"Quem me roubou o tempo que era um
Quem me roubou o tempo que era meu".
"Quién me ha robado el tiempo que era único
Quién me ha robado el tiempo que era mío".
De Nocturno mediodía, de Sophia de Mello Breyner Andersen
Hoy me he asomado a la ventana, siguiendo la propuesta, pero no me salía la canción. La tenía tan metida y con tantas aristas que no salía. Han cantado por mí Graça y Joao. Y el vecindario. Luego han llegado Joaquim Maria y Andreia, tan afro como siempre. A Joaquim otros llaman Machado, como el escritor carioca. No solo por el nombre sino por sus relatos transoceánicos y porque dice que dejará escrito un poema a la que entonces quede de viuda. Andreia huele tan bien, tan diferente, que aturde. Inhalo el aroma de su cabello brioso, sorprendente por su naturalidad. Exagero el gesto. Me gusta crecer en África, le digo descarado, disimulando en lo posible que envidio a Joaquim. A ella no le engaño. Pero no naciste en África, me responde juguetona. Le devuelvo la pulla. Siempre cabe la adopción, ¿no? Eres tan incorregible, y me da, dúctil, un codazo. Han traído pasteis de Belem. Joao guardaba un Madeira desde hace años. Hoy es el día, ha dicho poniendo en nuestras manos unas pequeñas copas talladas, dice que heredadas de su abuela. Joaquim le ha tomado el pelo. Qué van a ser de tu abuela, si iba contigo cuando las compraste en un tenderete de la Feira da Ladra y, por cierto, qué bien regateaste. Joao hace como que se enfada y luego dice: lo importante de una copa es su doble efecto convexo a cóncavo. Que se pueda acariciar su continente pero dejar que nos provea su contenido. Pasa con todo, prosigue el filósofo de nuestra tribu. Si hay cueva, hay refugio. Si hay pavor mayor razón para buscarlo. Esto es válido para el hombre y para la mujer. El vino, que se compone de ambos sexos, también busca la hondura. Ahí está, dice Joaquim, lo cóncavo empieza en la copa y acaba en la sima de nuestras vísceras. Todos reímos. Entre nosotros la risa es el brindis supremo. Pienso entonces en las oquedades abandonadas o en los vacíos sin ocupar que ha habido en mi vida, y de alguna manera en las de todos los demás. Echamos un leve trago, lento, mudo. El silencio nos une. El recuerdo de los otros tiempos se va por el desagüe de lo no aprehendido. No os pongáis mustios, rompe Joao la parálisis. Se imponen otros tragos. Andreia viene hacia mí. Sospecha que me acecha un golpe melancólico. Su juventud es sabia. Extiende su copa desde sus dedos largos. Pon, sé generoso, dice, como el vino. Este es un mundo de sentimientos coincidente o discordante, apostilla Joaquim. La proximidad y el alejamiento juegan un irrenunciable y confuso baile, ¿no os parece? Graça me hace un guiño. No recuerdes, dice a continuación. O mejor dicho, no te arrepientas de lo que rememoras. Todos se asoman a la calle y cantan de nuevo. A mí ya no me sale la canción.
gracias, amigo!
ResponderEliminarnó pasarán, hombre!
Gracias a ti, Manuel.
EliminarLos brindis al sol, con música de fado en el corazón, qué chulo
ResponderEliminarUn abrazo y por un día bonito
¿Un fado Grândola? No me lo había planteado. Con Zeca detrás solo veía un paisaje, para mí perdido. Aunque no falte a la cita del recuerdo. Como muchos hermanos portugueses.
EliminarMuy bien ¡
ResponderEliminarSalut
Estuvieron por delante. Ahora en otros aspectos lo siguen estando.
EliminarEllos al menos tienen algo que celebrar, algo que les une frente a las bestias, algo de qué sentirse orgullosos. Otros, ni eso. Me siento robado, estafado...
ResponderEliminarUn saludo.
Pienso lo mismo. Solo ver que ante la crisis del virus -aquí más extensa y lacerante- allí la oposición apoya sin condiciones al gobierno, mientras aquí son extremistas poniendo dificultades y probablemente alegrándose del mal ajeno, deprime. Pero ya dijo un profeta que los hijos de las tinieblas eran más sagaces que los hijos de la luz. Aunque yo corregiría la frase: no son sagaces, son malas personas.
