Somos movimiento, incluso cuando estamos parados. La marca indeleble del pintor para intentar desmarcar quietud de movimiento es la sagrada montaña. Mera contraposición formal. Ni siquiera ella permanece inmutable sino para el ojo aparente. El imaginativo verá la montaña en su esplendor de sacralidad o bien en el bullicio magmático profundo. Pero ese casamiento entre quehaceres humanos y flujo fluvial, qué bien lo celebra. Admírese el trazo inverso del oleaje de la corriente, la contención del dique, la arremetida de hombres y mercancías, viajeros sobre los hombros de porteadores profesionales, palanquines para los pudientes o mercancías voluminosas. La perenne curvatura de las formas en la naturaleza que el pintor percibe. Hokusai delimita la orilla y el río, el horizonte lejano y el primer plano. Pero el ritmo vertiginoso sobre las aguas invade toda la escena. La ocupa y al ojo y la voluntad de este espectador le traslada a una época y a aquel país. Uno permanece abstraído observando la imagen y esta no cesa de moverse, se desliza, salpica. Cuánta agitación entre quehaceres naturales y humanos. Y de pronto se escuchan voces, roces, quejas, se huelen sudores, se humedecen nuestras pieles, se nos pega el vestido al cuerpo, urgimos que los pies mojados sean puestos a buen recaudo en la otra orilla. Hokusai, maestro no solo de aprendices sino de mirones como yo. Cuánto placer en la imagen que nosotros, tantos años después, abstraemos. He aquí el Arte, transcurriendo la Vida.
En Chitón se cuentan historias:
https://ehchiton.blogspot.com/2020/04/el-aprendiz-de-artes.html
En Chitón se cuentan historias:
https://ehchiton.blogspot.com/2020/04/el-aprendiz-de-artes.html
Cada artista refleja en su trabajo lo que siente y percibe y trata de transmitirlo así a las demás personas que lo sentirán o percibirán igual o de otra manera.
ResponderEliminarGracias Fackel.
Saludos.
El arte siempre es una invitación a mirar cuanto existe desde otra perspectiva. El pintor nos pone en una dirección y nosotros sabremos si la percibimos. Hay estilos en los que hay que hacer un esfuerzo, Rosa, el mundo es muy grande y las culturas muy ricas y complejas. Salud de sábado.
EliminarSiempre me ha llamado la atención este tipo de pintura. Se que detrás hay algo, pues está cargada de simbolismo, lo que sucede es que sus gráficos son para mi inexcrutables, pues la mentalidad oriental, tan cargada de ritos, de señales y de formas, son para mi complejas de discernir.
ResponderEliminarUn abrazo
En la pintura del mundo flotante -así se denominaba esta manera de pintar japonesa- hay representaciones de mundos mitológicos, de cuentos y tradiciones, de erotismo, de personajes y samurais, pero también de escenas de la vida cotidiana, como la de esta imagen. Amplíala y verás el detalle. No es simbolismo, todo lo que sale es muy concreto, lo que pasa es que en las formas el pintor siempre se las ingenia de manera que nos descoloca, a nosotros los occidentales, claro. Observa bien y verás cómo todos los individuos se traen un trajín bárbaro, y luego lee el relato de Chitón para complementar la visión. Un abrazo.
EliminarOk. Gracias mil ¡
EliminarDe res.
EliminarA mi lo que más me ha llamado la atención son las personas trabajando, quizás es que uno mira donde quiere ver...
ResponderEliminarUn saludo
Todos los personajes que salen están trabajando, bien acarreando mercancía o viajeros. Representa un río llamado Oi entre Kyoto y Edo (actual Tokio) Lo más curioso de la pintura es que había un oficio de musculosos porteadores de personas. Los porteadores pasaban el río andando por la zona más baja llevando a los viajeros a cuestas. Lo lamentable es que cuando había crecidas tenía que suspenderse el tránsito de mercancías, de viajeros y de todo porque las crecidas eran considerables y podían durar más de un mes. También es sorprendente esta manera de trasladar personal y comercio porque no había apenas puentes, por razones estratégicas de la autoridad. Cada país tiene su idiosincrasia y sus razones, discutibles, pero existentes.
EliminarHola Fackel,
ResponderEliminarQuería enviarte una foto con el comentario, pero no se puede, no es muy poética, es de unas cortinas, tiene pintada la gran ola. La compré en Japón y la puse en un servicio (más prosáico) que no tiene puerta, quedó muy chulo. Todos los días echo un vistazo a Hokusai, :)
Chao
La ola es un icono, pero mucha gente no conoce de Hokusai más que la ola. Mira el tipo de corriente de ese río, diferente, no es bravía como la del mar pero esta está llena de matices. Gracias, Bara.
