Me he arrancado los ojos para no ver lo feo, la garganta para no proferir exabruptos, los conductos del oído para que no me llegue ni ruido ni música celestial, la mandíbula para que no tirite cada vez que el humor me pone de perros, la nuez para que no haga ostentación de una virilidad envejecida, un hemisferio del cerebro para no sentir, otro hemisferio para no pensar, uno de los dos lóbulos para que la imaginación no sea sacrificada a la nefasta influencia mediática, el corazón para que no brinque y me engañe con sus latidos tramposos, el hígado para que la hiel no me amargue más, las tripas para que cesen las evacuaciones no deseadas, los genitales para que no me inciten a una erección insensata, los riñones para que no se crean por más tiempo hontanares purificadores, los brazos para que no traten de asirse a lo que no sujeta, las piernas para que no hagan el paripé de que aún hay recorrido, y ¿qué queda de mí?, pues supongo que un deshecho tras el cual vendrán otros deshechos, pues es sabido que el que abre camino arrastra con la flauta de la desilusión a otros perturbados como yo, que saben que apenas hay sitio para la cordura en un mundo de necios.
(Este sueño, decorado con literatura barata, me ha desbaratado la noche)
(Escultura de Bernardí Roig)
Curioso sueño has tenido, Fackel...
ResponderEliminarPrecisamente últimamente tengo yo sueños muy vívidos...
¿Será porque esta pandemia nos está minando los sesos?
Buena semana, Fackel, salut i força al canut
Aunque hagamos el esfuerzo de racionalizar y mantener cuidados y temple yo me temo que el virus del machaconeo mediático también perjudica. Y acaso este otro traspasa la borda y hala se infiltra clandestinamente en el subconsciente. Saludpara ti.
EliminarUn sueño, más bien pesadilla. Camino de una lucidez amarga recorrido por muchos antes que nosotros. No me extraña que la noche se desbarate. Pero ya es el día y todo continua.
ResponderEliminarMagnifico texto. Un saludo.
Las pesadillas son duras a veces pero afortunadamente no son sino sueños. Pero algo se está desgarrando en el hombre. O acaso es la burbuja en la que hemos estando viviendo la que empieza a pinchar. Ya veremos cuántos más sueños nos desgarran y cuántas realidades no oníricas no nos despedazan. Saludo, Ángel.
EliminarNo entiendo porqué no ha ido directamente al grano, igual que hizo Sartre, en vez de trocearse y después decir : ¿qué queda de mi?, pues lo que ha deseado, pedazos de trozos y nada completo.
ResponderEliminarsalut
Tal vez el hombre ha estado troceado siempre. Los individuos nunca somos completos, ni lo hemos sido nunca. Somos partículas un poco remodeladas y lanzadas al mundanal ruido...para generar más ruido.
EliminarLas vísceras muchas veces estorban.
ResponderEliminarQuedamos reducidos al "hombre mínimal", ya se sabe lo menos es más.
Salud
Cornadó
Pues el minimal de hoy día va de sobrado y se cree un maximal. Conclusión: el humano ridículo, desde la altura hasta el fango.
EliminarAsí es. Cuando no se quiere ver, ni sentir, ni pensar, ni estar, el desgarro es auténtico. Y auténtico es que este deseo influye de manera directa a otros seres semejantes, quizás no tan necios.
ResponderEliminarSaludos
O se trata de una brutal manera de desnudarse, de dispersarse, en busca de la esencia ignota. Bah, este pensamiento es estúpido, no hay otra esencia que el deambular cotidiano ni otra proyección que perdernos en él.
EliminarTe has quedado descansado.
ResponderEliminarEs lo que tiene desmenuzarse.
EliminarTe comprendo, es muy humano, pero no debemos permitir despieces personales, aunque sean oníricos, inducidos por la necedad humana. Además tú dispones de herramientas (imaginación y humor) para remontar.
ResponderEliminarAcabo de ver/ escuchar un vídeo llamado: “Ingeniería Lingüística en el Lenguaje Público.” Superando los inevitables enfoques ideológicos resulta generacionalmente consolador y bastante instructivo.
De todos modos siento que solo es consecuencia de nuestra porción de desconocimiento consecuencial. Le ocurre a todas las generaciones, la nuestra es bisagra y ha disfrutado de unas décadas muy afortunadas visto lo visto.
Yo creo que ya no hay enfoques ideológicos y menos de sustancia. En las relaciones sociales se está imponiendo como nunca el sálvese quien pueda, el sigo a quién más chilla, el tú eres más o menos , el oportunismo tácito, el ¿diálogo? visceral. Ese desgarramiento de un cuerpo es el de todos los cuerpos. No es un sueño. Es una debacle de seguir así.
EliminarMe gusta esa contundencia que te gastas en los sueños y ese toque optimista con el que se tiñe la escena. Gore.
ResponderEliminarEn ese desguace onírico cerebral parece que has dejado intactas las áreas de Broca y Wernicke. Afortunadamente para los que nos gusta leerte.
Arriba esos ánimos !
Algo había que dejar a salvo. Esas áreas ¿serán las últimas de las que uno se despedirá?
EliminarResulta difícil para los de mi generación mantener una cierta clase de ánimo, visto lo que está deviniendo el canallismo ad hoc. Por otra parte no debo quejarme, no he padecido circunstancias peores como mi padre, por ejemplo.