EliminarQué bello, entrañable texto...Puritita poesía melancólica. "Pienso entonces en las oquedades abandonadas, en los vacíos sin ocupar..."
ResponderEliminarY, así... Por un domingo lindo.
Es que la vida es cuestión de tiempos y también cuestión de espacios. Cada cual sabe. Buen domingo, Soco.
EliminarRecuerdo bien aquella fecha y lo que aconteció lo escuché de viva voz en boca de algunos de sus protagonistas, amen de los medios de chunguicomunicación. Es lo que tiene tener familia política lusa! Ahh y de una criada lusa aprendí de guisoteos aunque no quede otra que practicar la racionalidad digestiva.
ResponderEliminarComo la maldad es la mayor terrateniente de este mundo aunque la susodicha se auto interprete con los más peculiares adjetivos, y ya que nos encontramos inmersos en este planeta, me incita a pensar en algunas buenas razones para la escisión lusa política peninsular. En su prepotencia el resto de la península menospreció su flanco oeste!
Vaya por su “bacalao dorau” sus torraos, sus pastelitos y sus caldos! ...y no sigo que mi digestivo me pierde!
No nos vamos a retrotraer a Felipe II, que no es tan sencilla la cosa. Pero el flanco Oeste, cuando se conoce atrapa. También es verdad que a mí me pilla más cerca, pero da igual. Los españoles hemos sido unos soberbios, sin motivos, respecto a los lusos. Ahora tenemos que aprender de su modestia. Que no la pierden porque es un gran valor.
EliminarAsomados a la ventana, cualquier pasado era más libre.
ResponderEliminarUn abrazo.
O al menos nos lo parecía. Y qué envidia aquella fecha cuando supimos de lo que acontecía...
EliminarEs difícil saber dónde empieza lo cóncavo.
ResponderEliminarMe sumo al brindis.
Francesc Cornadó
La necesidad remite a lo cóncavo, y ya no hay dudas. Salud, pues.
EliminarMe ha encantado leerte. Tan sólo me faltó una bossa nova. Saludos.
ResponderEliminarO un fado, pero esto es entrar en el terreno de los tópicos un poco. Simplemente el acento y la lengua ya son muy rítmicos. Gracias, JFB.
EliminarNo, de este recuerdo no hay que arrepentirse. Qué hermosa revolución y cuánto significó para los españoles que deseaban una vida libre.
ResponderEliminarPues mucho significó. Qué esperanza, sí, pero qué vergüenza e que aquí no se pudiera todavía dar el paso. Y aún hubo que presenciar fusilamientos. Claro, lo de las colonias africanas fue mucho para la revolución portuguesa, allí se fraguaron los cuadros de la revuelta.
EliminarHay fechas marcadas en el calendario que tienen un gran significado para algunas personas. Me imagino que, para quienes lo vivieron en primera persona, ese recuerdo, no solo lo tendrán guardado en la memoria, sino que también lo tendrán tatuado en el alma o en el corazón (sede asignada para el sentimiento por los humanos). Yo no recuerdo haber visto nada por la televisión cuando sucedió, tal vez sea un fallo de mi frágil memoria por la razón que sea... pero después, aquellos claveles se me han ido prendiendo al pecho y a la memoria por razones que no voy a explicar, pero que pueden ser intuidas. Lo que hicieron fue grande... nació un sentimiento de libertad y la confianza de que hay formas de luchar y vencer dificultades y hasta “imposibles” (aunque suene a oxímoron) ... "el pueblo es quien más ordena"...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato, en él hay un recuerdo donde abunda la melancolía... pero hay celebración y compadreo... tal vez sea al recordar en silencio cuando más se oigan las voces de todos los tiempos... no lo sé, pero lo intuyo...
La canción sirvió como segunda señal para poner en marcha una acción que ganó la libertad... y pasó a ser Historia junto con la revolución que movilizó...
46 años, tengo muchas imágenes en mi frágil memoria de entonces, pero esta no...
El tiempo pasa y el viento silba... ¿dónde va la humanidad? Creo que hace falta una revolución “cultural” (filosófica)…
https://youtu.be/Tl6yLTtX484 , Os Ganhões de Castro Verde, cantam "Grândola, Vila Morena". Esta versión me ha gustado.
