La visita de Lynn me ha perturbado. No ha cambiado en exceso. Tal vez la he encontrado un poco más seria. O, mejor dicho, grave. Lo he deducido de la conversación que hemos tenido mientras cenábamos. Vienen tiempos difíciles, incluso para ti, Ahmed. Te prevengo. Tiempos en que nos pedirán que decidamos de qué lado estamos. Ese ha sido su mensaje. No deja de ser curioso. Hasta ahora yo pensaba que las dificultades las habíamos heredado solamente la gente de estas tierras. Que ellos, esos pudientes que viajan hasta aquí porque se sienten aburridos, estarían por encima de las grandes disputas. Siempre he sido benévolo con ellos. Principalmente con personas como Lynn, a quienes interesa sinceramente el pasado de esta región y colabora con sabios que se dejan el pellejo en el desierto. Que Lynn me dé a entender que hasta las sociedades confortables corren riesgos hoy día no deja de ser preocupante. Nosotros siempre estamos en la línea de fuego de sus rencillas, aunque nos separen miles de kilómetros. En la cena también han participado algunos compatriotas de Lynn que han venido a fisgonear para contar a la vuelta a sus amigos su versión imaginaria de este país. Esa gente, a partir de impresiones superficiales y vivencias aparentes, llega a conclusiones misérrimas. Y lo van narrando en sus reuniones de salón, sin pudor ni veracidad. Lynn, que nos conoce a los de aquí de sobra y que distingue la prepotencia de sus paisanos, no se sentía cómoda con ellos y ha hecho todo lo posible para que las opiniones que exponían no me hiriesen. No he concedido importancia a cuanto han dicho y Lynn me lo ha agradecido. ¿Será a causa de esa charla o de la presencia vigorosa de Lynn por lo que he tenido más tarde unos sueños desasosegantes?
La pesadilla que más huella me ha dejado al despertar era extraña. Lynn y yo descubríamos una estatua femenina cuyo significado ignorábamos. La pequeña cabeza exhibía un tocado recargado que jamás habíamos visto en las obras aparecidas hasta entonces. Mostraba unos ojos hipnóticos. Sus labios se pronunciaban en una curvatura que oscilaba entre sonrisa y ceño. Poco a poco asomaba un busto generoso y creciente. Todo sugería que bajo tierra permanecía un tamaño colosal que hacía que nos debatiéramos entre el asombro y el temor. Entre varios tirábamos de ella con fuerza para arrancarla de las entrañas de las ruinas. Se resistía con tenacidad. Al emerger iba perdiendo los colores que la habían adornado. Sentíamos que hacía fuerza en dirección contraria a nosotros. Como si no quisiese ser rescatada. Cuando parecía que estábamos a punto de liberarla de su escondite de milenios las manos de la estatua se ponían en movimiento y me agarraban, arrastrándome hacia las profundidades. Yo, muy asustado, le pedía ayuda a gritos a Lynn, pero ella, paralizada, solo podía invocar mi nombre: Ahmed, Ahmed, no te vayas, resiste. Me hundía más y más mientras la mujer de piedra acababa por salir toda entera al exterior. La voz angustiada de Lynn llegaba a mis oídos cada vez más difusa y lejana. Fue al precipitarme en la caída cuando desperté, náufrago a merced del sudor y de la ansiedad.
No sé si contarle el sueño a Lynn o callarme. Temo que su interpretación me produzca más pánico que la pesadilla en sí misma. Pero aquella imagen última en que me sentía rehén que se intercambiaba con otro rehén me dejó aturdido y preocupado.
Algunos sueños tienen valor en tanto y en cuanto no se comparten. Esa es mi filosofía onírica.
ResponderEliminarSaludos,
J.
El valor de reservárselos para uno mismo. De cualquier modo pienso que los sueños pueden relatarse -adulterados, sin duda- pero compartir, es decir hacer que el otro, el confidente, los sienta como propios (eso sería el compartir auténtico) probablemente no se dé jamás.
EliminarEncontrar una escultura en cualquier exploración ha de ser una sensación realmente gozosa.
ResponderEliminarPor los hallazgos. Un abrazo
No solo una escultura sino simplemente unas herramientas líticas producen una emoción insospechada.
EliminarPor la interpretación de los hallazgos y su significado sobre nuestro conocimiento. Un buen día, Albada.
El sueño se titula la maldicion de la tetona, y no quiere contarselo a Lynn porque ella podria saber interpretar lo que él no entiende. Y tener un conocimiento sobre Ahmed, que él desconozca que tenga.
ResponderEliminarAhmed interpreta que los sacrilegios se pagan. Y Lynn, depende de a qué lado esté sirviendo en ese momento. Lamentablemente, la pesadilla se interrumpe y no sabemos lo que pasa en la superficie entre la estatua de la rubiaescandinabadesubicada ya totalmente emergida, y Lynn.
En realidsd el sueño se refiere a los gustos de Amed en lo que a mujeres se refiere.
