“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita".
Los que hayan leído la novela de Vladimir Nabokov recordarán el incendiario comienzo. Y a medida que avanzaran en la narración se habrán construido una representación de la adolescente a la imagen y semejanza de sus deseos personales. Otros recordarán la película de Stanley Kubrick, pero ahí las expectativas de cualquier clase de espectador convergían en una única: Sue Lyon. ¿Con cual quedarse? ¿Con la que hicimos ficción al leer la compleja novela de Nabokov? ¿Con la Lolita que nos impuso el genial Kubrick? Sin duda, al menos para mí, con ambas. Ni la novela es superada por el film, ni este se deja pisar por la novela, simplemente porque no se trata de ir a la contra un medio del otro. Smplemente porque son expresiones diferentes. Habrá quien diga: es que la Lolita de Kubrick desplazó al personaje del papel, puesto rostro y cuerpo por cada lector. ¿Será que perfeccionó el director lo imaginado por los lectores?
Lolita en la versión Kubrick se llamó Sue Lyon. Novela o cine, ¿no nos hicieron ambas Lolitas sentirnos un poco el seductor seducido Humbert Humbert? Sue Lyon ha muerto hace dos días a los 73 años. Lolita sigue viva, seductora, juguetona y dicharachera. Francamente, un buen homenaje sería ver de nuevo la película. Porque ya tengo previsto desde hace tiempo releer la novela, pues creo que en su día se me escaparon algunas cosas (léase interpretaciones), no sé si muchas o pocas.
(Fotograma de la película de Kubrick)
(Fotograma de la película de Kubrick)
Cuando has leído un libro antes de su puesta en cine, tu imaginación no concuerda con la que nos es mostrada. En cambio cuando es al revés, las imágenes te condicionan y das por buenas esas interpretaciones.
ResponderEliminarSaludos.
Así es, de hecho siempre he preferido leer un libro a ver una película. Luego, si la película está bien hecha y te ofrece otra versión que no tiene pérdida ya no me importa. Saludo.
EliminarKubrick no erró entre 800 aspirantes al papel.
ResponderEliminarNi la Brigitte en sus mejores 16 años podría superarla.
Salut
Probablemente. Ahora me entero de que Nabokov también estaba de acuerdo con la actriz elegida. Garantía doble. ¿Dónde la ponen, dices?
EliminarA veces tengo ataques de "lolititis". ¿Es grave doctor? 😉
ResponderEliminarGravísimo. Pero ya lo decía el Don Juan de Zorrilla: "Un punto de contrición / da al alma la salvación". Prepara pues esa contrición, que te salvarás y que te quiten lo bailao.
EliminarCuanto peligro y confusión entrañan l@s lolit@s en el plano emocional pues ponen en evidencia uno de los aspectos más peligrosos de la naturaleza dúctil del poder!
ResponderEliminarTriste ver cómo muchos miembros de la sociedad adulta con algún tipo de deficiencia emocional ( es decir: pocos o prácticamente ninguno nos libramos) quedan colgados en algo que tan solo representa una fase del auto reconocimiento evolutivo.
Algo, que indagando en los orígenes emocionales de los individuos, se puede trazar desde ambos extremos de cualquier relación.
La antigüedad a su manera y en su peculiar lenguaje, pero siempre valiente, nos ha ofrecido innumerables ejemplos, básicamente incestuosos. Será que viene “impreso” en la sangre? Luego surgen temores, prejuicios que cada cultura distorsionará.
Me consta que sin contar con morbos cegadores y demás condicionamientos culturales no existe mayor consuelo para gran número de varones que engendrar a una hembrita a su imagen y semejanza, y viceversa.
Lo demás: al saco de las proyecciones peliculeras!
Ignoraba que Sue Lyon ya descanse! Este año también lo ha hecho Bruno Ganz, con quien mi hijo mayor rodó una película a los 12 años. El junto a un Juan Diego Botto, de 10 añitos de protagonistas. más una Ángela Molina en su cenit.