Abrazo
El silencio trae las voces del pasado. Atemperadas, sin ruido, sin estridencias, sin resentimientos incluso. Porque la pasión que pudieron tener las palabras en otros momentos de la vida han perdido valor o significado o simplemente fuerza. O todo sea cosa del que trae dentro de sí los recuerdos, sin agobio ni fiscalizaciones.
Eliminar¿Dónde va la especie? Una pregunta sobre la cual hay ya debate, pero también muchos enigmas. Yo creo que la humanidad ha estado siempre yendo.
Voy a ver el enlace.
Hace años ya estuve con el tema:
https://laantorchadekraus.blogspot.com/2010/04/la-insignia.html
Calma y seguir.
Precioso relato...
ResponderEliminar...el pasado mutó en relato, pero eso no quita importancia decisiva a un tiempo y a una acción del pasado.
EliminarLas copas de la abuela y tus ganas de brindar me han hecho mucha gracia pero ya te queda,ya...(sabemos que el virus es antisocial).
ResponderEliminarQuién pillara esos pasteis de Belém o los ovos moles de Aveiro. Qué bien se está en ese país y qué bien nos tratan, ¿verdad?.
Hablando de Portugal, mi sobri, el verano pasado me regaló un elegante cuaderno de la librería Lello, adivina quién lo estrenó...Sí, tu poema Tis'a
lo puse junto a los trazos de una vitrina de libros.( El cuaderno tiene ilustraciones del interior de la Lello)
Salud. Adriana
A ti te pillan más cerca que a mí los pasteis. Los ovos moles no los he probado, son de noviembre, ¿no? Tienen como más dulce, me da la impresión. Los pasteis son muy finos, para mi gusto los mejores son los de Manteigaria, em Loreto, frente al monumento a Camoes, ¿te acuerdas?
EliminarVaya, lo del poema en el libro me deja patidifuso.
La yema de huevo en su punto no tiene porqué empalagar. Se puede comprar por unidades con formas marinas ( concha, caracolas, estrellas.) o bien en barricas de madera ( muy monas), especial golosos para comer a cucharada limpia o meter directamente el dedo como hacen los peques.
ResponderEliminarAdriana
Qué rico, a ver si se me logra en alguna ocasión.
EliminarEn Portugal se hacen también en verano porque es cuando hay más turismo.
ResponderEliminarAdriana
Turismo Vincit, Turismo Regnat, Turismo Imperat...Aunque la temporada va a ser Turismo Ausente. Puede que allí no tanto como en La España AEterna.
EliminarDesde que estuve en Portugal, me caen aún mejor los portugueses.
ResponderEliminarSalu2.
Pero si les hemos tenido en el patio de atrás y han sido para nosotros -salvo los habitantes fronterizos de España- unos grandes desconocidos...Y su literatura, ni te cuento. Hace tiempo que una de mis horas es reconocerlos y reconocerme en ellos, Dyhego.
EliminarNo recordar supongo que es un imposible, así que no está mal la opción de no arrepentirse de lo que rememoramos. Según te leía me fue tomando la melancolía y a la vez el asombro. Últimamente me pasan cosas mágicas, como que estaba escuchando una lista de Spotify muy mezclada, y recién iniciado el texto empezó a sonar un fado ("Escreví teu nome no vento"). Inevitable la melancolía con toda esta mezcla.
ResponderEliminarBesos
Te diré que a mí me pone por un instante melancólico -nostálgico quiero decir o envuelto en saudade mejor- cualquier canción o música que me suene a niñez, a ser escuchado en mi infancia o juventud, porque en ese momento me llegan imágenes del pasado y de las personas que ya no existen. Mi madre cantaba habitualmente mucho, aquellas canciones que hoy no e escuchan salvo que las busques. Y cuando aparece alguna en el ambiente me electrizan. Es el poder de la música, de la palabra, de la memoria recobrada lo que nos convierte en seres que tal pareciera que no nos vamos a terminar jamás. Me pasa también con música de los 60, por algo será. Gracias por tu testimonio, Alís.
EliminarMas a canção escreveu-se... Porque tem que ser sentida e vivida...
ResponderEliminarObrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
Sí, las canciones se escriben y se cantan para ser vividas. Te paso este enlace, ahí se habla de esto:
Eliminarhttps://ehchiton.blogspot.com/2020/04/el-canto-de-las-hormigas-y-el-filosofo.html
Obrigado, Marta.