Me ha pasado una cosa curiosa, puramente instintiva, con esta fotografía. Por un momento he pensado que la persona agachada estaba incorporada de alguna manera a los estucos pintados. No sé por qué. Acaso la trenza, el pañuelo en diadema, la camisa aligerada, la hechura equilibrada del cuerpo y algo que sujeta en la mano esta restauradora, como si se tratara de una oferente, me ha provocado una asociación de ideas subconsciente que me ha trasladado al imperio romano.
Podría limitarme a admitir que tengo ya un nivel de despiste elevado, o de desconcentración o de miopía avanzada, o simplemente que la visión cinematográfica se mezcla con la real en mi mente, pero prefiero orientar la explicación de otra manera.
Como se trata de la poderosa Casa dei Vetti de Pompeya, que van a inaugurar para la visita del público dentro de unos días, creo que por un instante me han abducido sus paredes de color almagre y me he hallado sumergido en aquel ámbito dedicado al dios de la prosperidad, Príapo. Sí, el de monumental falo en permanente erección, que se hacía contrapesar en uno de los platillos de la balanza con el otro platillo donde se representaba la riqueza, y por lo tanto, el bienestar. Bueno, esta fue la idea vengativa y con sarcasmo de los propietarios encumbrados de aquella finca, como respuesta a la envidia que habían suscitado.
Hasta qué punto la influencia de lo que consideramos inmóvil y desaparecido -siglos de ruina y ocultación bajo tierra y lava- sitúa nuevas miradas y nos arrastra a un pasado sobre el que nuestra curiosidad no renuncia. En alguna ocasión se lo tendré que preguntar al espíritu de Winckelman.
Leído en la web archeologiavocidalpassato:
La restauradora presenta un cambio de escala muy significativo respecto al mural, de esto podríamos deducir que se trata de una obra de arte pop, una especie de performance muy bien estudiada. Incluso podría pensar en un balaustre incorporado en el arrimadero.
ResponderEliminarCreo que Príapo se lo tendría que replantear, la riqueza es la forma evolucionada de sus atributos, quizá entre los dos platos de la balanza media el paso de la animalidad a una seducción más alambicada.
Saludos
Francesc Cornadó
Por supuesto que la restauradora está en otro plano, pero el primer impacto para una vista que ya no es como el primer día y una visión que está siempre alterada por imágenes ficticias porque además de las otras uno está ahíto, ese impacto obra irreal y perturbador. ¿Se tratará de una sacerdotisa? ¿Una esclava? ¿Qué hace y no hace? Pero las preguntas son fugaces como todo coup d'œil que ante una obra de arte cuesta de situarse. Una vez desvelado el efímero instante uno se da cuenta de que la pared, la restauradora y el espectador de este lado de la fotografía son planos muy diferentes pero que se guiñan de alguna manera.
EliminarSi seguimos el criterio de los Vetii da la impresión que el Príapo instaurado por los griegos, Πρίαπος, sigue hoy en vigor y proyectado a través de las múltiples y desiguales formas de exhibición de propiedad, sean coches, villas, yates, gobernaciones políticas o clericales, etc.
A mi me pasa lo contrario, a veces veo una imagen plana y no distingo el volumen, hasta que se mueve; como las serpientes.
ResponderEliminarAquello de "aqui se trata de ver quien la tiene más larga", ahora se refiere a la cuenta bancaria.
Abrazoo
Las percepciones personales siempre son subjetivas. Las percepciones colectivas suelen ser manipuladas.
EliminarEs una foto en la que sin duda destaca más la restauradora que las pinturas, buena moza se intuye ji,ji. La belleza siempre es algo digno de apreciar en mi opinión e igual lo de una performance muy bien estudiada es lo que más define a esta imagen.
ResponderEliminarQuién pudiera acercarse a contemplar la Casa dei Vettii, seguro que no decepciona.
Un abrazo
Y a partir de cualquier clase de contemplación se pueden cerrar los ojos e imaginar el ambiente; tal vez mi subconsciente se precipitó, leyó Pompeya, destacó el estuco intenso y creyó ver una servidora de la casa, como Alonso Quijano veía en una aldeana a una princesa.
EliminarLo que revelan los restos de Pompeya tiene su magia, un encuentro con un pasado que es muy diferente a nuestra vida actual. Trasladar ese encanto al presente denota una imaginación creativa digna de Quijano, que no es poca cosa creo yo.
EliminarBuen día!!
