En el principio fue la mirada. No la palabra. La palabra fue al final. El final que estamos recorriendo todavía. Llámese, si se quiere, desenlace. Que generará otra actividad. Que dará pie a otros desenlaces. Que probablemente no tenga fin.
Tras la mirada, o junto a ella, fue el adiestramiento.
Hacer y procurar.
Adecuarse y transformar.
Comprobar y decidir.
Lentamente tuvo lugar la adquisición de un método. De la inicial supervivencia instintiva al afianzamiento de un plan estable. Acaso era que el instinto padre daba lugar a la conciencia hija. Pero fuera de cualquier argumento, porque no eran tiempos, aún, del lenguaje explícito. Mas ¿no iría este incubándose paulatinamente en el útero del propio hacer? Y el hacer, que procuraba, transformaba y decidía tuvo lugar:
Seleccionando lo útil.
Desechando lo inservible.
Relegando lo insuficiente
Aquella mirada, una y múltiple, anterior y actual en cada momento de la especie, se fue afinando.
Distinguió.
Eligió.
Sitúo los términos del territorio.
Midiendo la necesidad y valorando la posibilidad.
La vida de los hombres fue compleja desde sus primeros vagidos sobre la Tierra. Complejidad heredada en parte de especies anteriores desde las que provinieron las humanas. Complejidad añadida por las nuevas miradas.
Mirada de curiosidad.
Mirada de indecisión.
Mirada de reconocimiento.
Lo complejo sumó valor a la capacidad instintiva. Y esta halló recursos, revolviéndose contra sí misma, esto es, contra sus limitaciones, a pesar de sus posibilidades. Revolviéndose contra los otros mundos: las demás especies coetáneas, las catástrofes, los ciclos alternos de extremas temperaturas, algunos milenarios. A veces demorando la vida. Mermando la vida. Siempre arriesgando la vida.
La mirada, ejercicio del órgano ojo amalgamado con el órgano cerebro, se fue convirtiendo en mil miradas. Todavía se multiplicó más cuando llegó el tiempo del lenguaje. Todavía fue más allá cuando se activó con amplitud la conciencia. Acaso cuando lo mirado exigió una expresión para justificar y explicar la relación del hombre con el todo. El arte.
Tras la mirada, el objetivo más sublime.
La persecución del conocimiento, el instinto de saber. El dónde. El cómo. El por qué. El para qué.
En Tell Brak, hoy nordeste de Siria, se encuentran las ruinas de una ciudad mesopotámica de seis milenios de antigüedad. En lo que fue uno de sus templos se hallaron infinidad de figuras de pequeño tamaño -ídolos, exvotos- representando a humanos. Su abstracción corporal solo es rota por los ojos centrados, bien abiertos, expectantes. Afirmación de una presencia, probablemente reclamando la atención y el favor de los dioses. Afirmación a través de una exaltación especial del órgano de la mirada. La mirada, la primera maestra del hombre, adquiere aquí un aire de eternidad.
(Fotografías tomadas de forma aleatoria de internet)
Una reflexión estupenda. Esas figurillas, todo ojos, me parecen hipnóticas. Sin mirada no hay palabra que intente definir, es cierto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son estos exvotos lo estupendo. Me recordaba aquel lema: todo lo pequeño es hermoso. A mí me hipnotizan, sí. Me vincula al fenómeno de la Humanidad, da igual dónde se manifieste esta.
EliminarSon figuras bellísimas, llenas de personalidad, de un artista ( o escuela de -vaya uno a saber-) que supo captar el interés del espectador. Sobrevivirán eternamente. No es una obra fugaz.
ResponderEliminarSalut
Increíbles, ¿verdad? Cada cultura ha sabido hallar su expresión. Naturalmente, el artista ha traducido o interpretado algún sentir popular. Y si ese sentir no existía ha sido capaz el artista de explicitarlo. Maravillas. Me quedo con esto a pesar de los motivos para ver solo el lado negro. Hablo en general de las trayectorias históricas. Me quedo hoy con lo luminoso.