En tus textos hay mucha informacion oculta
Saludoss
En los sueños de Ahmed debe estar la información recóndita. Cómo eres, me has hecho sonreír casi a perpetuidad.
EliminarMejor reservar el sueño en el ámbito de lo privado.
ResponderEliminarSu interpretación por partes interesadas pueden producir un mayor desasosiego.
Y yo que sospecho que el capataz arde en deseos de comunicar su pesadilla...Ya se le pasará, que hay mucho trabajo en una excavación aunque en el panorama internacional soplen vientos peligrosos.
EliminarIntentar descifrar símbolos o mensajes dentro de sueños angustiantes es un arte(?) Tan inquietante como impreciso. Los miedos suelen tener más poder que los presentimientos.
ResponderEliminarCreo que cada cual conoce los factores que han conducido a sueños recurrentes. Eñ que no es que se conoce poco. Precisamente, ese conocimiento del que no se habla normalmente me parece que es fundamental. Si conoces tus obsesiones, fobias, temores, cuitas, etc., que la mayor parte de ellas son de toda la vida, estás más en tu haber. Eso importa para no caer en otro tipo de malas interpretaciones sobre lo que tu subconsciente pone en acción. Hay que ver los sueños como relatos, Y además imperfectos y abiertos, que es más interesante.
EliminarFackel, no tengo ni idea de interpretar sueños, pero me da que algo lúbrico yace bajo este.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Tú crees? No necesariamente, pero quién sabe.
EliminarHá sonhos que não devemos interpretar...Talvez este seja o começo do fim de uma era....o sonho é apenas um aviso aterrador.
ResponderEliminarObrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
No soy partidario de interpretar lo sueños porque no sabría cómo interpretarlos. Además el esfuerzo solo sirve para montar un esoterismo que no lleva a ninguna parte que no sea la esclavitud mental. Pero sí podríamos considerar individualmente las obsesiones de cada individuo. De ahí a sacar conclusiones para todo el mundo sería una falsedad. un engaño, un condicionamiento injusto.
EliminarCada sueño tiene su dificultad. Solo se puede interpretar para el soñador. Pero los sueños premonitorios (hasta que ocurre el hecho) no sabemos si son premonitorios o simples miedos.
ResponderEliminarEn fin... Un tema delicado.
Son tantas las fijaciones, obsesiones y objetivos que desbordan nuestra vida que no es raro que los sueños se hagan eco de ellas, los traduzcan a su ámbito caótico y haga que sea beneficioso en las fases oníricas. Dudo de lo premonitorio, salvo que en la vida consciente le estemos dando tantas vueltas a tantas cosas que lo tomemos como aviso.
EliminarHay estatuas que no desean ser rescatadas, al igual que hay sueños que reprueban ser interpretados.
ResponderEliminarTodo simbolismo es eso, simbolismo, y pudiera ser que su significado variara dependiendo del momento, de las energías o incluso del estado de ánimo del soñador.
Salut
Probablemente hay estatuas escondidas, pero ¿por decisión propia? Las destrucciones del pasado fueron tan numerosas como densas que habrá obras que no aparecerán jamás. Muchos cimientos de templos posteriores al llamado mundo pagano (que conste que el término no lo acepto) están sujetando arquitecturas de creencias poco estimulantes, digamos. Pero sí, los hombres inventaron el simbolismo desde las cuevas y hoy día no cesan, con otras formas. Para muchos siguen valiendo, a mí me parece que tienen una utilidad manipuladora y reduccionista, pero es así.
EliminarLos sueños forman parte de nuestras fantasías, irracionalidad, anhelos, obsesiones...
ResponderEliminar¡No le demos más vueltas, que así son los sueños !
Probablemente, así son y así deben ser. Pero me pregunto si no son liberadores para mucha gente, y no nos libramos nadie. Son liberadores de circunstancias, efímera liberación causada por una alteración de la conciencia. Muchos se someten por ello a otras formas de alteración que conduce sus vidas y creen que las palían.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarsupongo que el hallazgo de esa cabeza ha debido ser tan emocionante como lo que sintió el que desenterró a la Dama de Elche.
Espero que no caiga en malas manos y la rompan.
Salu2.
Si te refieres a la cabeza de la fotografía no sé nada. Ha siso una excusa para iluminar el texto, digamos. Pero por supuesto que todos los hallazgos son emocionantes. Tengan el cariz que tengan. ¿No has oído hablar de la habitación de los caballos muertos en el yacimiento tartésico de Turuñuelo de Guareña? Más allá de mitos, leyendas y otras hierbas desfiguradoras de la historia real de lo que habitó este país el trabajo y la información son vitales para ir comprendiendo costumbres de predecesores.
Eliminarhttps://elpais.com/elpais/2018/02/13/eps/1518539498_460221.html
Somniem el que desitgem i el que temem, en aquest somni doncs és el que et fa por. Força angoixant!
ResponderEliminarTal como dices, Helena.
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