Tu amigo Seymour no tendrá ni idea de que estás sobrevolando este imperio de ruinas, le dice el piloto a Lynn. Ella hace una mueca de duda. No te fíes, Burton. Seymour se entera de todo, No es un mero diplomático, esconde otra actividad y por lo tanto despliega una personalidad más retorcida. Alguien le habrá informado de a qué hora hemos partido, qué recorrido estamos haciendo y si aterrizamos en alguna pista cercana con quién vamos a vernos. Seymour tiene por principio no creer a nadie y no admitir la naturalidad de cualquier comportamiento. Burton no parece sorprenderse. Ese tipo es peligroso. He sabido de alguno más de su estilo. Lo que no entiendo, Lynn, y te conozco desde hace mucho tiempo, no en vano hemos compartido aventuras donde la sinceridad te ha calificado ampliamente, es que te prestes a sus caprichos. Tal vez sea también mi capricho, Burton, replica la mujer. No lo dudo, y el piloto distingue las ruinas y activa con seguridad los mandos para un acercamiento, pero los personajes de doble rostro juegan con fuego y pueden quemar a quien se arrima. Lynn no quita ojo a los colores ocres que se van tornando rojizos a medida que pasan una y otra vez circularmente sobre la vieja urbe. Eso es lo que me gusta, que esos presuntuosos sientan mi aproximación como una conquista fácil. No me molesta sentirme utilizada, diría que incluso me apetece hacer creer que soy presa de los celos. En ciertas materias Seymour es un libro si no abierto al menos no secreto del todo. No sabes mucho de sus oscuras intenciones, pero suele quedar al descubierto ante lo aparente y lo que él cree accesible. Burton, que se debate entre contemplar el paisaje de la urbe abandonada y admirar el que muestra vivamente la mujer, no se desconcentra. Sigues siendo la invicta de siempre, Lynn. Que yo te diera consejos a estas alturas no serviría sino para que me tomaras por tu papá y por lo tanto no me hicieras caso. Te has propuesto una batalla que tú crees controlar y a mí me da la impresión de que puedes encontrarte con complicaciones. Pero se ve que toda la vida te han gustado las complicaciones hasta extremos que a otros nos llevaría a evitar. A ti te gusta pilotar un aparato como este y jugar con él, ¿no?, dice Lynn. Debe ser que tu exceso de confianza se ha apoderado de tu personalidad, que ya no distingue si eres el piloto o propiamente el avión. Pues acaso a mí me suceda otro tanto. Burton afirma con una carcajada mientras inicia un descenso vertiginoso. ¿Preparada para un rasante?
Los caminos de la atracción son incompresibles, Lynn parece atrapada por el personaje y por el vértigo de las emociones.
ResponderEliminarUn placer leerte en la mañana.
Que pases un buen día.
Todo puede ser, Ángel. Salud para la jornada.
Eliminar"...Alguien le habrá informado de a qué hora hemos partido, qué recorrido estamos haciendo y si aterrizamos en alguna pista cercana con quién vamos a vernos..." de eso pueden estar seguros. El programa Pegasus, el del Mossad, en realidad está pero no existe, ya se sabe que con estas cosas de espionaje no todo es lo que parece y lo que parece siempre es desmentido.
ResponderEliminarSeymour está al tanto, es gallego, seguro, diplomático y con retranca hará ver que va cuando en realidad está de vuelta.
Salut
Ya que lo citas, ni las cuatro barras y demás acólitos están libres de Gran Hermano. Pero acaso no es cosa de quien se piensan, sino de algo/alguien más poderoso. Cosas veredes y aconteceres, mientras el dedo señala la luna el tonto mira al dedo.
EliminarPara encontrar la Luna, es bueno señalar con el dedo. Debo ser de los tontos que mencionas, pero Citizen Lab dice textualmente:
EliminarTodo apunta a autoridades españolas
Nadie está libre de Gran Hermano.
EliminarLo mismo se creen que están en una batalla aérea en la segunda guerra mundial.
ResponderEliminarSaludos
Ucrania, o al meno alguna de sus ciudades, va camino de ello. Ctesifonte ya pasó la prueba de la devastación hace siglos.
EliminarEntre el descenso peligroso en avión y el no menos peligroso juego entre espías, todos ellos están para agarrarse donde puedan.
ResponderEliminarEs lo que tienen los juegos peligrosos o, al menos, arriesgados.