Si me permites, más que magia -un término que se usa mucho por las redes y cada vez entiendo menos, debe ser como un saco sin fondo- lo que proporciona Pompeya es un elevado conocimiento de un tiempo y una cultura de magnitud que, dentro de sus límites y extensiones, también llegó a la península en la que habitamos, para fortuna posterior de sus moradores, no sé si agradecidos. Ah, y no creas que en muchos asuntos de la vida social, familiar o personal de aquella cultura pompeyana hay grandes diferencias con nuestro presente. Pero no me alargo más, sigue indagando que el tema es muy atractivo, si curioseas por la web italiana irás viendo. Un abraazo.
EliminarUna foto que capta las delicadas formas de quien restaura esa pared de una casa que fue importante.
ResponderEliminarCreo que también tienes la sensación de que es una pompeyana de antes de la erupción ( y no es un pareado)
EliminarHay dibujantes chinos que crean ilusiones ópticas extraordinarias, de tal modo que pudiera ser la chica parte de un trampantojo muy convincente. Esta idea, aunque imaginaria, añade contenido a la fotografía. No he estado en Pompeya aunque sí que he subido al Vesubio hace muchísimos años.
ResponderEliminarSí, Joselu, apoyas mi tesis subconsciente. Yo viajo con frecuencia a Pompeya y otras urbes menores del entorno (con la imaginación y las lecturas, ay, Plinio)
Eliminar"Bajo la sombra del Vesubio. Vida de Plinio", de Daisy Dunn, es un libro apasionante y clarificador.
Personalmente no he visto nada que me confunda a primera vista. La posición de la restauradora me ha parecido de "cuclillas" desde un primer momento. Está claro que he vuelto y revuelto a visionar la foto...y ahora lo que me gusta son las trenzas.
ResponderEliminarsalut
Yo naufragué hace tiempo en el realismo y la realidad y la estulticia de tantas explicaciones que no explican nada, y mi otro yo lo sabe y me desvía del recto camino aceptado.
EliminarRelacionado:
ResponderEliminarCreo que este canal de Youtube te pude gustar:
Antigua Roma
Y si no es así, pues nada, lo olvidas y a por otra cosa, mariposa.
Yo lo miro todo, Nox, así que lo apunto.
EliminarSeguramente también tengo problemas de despiste. Y es que solo soy capaz de ver una porción anatómica que necesita una silla.
ResponderEliminarEso es que tu vista no te proporciona suficiente equilibrio visual, acude al especialista.
EliminarEs muy cansino lo que le pasa a Blogger: Comentas y en ocasiones no te devuelve confirmación del envío del comentario. Así que si sale duplicado, lo lamento:
ResponderEliminarDecía que seguramente te gustaría este canal de YouTube:
https://www.youtube.com/@antigua_Roma
No sale duplicado, y en realidad hoy estoy más preocupado por quienes rompen la convivencia de los españoles (esos que decían de otros que rompían España), a través de sus peones en la judicatura alta.
EliminarSi, si... salió duplicado. Dita sea!
EliminarY si; también. Comparto la preocupación.
Pero... mi buen amigo; ya está rota hace mucho.
El problema es que son capaces de llegar a lo más abyecto, por lo que escucho que está pasando hoy. Desconsolador.
Eliminar¿Cómo serían, Fáckel, estos casoplones en su día? Aunque hayan quedado intactos para la posteridad, nos falta el ambiente, la comparación con el resto de las casas para hacernos una idea. ¿Sería una casa de buen gusto o chabacana? Los nuevos ricos, ya se sabe, derrochan dinero y mal gusto a la par.
ResponderEliminarSalu2 romanorum.
En Pompeya, en Roma, en Emerita Augusta, en Tarraco, en Clunia Sulpicia, en fin, en cualquier parte había construcciones de ricos sumamente suntuosas. Unas serían de mejor gusto y otras de peor, según la moda, las posibilidades económicas, la prepotencia y los caprichos. Lo que antes decía a Ana: esa web italiana de la que adjunto enlace en el post continuamente proporciona abundante información.
EliminarLa restauradora parece formar parte de la obra, dando un efecto tridimensional.
ResponderEliminarIncluso es para imaginar que se escapó de esa obra, para revertir los efectos del tiempo.
Alguien algo tan noble en la restauración de obras de arte. Como preservar la simbólica inmortalidad de los artistas.
Saludos.
Eso es lo que me ha debido pasar, esa percepción tridimensional es la que ha salido de dentro de mí, al margen de la conciencia que todos los días nos exige distinguir ¿lo útil de lo inútil, por ejemplo? Gracias por tu aportación, Demiurgo.
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