EliminarSin la mirada no existiría el arte.
ResponderEliminarNo conocía esta cultura y me ha intrigado, así que has provocado en mí unas ganas de aprender, que es lo mejor que se puede provocar por estos caminos virtuales. Gracias por ello.
Hay tantas culturas antiguas de las que apenas conocemos. Y en estos tiempos globalizados a algunos les parecerá desfasado aquello, a otros una riqueza sin fin. Eso que dices, las ganas de saber más es lo que también he percibido yo.
EliminarOjos para captarlo todo.
ResponderEliminarInquietantes, prestos, absorventes.
Lección de supervivencia.
Abrazos.
Aquellas miradas antiquísimas -más antiguas incluso que las que estos ídolos representan- expresan tanto, tanto. Sin ellas no estaríamos aquí. Bill Gates no habría existido.
EliminarO olhar é o começo de tudo... A partir daí, construímos um Mundo a que damos a voz...
ResponderEliminarInteressante....
Obrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
Naturalmente. Sin la mirada, ¿qué hubiéramos sabido los humanos del mundo? Lentos procesos antiguos, vertiginosos hoy.Es para reflexionar y no desdeñar el punto al que hemos llegado.Solo corregir los errores y construir, seguir construyendo Humanidad.
EliminarEn la mirada se crea la palabra. Y no sabría decir qué es primero si la palabra o la voz. ¿El primer sonido emitido por el hombre es el germen de la palabra o es la palabra impresa en la mirada la que crea la voz? Esa necesidad del hombre para comunicar, la voz intrumento adherido a la mirada que por si sola ya comunica.
ResponderEliminar¿Y al final hasta llegar a un código?
Salud, Fackel.
Anna Babra
Tras la mirada, la necesidad de nombrar. Pero nombrar, ¿qué es? ¿Situar un concepto claro? Las voces, primitivas, acompañadas de gestos (como ahora, eh) existían probablemente antes, pero la palabra viene definida por un concepto, una idea, una necesidad de situar términos que ahorren procesos e incentiven otros. Ahí habría que ahondar en el significado del simbolismo, que hoy practicamos pero no sabemos explicar muy bien, tal vez es un intermediario.
EliminarAnna, saludemos cuanto respiramos.
Aunque solo nos presentas grandes círculos, a veces vacíos, aparecen durante la infancia por muy diversos motivos. También quedan plasmados en los orientales rostros manga, quizás debido a cierto complejo cultural respecto a sus ojos rasgados siendo los grandes y circulares sinónimos de magnética curiosidad infantil y por ende belleza.
ResponderEliminarSí, pero es que estos son tan antiguos. Me pregunto si aquellos artistas estarían solo motivados por la forma. O ya veían en la forma simbólica un significante que ellos deseaban o se les ocurría expresar de esta manera. A mi me parecen obras bellísimas.
EliminarNo es de extrañar la atracción que implican. En la última imagen me resuena E.T.. diseñado para causar ternura.
EliminarLa antigüedad de tus imágenes podrían ser indicadores del inconsciente colectivo hacia esa parte de los rostros.
Y por supuesto a todos, menos a sus víctimas, nos atraen las lechuzas como indicadores de sabiduría, entre motivos diversos, como su gran velocidad y enorme silencio del aleteo de sus alas. P.e.
Con el diseño de estos tiempos de monstruos así como con los manga apenas se crea nada nuevo, pienso que los modelos actuales de películas copian en mayor o menor medida diseños e imágenes primitivas. Anda que no hay representaciones desde el Paleolítico que la mayoría de la gente desconoce y que pueden ser explotadas con oportunismo por los "cerebritos" copiones de nuestros días...
EliminarLas lechuza, mochuelos, búhos...ya nos sorprendía en la infancia, recuerda, y creábamos historias en el entorno de los árboles que habitaban.
Lo que comentas me instiga a conocer los motivos de esas creaciones, vamos más que los motivos, que se pueden deducir, los porqués de esa manifestación, o del inconsciente como visión que ellos trascendía no iría entonces descaminado.