EliminarCon el estómago encogido me he quedado imaginando ese vuelo rasante y a Seymour.
ResponderEliminarBrillante, muy brillante.
Un abrazo.
Hala, no será para tanto, Rita.
EliminarVaya... Lynn es una agente doble. En el otro relato me parecio una secretaria de direccion. Burton es obviamente un operativo de la Cia, si es que en los años 30 se llamaba asi. Aunque la historia parece mas de los años 50 o 60.Yo diria que ella es fisica y actitudalmente como Demi Moore en "Un plan brillante". Pero no alcanzo a adivinar para qué otro gobierno tambien trabaja. No la veo rusa. ¿De la stasi, tutora del joven Puttin?
ResponderEliminarYa lo aclararas, ahora ya has empezado la novela
Oye, oye, que vas a desvelar la trama. Jaj. Nunca sé si una idea simple o una ocurrencia empieza y lleva a alguna parte.
EliminarHay mujeres que buscan la seguridad y otras el riesgo en lo amoroso. Hay mujeres que buscan compartir lo cotidiano con un hombre, otras la fiesta, el capricho... Cuando una mujer sale con un seductor algunos la compadecen, otras la envidian. Si ella se lo toma como un juego le puede ir bien. Si quiere todo o nada se estrellará.
ResponderEliminarGran Hermano está por todas partes...tienes razón... y cada vez más...
Una descripción sabia por tu parte.
EliminarGran Hermano para cualquier cosa. El mensaje de un paquete devuelto y no sé qué no es cosa solo recibida por políticos, a muchos nos ha pasado, sea con intención comercial, estafadora o vaya usted a saber.
Hay quienes gustan del vértigo, del peligro y el riesgo. No estoy en ese grupo. Mi aventura máxima fue tirarme en parapente...lo disfruté, lo reconozco jeje
ResponderEliminarPues son emociones no tan distintas, los riesgos de relaciones y tirarse en parapente seguro que disparan en ambos casos adrenalinas y otros "opiáceos propios".
EliminarEse vuelo rasante será emocionante, pero sguramente muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo
Mientras no se estrellen...
EliminarNo sé si se esconden los comentarios, porque ha cambiado el formato. Te decía que ese vuelo rasante promete ser emocionante y triste.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, han cambiado de ayer a hoy esta historia de comentar. Sus propietarios sabrán por qué. A adaptarse, oye.
EliminarPues yo no observo cambio alguno.
EliminarYo hoy tampoco, sigue como antes. Sería una prueba del propietario, o un espionaje.
EliminarMe parece que Burton solo mira, pero no observa.
ResponderEliminarHay mujeres que gustan del peligro, de un constante juego de seducción, con el corazón cálido y la cabeza fría, puede que sienta que conoce a profundidad a Seymour y va un paso adelante de él, quizás en momentos lo está y en otros, él ya está de regreso.
No sé si un piloto mira y ve solamente o también se permite observar sobre la marcha. Supongo que dependerá de la tranquilidad o agitación del vuelo.
EliminarLo del constante juego de seducción...¿corazón caliente o ego álgido? (pregunta que puede valer también para hombres)
Quizás, Fackel
EliminarPor supuesto, no es exclusivo de mujeres
El ego es naturaleza humana compartida. Puede haber matices formales que diferencien las conductas, pero en esencia... Gracias, Verónica.
EliminarHá quem goste de viver perigosamente...de seduzir, deixar-se seduzir e no momento final, afastar-se. Um jogo de gato e rato, nunca se sabe quem vai ganhar ou perder.
ResponderEliminarInteressante como sempre...
Beijos e abraços
Marta
A veces ambos pierden. Creo que la vida es un juego de atracción y rechazo permanente, y no solo en el terreno amoroso, sino en general. Saúde, Marta.
Eliminar"No me molesta sentirme utilizada, diría que incluso me apetece hacer creer que soy presa de los celos", a mi ni una cosa ni l'altra. No hi ha ningú tan important.
ResponderEliminarHay posicionamientos para todos los gustos, por lo que se ve.
EliminarDesde las alturas se divisa mejor el pasado. Tomamos perspectiva. Analizamos mejor las cosas.
ResponderEliminarSalu2, Fáckel.
Apúntate un libro que acaba de salir:
Eliminar"Qué hacer con un pasado sucio", del historiador José Álvarez Junco. Para mí este autor es de los más competentes en su materia. El comienzo promete.