Hamid Cheried, Idir, falleció el sábado a los 70 años de edad. Cantante de la resistencia cultural y política bereber o amazigh, como se quiera, había dedicado su vida a la música.
A vava inouva fue la canción de 1976 que le hizo célebre. No perdió en todo su recorrido ese talante de narrador del pueblo bereber, con una voz tan armoniosa como suave que parece que estuviera acunando la memoria del pasado y la resistencia del presente.
Dice Célia Sadaï, investigadora en ciencias de la información y literatura:
"Domingo 3 de mayo, lloro. Mi madre me envía un mensaje WhatsApp: «En tu artículo, ¡agradécele por lo que siempre dijo sobre las mujeres! Y cuenta también cómo fue capaz de inspirarse de la poesía y los cuentos de la cultura cabila, aceptando la modernidad». La modernidad de la que habla es esa capacidad de Idir para hacer colaboraciones inéditas con artistas de horizontes diversos, en álbumes con títulos evocadores como Les chasseurs de lumière, Identités, La France des couleurs e Ici et ailleurs. Idir fue el hombre que hizo cantar a Bernard Lavilliers, Francis Cabrel, Tryo, Grand Corps Malade, Manu Chao y Oxmo Puccino en cabila. ¡Hasta Charles Aznavour cantó una versión de La Bohème! Idir era un contrabandista de la lengua cabila, una lengua amenazada por la austera política de arabización del gobierno argelino. Fue él quien dispersó pequeños pedazos de la Cabilia a través del mundo.
Además, mi madre tiene razón: Idir, era un feminista. Este domingo 3 de mayo escucho la Lettre à ma fille, una canción dedicada a su hija Thanina: «Sabes, hija mía, hay cosas que no nos decimos en casa». Este modesto texto es una invitación a reinventar libremente las tradiciones: la modernidad, mi madre tenía razón.
Ya no lloro, pero tengo miedo. Matoub fue asesinado, Idir se ha ido: de esta generación de luchadores amazigh sólo queda Lounis Aït Menguellet. Mi hermano me tranquiliza: «Somos Imazighen, somos resistentes, ¡confiemos en la próxima generación!» Que siga la lucha, los hijos de Idir están listos".
Va marchando mucha gente, mucha. La edad empuja, pero la pandemia ayuda.
ResponderEliminarHasta los torturadores -ver noticia del día- de otro tiempo mueren. ¿Les habrá torturado el virus?
EliminarPues no sé si le había escuchado, pero me ha gustado. Parece, como dices, una persona de buena urdimbre.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por traerlo aquí.
Hay territorios cercanos que no conocemos. Dependemos más del mercado y las modas que las zonas mediterráneas tradicionales, por ejemplo. Y encima de los bereberes no sabemos casi nada. Pero han padecido lo suyo. Y no son musulmanes.
EliminarDesconozco todo de esta cultura, lo cual muestra mucho mis limitaciones para entender el mundo fuera de mi casa. En mi soledad interior la cosa tampoco cambia mucho.
ResponderEliminarSaludos.
También yo desconozco, por eso me ha parecido oportuno poner algo relacionado con la cultura y además con la música, que es lo que une. Siempre se siente la muerte de un cantor.
EliminarLos bereberes siempre silenciados, ninguneados... como si no existieran. Tuve hace muchos años un alumno de español para extranjeros, de origen bereber, que me contó algunas vejaciones que tuvo que sufrir por parte de las autoridades de Marruecos. No son para contar aquí.
ResponderEliminarUn saludo.
Tal como dices. Ninguneados, ignorados, machacados, por cristianos y por musulmanes. En Marruecos, en Argelia, etc. Eso es minoría que sufre históricamente, no como los que desde el lujo hispánico piden tener más. Que tomen nota otros.
EliminarEso es minoría que sufre históricamente, no como los que desde el lujo hispánico piden tener más.
Eliminar¿Puedo saber a quienes te refieres? ¿Quizás por email?
Puedes imaginarlo. Pero no tengo intención de polemizar sobre el tema en este momento. Fue un pensamiento personal expresado en voz alta.
EliminarNo, no; yo tampoco quería entrar en polémicas. Solo quería saber si acaso yo era de los agraciados por el lujo hispánico.
EliminarNo está en mi mano personalizar.
EliminarEntre tanto ruido y tanto temor se me había pasado esta noticia. Cuando salgamos, qué lista de daños...
ResponderEliminarY las secuelas. Pero la muerte nunca se repone. Habrá que ver y no solo contar. Y reponerse con nuevos bríos.
EliminarAlguna vez he escuchado algunas de sus canciones, pero poco y además, no sabía de su compromiso con los bereberes. Otra pérdida de un hombre bueno, descanse en paz.
ResponderEliminarEs una causa que apenas conocemos, la del pueblo amazigh. A pocos les interesa. Vaya año, vaya racha. A cuidarse, Marga.
Eliminaros deuses levam cedo aqueles que amam...
ResponderEliminarabraço
Son más de temer los humanos ignorando u olvidando a los propios (al fin y al cabo también hemos inventado a los dioses, ¿no?)
EliminarSaúde, Manuel.
No lo conocía, pero me resulta interesante lo que aquí cuentas de él. Buscaré su música. Descanse en paz.
ResponderEliminarNo es conocido entre los ibéricos, no, y eso que es del otro lado del charco mediterráneo. Pero ya se sabe que los vecinos del Sur nunca los hemos tenido por vecinos.
EliminarLa fibrosis pulmonar no perdona, en este caso.
Ignoraba todo lo que cuentas pero solo por el hecho de ser /sentirse nómada ya estoy sintiendo curiosidad. Indagaré!
ResponderEliminarYo también indagaré. Cuando alguien desconocido pero de valía desaparece me siento algo culpable por no haber sabido antes de su existencia y su quehacer. Cosas de uno, ya ves.
EliminarNo conozco a Idir y conozco poco de la cultura cabil (yo usaba este gentilicio, tal vez apropiado del francés), pese a que mi padrino era de la Cabilia y que tuve un romance hace años con un cabileño que fue quien más me habló al respecto.
ResponderEliminarCualquier pérdida humana es importante, pero especialmente triste cuando desaparece un testigo y conservador de una cultura que necesita ser mimada para no desaparecer entre tanta globalización.
Besos
Y el maltrato recibido, el maltrato recibido en esa cultura, Alís.
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ResponderEliminarSiempre es tiempo para descubrir algo mas de esas vidas tan difíciles e injustas, para tantos...
Me ha encantado escuchar música y voz, voces, tan melodiosas.
buen día.
Me gusta compartir descubrimientos. Pero lejos de hacer misiones (eso quedó atrás) ni siquiera laicas.
EliminarBien estar.
Abrir puertas a otras culturas es propio de mentes abiertas, receptivas y tolerantes. Gracias, amigo
ResponderEliminarNo es fácil estar abierto sin enrocarnos en nuestra cultura. Esta se nutre también de prejuicios, falsas conclusiones y pretensiones soberbias. Por eso hay que estar muy abierto. Gracias a ti.
EliminarGracias Fackel por compartir esta noticia. No lo conocía y me ha gustado conocer quién es y lo que ha luchado en pro de la libertad...
ResponderEliminar¡Qué magnífica es su música, me gusta!
Descanse en paz.
Abrazo
La música lo dice todo. Abre puertas, calma corazones, conecta mentes...Gracias a ti por ser sensible a ello.
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