Oigan, que la noticia no la doy yo, más bien me desayuno con ella y, aunque no me da ni frío ni calor, me produce uno más de mis pensamientos fugaces, como casi todos los míos, y así que lo único que se me ocurre es aquello de por la boca muere el pez, ejemplo de refrán, que habrá otros muchos, para calificar el contagio del ínclito de la Casa Blanca y su dama, y encima leo que ha sido por una asesora que lo tenía dentro del avión Air Force One, ya saben, la nave presidencial que aparece en las películas de catástrofes mundiales sobrevolando el cielo, no sé si solo el de ellos o el del mundo, bueno, qué bobada, como si el mundo no fuese de ellos, como arca de Noé sobreviviendo a un cataclismo, ya nuclear, ya sísmico, ya de convulsión de un aerolito, que da lo mismo para el caso, pero eso siempre me hizo gracia, el ufano presidente y su equipo a salvo en un avión que parece libre de toda desgracia, aunque esa clase de películas nunca nos aclaran cómo quedaría el género humano si solo sobreviviesen los viajeros de la nave y tuvieran que reproducirse para la salvación de la especie, y de pronto mira que la realidad es siempre obcecada y da una pista de que ni siquiera el Air Force One está libre de enemigos, y cómo el enemigo lo tenían en casa, porque tal personaje patógeno no entiende de buenos y malos, de rojos y azules, de ricos y pobres, de chinos o tejanos, de bocazas y prudentes, y lo irónico del caso, lo paradójico, lo que causa risa desternillante es que ese personaje, no por más alto en el escalafón de gobierno menos mediocre ni torpe, es aquel que retrasó las medidas preventivas para millones de ciudadanos de los EEUU, que negó el efecto del virus, si no la propia existencia, que culpaba a otros, en este caso a los chinos principalmente, que no se ponía mascarilla ni mantenía distancias, y el patógeno, al que ni la CIA ni el FBI ni la DIA ni la NGA saben dar caza, al que aún no le han puesto en la lista de terrorista más buscado, sigue causando estragos, y me pregunto, ya digo que soy de pensamientos efímeros, qué pensarán ahora sus millones de seguidores, los de las religiones, los creyentes en las armas, los granjeros, toda esa base social que dice amén cuando no mú a lo que vocea estentóreamente el inquilino de la White House que puede no seguir siéndolo tras las elecciones de noviembre o...¿no será esto del contagio una estratagema para dar pena a los suyos y que le sigan concediendo la confianza?, o acaso algo peor, pues podemos esperar de todo de aquí a las urnas del Imperio.
Nota. Acabo de leer un artículo de Salvador Macip que me parece importante divulgar.
Justicia poética diria yo, y encima en cuarentena con la titular. Como diria Rubianes: cagate lorito.
ResponderEliminarEn la casa donde viven hay muchas alas y rincones, seguro que la titular y él ni se ven. De todos modos verás cómo utiliza el incidente y se presenta como víctima pre electoral.
EliminarA veces resulta incomprensible tanta falta de sentido común.
ResponderEliminarMuy bueno el enlace.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo, yo tampoco lo entiendo. A cuidarse.
EliminarLas naves de los poderosos siempre sobrevuelan sobre los demás, pero el virus tampoco conoce de alturas y es capaz de infectar a todo quisque aunque vuele alto.
ResponderEliminarEl artículo de Macip me ha gustado. Los políticos no atienden a razones científicas ni técnicas, sólo hacen caso a SUS intereses políticos. Vamos mal, la falta de educación y el desprecio a la ciencia nos traerá muchas desgracias.
Saludos
Me preocupa que si sigue este desbarajuste la desconfianza de la ciudadanía va a llevar a una falta de credibilidad en las instituciones muy seria.
EliminarNo hay negacionista que se salve. Desde Bolsonaro al bien peinao del inglés.
ResponderEliminarPor otra parte, el Sr Salvador Macip es de lo mejor en cuanto a su especialidad, yo lo tengo en primera página y siempre contesta mis dudas o mis reclamaciones, que también las tengo. Lo hace en cualquiera de los tres idiomas que le escribas (castellano, catalán o inglés)
Un abrazo
Los negacionistas toman de su propia "medicina", mira qué paradoja.
EliminarLes está bien empleado a los negacionistas. Probar un poco del jarabe de la realidad igual hasta les vuelve algo más sensatos. Ya van unos cuantos: el Boris, el Bolsonaro, ahora el hombre zafio del rostro anaranjado... Solo falta que los antimascarillas se ofrezcan voluntarios en los hospitales para echar una mano.
ResponderEliminarSaludos.
Ja, me ha hecho gracia lo del zafio anaranjado. Es para añadir más calificativos, a mí me resulta muy desagradable cuando le escucho hablar y gesticular. Lamentable. Respecto a que toda esa ralea se vuelva sensata...tengo serias dudas. Han traspasado con sus ambiciones la frontera de la cordura.
Eliminarjaja...queda mal decir "se lo merece"???
ResponderEliminarYo lo esperaba hace tiempo, y mira por dónde...Pero no te fíes, ese individuo es un teatrero, no me extrañaría que fuera farsa, nos podemos esperar cualquier cosa.
EliminarSí, muy posible que sea una treta para conseguir mas votos, en las próximas elecciones.
ResponderEliminarComo para fiarse de la mayoría de los políticos actuales... Bueno, son los que nos merecemos, no?...
Pues no sé.
EliminarTanto andar sin mascarilla, tarde o temprano iba a caer. Lo que aùn no sabemos es cuan duro le va a tocar. En fin....
ResponderEliminarUn abrazo
Lo que sí sabemos, Myriam, es lo duro que está cayendo a muchos ese personaje, y también nos está cayendo, porque hace y deshace sus políticas comerciales como le da la gana y afecta a sectores de comercio españoles entre muchos otros países. Ya veremos hasta qué punto está dividida la sociedad estadounidense y qué actitudes tiene en el momento decisivo. Gracias, cuidarnos.
EliminarBueno, es que tenía que pasar, estaba cantado. Lo peligroso como dice el blog compartido, es el tener de presidente a un tipo que no entiende ni quiere entender a la ciencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues como le pasa a la desleal oposición española, solo que aquel tiene más poderío y aquí solo hay chulería de barrio.
EliminarDespués de leer las últimas noticias (penúltimas) sobre el internamiento en un hospital del protagonista de este post se me ocurre si no estará buscando una suspensión o aplazamiento de las elecciones de noviembre. Sigo pensando que hay gato encerrado.
ResponderEliminarQue levante la mano el que no ha pensado por un momento aquello de:
ResponderEliminarNo le quiero ningún mal, pero si la palma, aunque solo sea un poco, no voy a llorar ni un poquito poco
¿Qué decir que no sepas?
EliminarA veces las lecciones vienen por muchos caminos, supongo que Trump sacará sus conclusiones, o no... Aunque creo que el contagio afecta más a su discurso o estrategia que a su salud...
ResponderEliminarNo obstante, lo que hace y dice Trump va más allá de lo aparente...
Abrazo
Trump es un comerciante de los negocios y para él la política es comercio, directo y paralelo para apuntalar su propios negocios probablemente. No me fío ni pizca. Desde luego ha quedado desacreditado entre la gente sensata y razonable. Pero va a jugar a todas, incluso maniobras sucias, de aquí a las elecciones. En efecto, va más allá de lo que parece. Pero puede que en una de esas se pase de listo.
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