La mujer del susodicho Bruno me puso al tanto de demasiada mierda, concretamente en la Plaza Mayor de Segovia tomando un café. Durante aquel rodaje aprendí mucho sobre mundos ajenos y sus trampas diversas. Por supuesto intenté alejar a mi hijo de aquella onda y lo mandé interno a un colegio perdido en medio de la campiña Británica.
Me salió bien la jugada. Ahora reside en Frankfurt y es un pater familias muy aburrido pero adorado por sus hijos. Y no sigo.....
Frente a la (s) Lolita (s) de Nabokov se nos plateó después el dilema a los hombres de La femme (s) de trente ans de Balzac. La madurez del hombre valoró más la propuesta Balzac, pero Lolita siempre estuvo ahí. Hay que ser prudentes.
EliminarCitas a Ganz que es un actor al que yo admiré siempre mucho, sobre todo desde que vi "El amigo americano". Luego, "En la ciudad blanca" sigue teniendo un hechizo sobre mi muy fuerte.
La peli que dices por la que conociste personalmente a Ganz seguro que fue aquella de Chávarri, ¿o no? O sea, que después obraste como pater familias en plan duro, jej. No digas nada.
Así es Fackel.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
Saludos.
Un recuerdo-homenaje, no sé si a la actriz o a nuestra memoria y etcétera.
EliminarMe sumo al comentario de Alfred. No leí el libro pero con la película, sólo puedo decir que más allá de la propuesta estética, nunca dejé de sentir un profundo rechazo por ese personaje pedófilo
ResponderEliminarUno de los roles de los personajes en novela, teatro o cine es que nos produzcan atracción o repulsión.
EliminarGrande la novela y grande la película.
ResponderEliminarHoy sería políticamente incorrecto plantear como tema la obsesión sexual de un hombre de mediana edad por una niña de 12 años. Lo mismo ocurre -salvando las distancias- con los amoríos de dos jóvenes talluditos muy dinámicos que expresan sin tapujos su amor por una cría de 15 años. Otros tiempos, otras mentalidades...
Un saludo, Fackel.
Sí, los tiempos y las mentalidades cambian, no sé si si siempre para cambio de verdad o que para que todo siga igual, pero por supuesto que también nuestras conductas personales han cambiado, y quien más o quien menos las cuida. Hablar del pasado con criterios de ahora puede arrojar luz cara al futuro, pero el pasado no se altera por ello. Saludo, Cayetano.
EliminarEl libro es fantástico. Yo también lo leí antes que ver la película de Kubrick. Pero la primera película que vi sobre el libro fue otra: la de Adrian Lyne, en la que la protagonista femenina es Dominique Swain. Ambas actrices están muy bien elegidas.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Hola, chica de Ósaka. No conocía ese film que citas. Pero Nabokov es mucho Nabokov (y Kubrick ni te cuento) y la novela siempre será un referente literario. ¿Hace bueno por Cipango y su mar?
EliminarLi nació unos años después que tú. :) La película de Kubrick se estudia en cine clásico. La que conoce la gente aquí es la otra.
EliminarEn el " cipango" que nombraba Marco Polo hace frío. Once grados ahora mismo.
Saludos otra vez.
Esa temperatura no es nada al lado de la meseta castellana. Aunque tendréis más frío, supongo, pues ahí ya deberíais estar a medianoche. Por cierto, hablando de películas, ¿has visto alguna vez la de Mishima, de Paul Schrader? Ken Ogata bordaba la interpretación, sentí mucho su fallecimiento.
Eliminarhttps://laantorchadekraus.blogspot.com/2008/10/ken-ogata.html
Sayonara.
He oído hablar de ella, pero no la he visto.
EliminarLi la buscará y la verá para poder opinar.
Gracias por la recomendación, señor Fackel.