Lo que más me fastidia es que muchos creen que imágenes que se venden ahora para series de ficción son novedosas. ¿Qué dirían los creadores de Tell Brak de verlas ahora, ese ET que citas, por ejemplo?
¡Cómo me gusta lo que has escrito y cómo lo has ilustrado con esas esculturas tan sugerentes! Creo que en ellas hay una simbología cargada de significado... Yo no entiendo de arte y soy torpe a la hora de captar el mensaje que se encierra en él, pero creo que estas figuras son representativas de unión y proceración (veo parejas y niños; y una figura (¡maternidad? y niño)...
ResponderEliminarYo no soy evolucionista natural, pero sí evolucionista "genético"... pero todo lo que has escrito me parece magnífico y puesto en su sitio oportuno... Y seguramente es como dices, primero la mirada y después el verbo... no en vano a Dios se le representa con un ojo dentro del un triángulo (trinidad)... por otra parte esas figuras con esos ojazos se me parecen a la cabeza de los Búhos (Búho de Atenea: representación de sabiduría y conocimiento)...
Bueno, no me hagas mucho caso, a veces mi cabeza se llena de mitología...
Me ha encantado esta entrada...
Abrazo
Para mí también ha sido un hallazgo. A medida que me aproximo más a las viejas culturas más me emociono. Y no es porque las edulcore, porque en ellas había las mismas pasiones humanas que ahora. Y al igual que la creación existía la destrucción. La naturaleza humana en conflicto, el poder, la necesidad de superación, el desarrollo del esfuerzo y de la imaginación. Ver desde nuestra óptica lo que fueron capaces de hacer hace milenios impresiona. A mí me hace vibrar.
EliminarTal vez saque un día algo sobre otras realizaciones sorprendentes de humanos muy lejanos que nos dejan con la boca abierta. Pero tengo que encontrar la palabra adecuada.
En mi descripción literaria, digamos, no pretendo ni sé ni puedo seguir un método. Solo trato de establecer una comprobación sobre el poder de la especie, a pesar de sus contradicciones, y de la marcha adelante, con pros y contras, elevaciones y caídas, etc.
;e alegro te haya gustado.
El individuo frente al todo, la identidad frente a la eternidad. Eso me reflejan esas figuras observando. Excelente interpretación de su intencionalidad la tuya.
ResponderEliminarProbablemente los autores no proyectaban las conclusiones que establecemos nosotros, pues siempre nos gusta ver más de lo que vemos o acaso tendemos a explicitar con argumentos y palabras lo que a ellos les bastaba con un símbolo elemental y una forma. Pero que concedían al cuerpo humano y al ser llamado humano una seña de identidad a través de los ojos, la mirada, no me cabe duda. Ignoro si tendrían en esa cultura más representaciones y con otras características, pero por indagar que no quede. Salud, Neo, ya te queda menos para la primavera (tan austral ella)
EliminarFáckel;
ResponderEliminarseguro que la evolución fue así.
Un buen día, un homo sapiens se dio cuenta de que su mirada había cambiado y empezó a hacerse preguntas.
¡Ojalá no dejemos de hacerlas!
Feliz fin de verano.
¿Un solo Sapiens se dio cuenta? ¿Y por qué no el Neanderthalis? Creo somos demasiado curiosos para no dejar de hacernos preguntas. Y fíjate que hay objeto de preguntas...
EliminarOye, que queda aún una veintena larga de días para el otoño, ¿tantas ganas tienes de cambio de estación? Pero por desear bienestar que no quede, sorteando los virus ad hoc (los patógenos y las necedades)
Esa mirada que sacudió la palabra y el pensamiento, para explicarnos la razón de estar o acaso confundirnos más
ResponderEliminarUn abrazo. Carlos
Seguramente la mirada primitiva engendró todo lo que vino después, donde la palabra fue primordial tiempo más tarde y el pensamiento decisivo para llegar a donde hemos llegado. Demos por buena la razón de estar, incluso con su otro rostro de confusión y extrañeza, inherente a nuestra naturaleza humana. Muchas gracias por opinar, Carlos.