El hombre deconstruido y deshabitado. Buena metáfora del desarraigo y el desencanto.
ResponderEliminarUn saludo, Fackel.
Es un proceso lento que en cualquier momento puede desatarse del todo, pero no tengo prisa. Me conformo de momento con conjurarlo con palabras, lo gore como dice Nox. Salud y mantenimiento.
Eliminarquizá sea interesante dejar definitivamente las pastillas de dormir, a ver si en el duermevela, se me ocurre también a mi una buena solución.
ResponderEliminarsalud, Fackel
Cada cual sabe. Pero escribir suele ser un buen relajante. Escribir visceralmente propicia la adrenalina y luego te sientes cansado. O mejor, satisfecho, y la satisfacción -sea tras las letras o tras una acción de amor- ayudan a conciliar el sueño. Por supuesto, conviene no pensar mucho en los propios fantasmas. No ayuda. Gracias por pasar.
EliminarNo te agobies y no exijas en exceso -aunque comparto esa exigencia- porque las frustraciones de lo que no se logra castigan mucho a la salud. Calma, mucha calma. Un abrazo
ResponderEliminarSeguiré tu consejo, procuraré que los monstruos del sueño no me despedacen y las bestias de la vida cotidiana no me desconsuelen. Un abrazo, R.
Eliminar
ResponderEliminar..."¿Que queda de mi?"...
Un sueño. Y en cierto modo, el símil de una vida. De cualquier vida. Y,aún se podría agregar: Para que haber vivido? Para que haber tenido cerebro, corazón, ojos, manos... y, sobre todo sentimientos?... Tiene algún sentido?...
Y, sin embargo pensamos también, que la vida -aunque termine así, sin mas-(¿?) tiene, ha tenido o puede tener, épocas, horas, momentos... por los que merece la pena vivirla, no?
Buenasnoches, Fackel
Por supuesto que tiene sentido, sin necesidad de dioses ni de fantasías míticas; es un hecho que cada cual debe explicarse viviendo; implica grandes momentos buenos, como dices, y muchos momentos terribles y dolorosos; cada cual sabe de ello y en qué medida se inclina un platillo u otro de la balanza; mas cuesta llevar a los humanos, ¿no?
EliminarBoa noite, MS.
Há sempre qualquer coisa que fica... Apesar da escuridão, da dor...
ResponderEliminarHaverá diferenças, porque mudamos, mas não podemos deixar de sonhar, de colorir a vida.
Beijos e abraços
Marta
En efecto, no se puede dejar así como así lo que es condición humana: resistir, superar, soñar. Pero las circunstancias siempre desgastan. Gracias, Marta.
EliminarMientras podamos contarlo.
ResponderEliminarAsí es; en función del tiempo personal. Chi lo sá.
EliminarSin impulsos, si tentaciones, sin emociones primitivas e intensas, nada queda.
ResponderEliminarSaludos.
Vaciamiento.
EliminarBuena mirada al día.
Ingenioso hasta en tus sueños.arrancarse la esencia a pedazos para no sentir, no sufrir, no equivocarse... para no ser, en definitiva. Triste destino el de la autocensura perpetua.
ResponderEliminarEn cierto modo, o parcialmente, todos la ejecutamos, ¿no?
EliminarBien estar, Neo.
Un sueño onirico.. el hombre un desecho ha quedado como la vida misma. Tremendo per pero muy creativo. Beso
ResponderEliminar¿No será que nacemos para descomponernos? La frontera entre lo soñado y lo tangible es imperceptible. Gracias.
EliminarFáckel:
ResponderEliminardespués de tanto arrancar piezas, supongo que quedará el alma, jajaja.
Por poner una nota de humor.
Salu2.
Me temo, amigo, que eso llamado alma -o imaginación o energía o soporte ideal- sin espacio donde morar se ausentaría, je. Por seguir la nota irónica, ¡gracias!
EliminarTerrible pesadilla. Para mí es una alegoría muy buena. Expresa cómo nos vamos arrancando lo genuino por imposiciones de lo políticamente correcto. El cuerpo es sabio. Lo politicamente y religiosamente correcto se alejan de lo corporal. Lo juzgan pecaminoso. Lo juzgan incorrecto.
ResponderEliminarEn fin...
Un abrazo
O tal vez en búsqueda de lo genuino algunos tratamos de desasirnos de la costra formada por las imposiciones, obligaciones, ideologías fantasiosas pero que dominan...El cuerpo es territorio, y creo que cada individuo no lo vive con la misma sabiduría, y el conocimiento es escaso en nosotros, porque tal vez siempre ha estado ocupado por lo que aceptábamos desde la infancia sin más. Pero la labor de limpieza del campo lleva toda la vida y apenas vamos depositando semillas nuevas, de cuyas adquisiciones nunca estamos seguros si las adecuadas. Recuerdo versos del poeta Antonio Machado:
Eliminar“Yo, para todo viaje
–siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera–,
voy ligero de equipaje”.
Igual es lo que tenemos que descubrir. Cuanto antes mejor. Y saber vestirnos con nuestra propia piel.
Eso, en fin. Búsqueda. Un abrazo.