Saludos cordiales.
No hay de qué, señorita Li.
Eliminarhace muy poco me hice del libro y espero leerlo en breve, más con esta noticia que me sorprendió porque uno nunca piensa que se puede morir una Lolita.
ResponderEliminarKubrick fue genial, siempre. Incluso en ésta que no es de sus mejores films. Lolita para siempre...
Una Lolita cualquiera puede morirse, pero Lolita es vital, persistente, no arroja la toalla. Aunque está cambiando algo el panorama. Allá cada cual. Kubrick, sí, tiene mejore spelículas, por ejemplo El resplandor y La naranja mecánica, bueno no hago feos a ninguna otra, pero esas siempre me impactaron bastante.
EliminarSaludable avance y pase al nuevo año.
Paso por aquí rápidamente a desearte un Feliz 2020 (la Navidad me tiene secuestrada), y me pones la cara colorada. Sí amigo mío, no he leído aun a Navokov, ¿cómo puede ser eso? Quisiera decirte que este próximo año lo haré, pero soy malísima con los propósitos literario. Además, ya tengo un compromiso anterior con mi amigo Tolstoi, y a él no puedo defraudarle.
ResponderEliminarUn abrazo y muy Feliz 2020 a ti y a tus lectores!!
Oh, no, por favor, no tienes por qué haber leído a Nabokov, además no es fácil su obra, cuesta lo suyo. Pero Lolita es un prototipo que uno no debe perderse, claro. Hay tanto y tanto. Yo ya no me complico la vida. Si te dijera que estos días termino La educación... de Flaubert y me voy a meter con algún episodio nacional de Galdós...en ediciones buenas, eso sí, ¿qué dirías? ¿Que soy antiguo? Soy lo que mi cuerpo me pide. Así que te deseo Buen Año para todo lo posible, sin merma en la lectura apasionante y placentera. Gracias por todo, generosa.
EliminarTú lo has dicho: Lolita sigue vive. Creo que en ese comentario está la respuesta a tu pregunta. En cualquier caso, creo que tu texto es un buen homenaje a Sue Lyon y una buena excusa para volver a leer la novela o ver la película.
ResponderEliminarTe agradezco que me hayas dejado pistas para llegar hasta aquí
Un abrazo
Sí, mi entrada no pretendía más, de hecho ni recordaba a la actriz porque ya ha pasado mucho tiempo desde aquel film. Para mí los obituarios son la excusa para recordar algo que me causó impresión en su momento y celebrar el valor de un autor, un intérprete, un acontecimiento. Y ya van cayendo demasiados. Gracias por desembarcar en esta navegación, Alis.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarlo leí hace ya muchos años y no me acuerdo muy bien.
La película también es muy buena.
No sé si al releerlo lo interpretaré como un caso de pederastia pura y dura, o yo qué sé. No lo sé.
Salu2.
Ay, Señor, no tengamos prejuicios con las lecturas porque acabaremos todos reducidos a cenizas. Un libro bueno es mucho más que una parte, suponiendo que sea esa parte como algunos nos quieren hacer creer.
EliminarDyhego, he leído el titular y te paso el enlace, aún no lo he leído:
ResponderEliminarhttps://elpais.com/cultura/2020/01/05/actualidad/1578251737_781422.html
Vi la película de Kubrick y me encantó. Tengo pendiente leer la novela. La actriz bordó el personaje. Tenía, además, el atractivo de quien se sabe pícara, juguetona, llena de vida.
ResponderEliminarTodo un símbolo del erotismo fino, sutil, casi imperceptible. Ese que ahora brilla por su ausencia porque es todo demasiado explícito.
Un abrazo
De acuerdo contigo. También pasa actualmente que lo políticamente correcto no interpreta la ficción como debe ser. En erotismo, como en muchos temas, no siempre hay o se ve una frontera clara, pero se nota cuando se traspasa para ser algo menos interesante, digamos.
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