Eliminar
ResponderEliminarSon obras bellísimas:sencillo y claro
simbolismo. Admirable todo lo que revelan.
Y admirable tu entusiasmo, tu afán de luz...
Buendomingo, Fackel.
Saber de lo que han sido capaces de hacer los hombres creo que ayuda. Siempre me he refugiado en conocer del pasado, en la medida de mis limitaciones, y al menos lo he hecho con gozo. La Historia no se puede reducir a un esquema simple.
EliminarGrato domingo, Soco.
Me ha parecido leer, en tu entrada o en algun comentario, que hablas de 6000 años de antigüedad. La cosa es mas bestia todavia. Los ultimos estudios del asentamiento lo datan en el septimo milenio antes de Cristo, así que hablamos de 8000 años de antigüedad cucharada mas o cucharada menos.
ResponderEliminarLa Antropogénesis es fascinante.
Sí, se habla de un origen anterior, hacia el séptimo mileno antes de la era común, pero la envergadura tuvo lugar en 4.000 años a.e.c. En tantos milenios de existencia de una ciudad, o mejor dicho, de un poblamiento, ´cabe pensar que habrán existido distintas ciudades, de culturas diferentes. En el plato del tiempo de lugares históricos que han cundido las cucharadas son soperas pero al final los restos pueden ser impresionantes y de una entidad fundamental para ir comprendiendo el conglomerado de culturas y civilizaciones que nos han precedido en el desarrollo urbano. Tremendo, ¿verdad?
EliminarMe gustaría saber más y quien esté interesado en conocer el pasado creo que son buenos tiempos. En las últimas décadas la investigación científica de ligares arqueológicos ha avanzado muchísimo. No hay más que tomar como referencia las décadas que llevan con Atapuerca y sigue suministrando una información extensa, muy rica y de hondas raíces en millones de años incluso. Si ahora tuviéramos que examinarnos los que en nuestra juventud lo hicimos en Prehistoria o Historia Antigua o Medieval en general con los conocimientos de entonces estaríamos suspensos todos, hasta los catedráticos.
Dale un vistazo:
ResponderEliminarGobleki Tepe
Sí, algo he leído al respecto, pensaba traerlo aquí, pero tengo que encontrar las palabras, porque es un conjunto que deja sin palabras, no solo a mí sino a los especialistas, porque hasta ahora se ha pensado que no es de una etapa urbana y agrícola, pero claro, pueden descubrirse cosas nuevas y modificarse los criterios de interpretación.
EliminarMiradas y elecciones.
ResponderEliminarTambién la de los exvotos.
Querer ser los escogidos.
Como antes, como ahora.
Me gusta ver el lado constructivo de la especie.
EliminarUna descripción sublime sobre el sentido de un espacio en el que abundan las preguntas y faltan las respuestas. Un abrazo
ResponderEliminarBueno, para eso están los especialistas. En no cejar en la búsqueda de respuestas, y no solo de imaginarlas. En la medida en que se obtengan pruebas de más calidad se producirá mayor información y gracias a esta cabe esperar una interpretación. Gracias, Emilia.
EliminarHas encontrado una profundidad inusitada a través de esas esculturas de un pasado remoto. Has escrito como un antropólogo o como un arqueólogo. Nos has transmitido una emoción antigua y nueva al mismo tiempo.
ResponderEliminarMirar y ser mirador. Esa es la cuestión.
Volveré sobre esta entrada.
Felicidades
Me ha gustado mucho
Un abrazo desde la mirada
Vaya, me alegro que te haya llegado tanto. Es que es un tema sobre el que sido sensible desde la infancia...el arte, las ruinas, la vida de los hombres...nos debería hacer pensar más el pasado, pero para ello primero tenemos que conocer y aproximarnos.
EliminarMuchas gracias, Ana.