual y luego te trasladas al montaje, lo ha hecho fenomenal. Casi hasta me gusto, jaj.
Gracias.
EliminarNiño avispado, sin duda.
Salu2.
De creerse en la eterna infancia, diría yo.
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