Toses, toses mucho, deberías vigilarte más, le aconseja afectuosamente el artista mientras extiende la virulencia del rojo sobre la paleta. Es parte de mí, dice la modelo ocasional entre risas ahogadas por la desesperanza. Has vivido al máximo, Anita. Ella suspira. Si la vida no fuese intensidad, ¿qué sería?, y le hace una mueca burlona. Tú recíbeme con la mirada como si me estuvieras atrapando con las manos. Además me siento cómoda en el rojo. Es como si la sangre abandonara mis venas, se deslizara por toda mi piel y me vistiera tomando el relevo del tul y de las gasas. Como si transformara la desnudez y sublimara cada protuberancia de mi cuerpo.
El pintor mantiene el pincel en el aire. Tú eres más artista que yo, Anita. Yo solo soy un mirón. Un observador detallista, es verdad, y ávido, que pretende que trasciendas en un lienzo. Anita se crece en sus posturas. No seas modesto, Otto. ¿Acaso no es tu mirada deseo? ¿No te abrasa la sangre caliente, el fuego de la seducción, el movimiento oscilante que te brindo? Otto ni afirma ni niega. Mi mirada es sentir a través de ti a la mujer que llevas dentro. No la tradicional ni la sumisa, sino la libertaria, la que extiende, incluso a costa de su salud y de su tiempo, las posibilidades que los cuerpos ofrecen, y a cuyas requisitorias salvajes no sabemos siempre responder adecuadamente. Cuando apetezca de tus frutos ya suplicaré que me dejes saborearlos.
Anita oscila su cuerpo. Canturrea y acompaña la composición con el leve movimiento de una danza. Otto, aunque un día yo no esté sé que siempre permaneceré viva para ti. Anita esboza una pose casi famélica. Me has conocido en infinidad de oficios y servidumbres. He sido dueña de mi cuerpo, pero también propietaria absurda de mi destrucción. Has oído de mí vituperaciones y me has defendido hasta la saciedad. No mejores en el retrato a la mujer que se consume poco a poco. La plenitud no es solo lo que se posee sino también aquello que jamás se tiene e incluso cuanto se ha perdido. La plenitud es la vida vivida y el anhelo por la no vivida o el desaliento por la extraviada.
Otto licua en sangre carmesí aquel cuerpo depreciado. Ella se lo ha pedido.
* Anita Berber por Otto Dix.
Tu entrada me ha recordado esta fiase dicha por un actor que murió joven. "Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver"
ResponderEliminarSaludos
Así vivió también la multifacética Anita, a toda velocidad y al límite, según cuentan.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarcomo si quisiera decir: el tiempo podrá con mi cuerpo pero no con mi espíritu.
Salu2.
Con la representación. Ya sabes que de los personajes del pasado (incluso con nuestros familiares) solo quedan imágenes, en el mejor de los casos, aunque de muchos ni eso.
EliminarAquí he de decir que comulgo con el pintor en toda su plenitud: "Yo solo soy un mirón. Un observador detallista..."
ResponderEliminarSalut
Como somos todos ante tantas actitudes de la vida, ¿no?
EliminarQue poético , íntimo y maravilloso! Y qué tuyo...
ResponderEliminarManías de uno de pretender viajar en el tiempo...¿o de aproximar unos tiempos pasados a otros presentes?
EliminarSe me han asomado las lagrimas porque es igual en figura, en peso, en tamaño, en la cara, en el peinado, incluso en el color de pelo, que mi profa del taller de escritura, Adela Passarín, que murio hace ya tres años, consumida tambien por el cancer de pulmon
ResponderEliminarSaludoss
Anita fue devorada por la tisis, muy propio de aquel tiempo en que vivió.
EliminarBueno, verás:
ResponderEliminarLe diría al pintor que escoja mejor a sus modelos. Especialmente si se trata de una modelo femenina. A mi una conversación como la relatada, me pondría de los nervios y seguramente acabaría, en mi caso, cerrando flashes, colocando el famoso paño negro sobre la cámara y preguntando a la modelo
—¿Cuánto dijiste que cobrabas?—
Luego negociaría a la baja, muuy a la baja.
Anita Berber fue un personaje especial, por lo tanto intuyo que la conversación que mantuviera con este y otro pintor u otros personajes de su tiempo serían también muy peculiares. Voy a tratar de saber más sobre ella.
EliminarUm diálogo interessante entre a modelo que viveu em pleno e o pintor que a soube ver...O quadro fala por si...
ResponderEliminarInteressante.
Beijos e abraços
Marta
Es que Otto Dix es espectacular, no me extraña que los nazis le prohibieran.
EliminarDéjame presentable que esto se me acaba.
ResponderEliminarUn relato sobrecogedor.
Tuvo que ser una vida intensísima. A ver si me entero de más.
EliminarEl que elogia una mujeer libertaria merece provocar la conversación con ella y el color manchado de su pincel.
ResponderEliminarSalud, Fackel
Anna Babra
Todo está sumamente desteñido. ¿Habrá que reencontrar las pigmentaciones adecuadas que reflejen el tiempo que vivimos?
EliminarUna conversación fascinante.
ResponderEliminarHay dos tipos de pintor. Está aquel que encuentra belleza en las personas bellas y falta de belleza en las personas no bellas.
Por otro lado está el que encuentra belleza en todo tipo de personas y cuanto más singulares mejor. Estos pintores y artistas plásticos son los imprescindibles.
Totalmente de acuerdo. No es belleza todo lo que reluce. Y esa belleza-palabra con la que muchos se llenan la boca no deja de ser una sublimación.
EliminarLa belleza se admira, pero también se comprueba. Está en todas partes, pero hay que relativizarla.
No se me había ocurrido pensar en la parte sustancial del modelo en un retrato, su cuota de expresión y simbolismo que aporta a la obra más allá de lo que el autor logra captar y transmitir. Siempre va a estar la duda sobre si es intencional todo lo que el observador percibe en un cuadro o si es apenas un disparador de lo que cada observador percibe. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre va a estar esa duda, sí. Pero supongo que todos los retratos persiguen de un modo u otro esa especie de trascendencia temporal de los personajes, siempre limitada. Salud, Neo.
Eliminar"La plenitud no es solo lo que se posee sino también aquello que jamás se tiene e incluso cuanto se ha perdido", m'has fet pensar en aquest poema, titulat Ara:
ResponderEliminarAra que ja no ets, amor, ets més que mai.
Ara que ja no et tinc, amor, et vull de veres.
Ara que ja no ets, amor, ets esperança.
Ara que t'he perdut, amor, ets meu per sempre.
L'amor, amor, és així: és si no és.
Josep Piera
M'agrada molt la teva frase! L'aplico a la meva vida.
¿Ves? Es poema habla también de plenitud en cualquiera de sus estados.
EliminarGracias por hacerme saber de ese poeta.