EliminarEl monte Fuji, además de tener un gran valor estético, pues mira que es bonito el jodío, es un elemento sagrado para los japoneses y es una metáfora de la vida, porque está vivo -latente- como volcán y puede entrar en erupción. Un motivo además de preocupación. Cómo no va a estar presente en el arte si lo es todo.
ResponderEliminarUn saludo. Cuídate de este otro volcán nuestro que entró en erupción.
Pues así he visto yo siempre al Fujiyama. Un volcán así resulta sacro hasta para los laicos.
EliminarSí, hay que cuidarse del volcán que emerge en la sociedad española. Miedo me da el magma que vaya preparándose en su interior. Saludo y cautela.
Al final es que todos olas del mismo mar, por eso, en el dibujo, vemos la comunión de elementos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo
Los ríos van a dar a otros ríos y al final a los océanos, aunque una parte de ellas deambulen por los subterráneos de la Tierra.
EliminarVeremos este domingo y el otro y el otro y etc. Sin comentarios.
Qué ajetreo en esas aguas. Cuánto movimiento en contraste con la quietud en el horizonte.
ResponderEliminarMe llama la atención lo de porteadores profesionales. Mal oficio...
Besos
Eran tipos robustos, sin duda. No me imagino a uno de ellos cargando con un forzado del sumo.
EliminarBuena mirada, Alís.
Me gustan esas olas que son puro color. Somos movimientos, sí. Y el que se detenga ya está muerto.
ResponderEliminarDe lo que se deduce que más vale que nos dejemos llevar por el oleaje (entiéndase: no a cualquier precio tal vez)
EliminarLogra una gran síntesis a la vez que desgrana numerosos aspectos de cada elemento. Para detenerse a observar y meditar. Un abrazo
ResponderEliminarUn detallista, un puntillista. Tiene control de la perspectiva aérea y recursos para que el espectador sienta lo inmediato, el plano más próximo. Bien por deleitarte en él, Neo.
EliminarAl margen del Fuji, me llaman mucho la atención los cultivos en ladera. Por razones ancestrales, imagino. El resto de sus detalles ya han sido tratados.
ResponderEliminarPues también, mira qué observadora. En otros grabados hay muchos, a ver si los encuentro.
EliminarSomos movimiento:
ResponderEliminar"Que no, que no
que el pensamiento
no puede tomar asiento,
que el pensamiento es estar
siempre de paso,de paso,de paso.."Aute
Adriana
Muy bonita la canción, pero ¿a qué ritmo? ¿pausado, veloz, al galope? ¿Cómo marcar el ritmo sin que nos roben la canción? Porque en estos momentos una parte del repertorio, aquella titulada Libertad, ya nos la han usurpado y quieren que vaya a más. ¿En nombre de la Humanidad, que decía otra de las canciones de Aute?
EliminarAl ritmo de POLITICA no de politiqueo.
ResponderEliminarAdriana
Mira, Adriana. Las noticias del periódico de hoy me han puesto de mal humor.
EliminarLos humanos -en nuestras deficiencias, hipócritas o sinceras, inhibiciones, dejación y renuncia- hemos dejado nuestras vidas en manos de muchos entes, producto de una manera determinada de funcionar la Humanidad. No solo de los políticos.
De momento hemos vendido la libertad por la seguridad y dentro de poco quedará claro también que por el orden. Puede que sea eso lo que queramos, o llegue sin comerlo ni beberlo. Que sea una constante cíclica de la Historia. Pero entonces que no nos cuente nadie milongas sobre lo que no es.
Y ahora toca pasar el aro de un control masivo de dudosa legalidad. Pero la legalidad hace tiempo que fue aleatoria. Solo son dudas. Y mal humor.
Salud y ajo y agua.
Dudas...lo invisible destapa lo que ya era visible e imposible de abordar hace tiempo.
ResponderEliminarAdriana
No te quito razón, Adriana.
EliminarDe lo que no me cabe duda es que voy a acabar en breve otro de mis cuentos indómitos.
Me gustan tus explicaciones pictóricas.
ResponderEliminarGracias y salu2.
Ocurrencias. No tienen por qué coincidir con la intención del pintor. Pero me sugiere.
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