Me siento raro al no tener noticias de Naida en Tuzla. No estaría de más intentar conectar con ella, pero es tan independiente que prefiero que tome la iniciativa. Tampoco sé nada de Emina, a la que supongo concentrada en su última escultura. Entiendo que ambas estén muy atareadas, pero ¿es solo casualidad el silencio al que me condenan estos últimos días? La extrañeza de verme privado de ellas comienza a hurgar de manera insidiosa dentro de mí. No obstante, trato de ventilar posibles fantasmas, al fin y al cabo actividad tengo de sobra y debo entregarme a fondo a mis reportajes balcánicos. No, nunca doy vueltas a si una sabe de la relación de la otra conmigo. Ahuyento las preguntas imaginarias, como probablemente también ellas las espanten, al menos parece que eso hacen cuando están junto a mí. Tampoco se me ha ocurrido nunca preguntar. Puede que los mensajes enigmáticos de Naida sean de comprensión y condescendencia. Y Emina, ¿reverdece conmigo o reencarna a su amado desaparecido en mi cuerpo? Así que, ¿por qué razón debería incidir en sus relaciones, si las tienen, con otras personas? Me gusta la situación viva que nos da sentido, algo que, por otra parte, no he buscado. Nos adaptamos todos a lo que podemos dar y a lo que tenemos al alcance. ¿O hay algo más? Es el azar y la personalidad que ellas desprenden los factores que han propiciado este triángulo desigual. Tanto ellas como yo somos individuos respetuosos de nuestros comportamientos. O eso parece. Acaso no quieran saber más que lo justo. Es difícil, pues son amigas. ¿No van a contarse entre ellas? Si en algún momento han tenido ganas de enseñarse uñas o dientes se han cuidado de hacerlo con mucha habilidad. No pongo en duda que tienen un control de sus actos y que están muy seguras de sus emociones. ¿Será porque consideran que soy una ave pasajera? En lo que a mí respecta, ¿son menos sinceros los afectos que vuelco con cada una por el hecho de compartir a las dos? No, no es que parta mis afectos, ni los dosifique, ni trocee el cariño. Mi comportamiento amoroso es una manifestación íntegra, yo diría que auténtica, sin reservas. Ninguna de las dos mujeres se apropia de más afecto ni más sensualidad que la otra. Ni yo tengo la impresión de que dé más a Emina que a Naida. Oh, qué fatuo soy. ¿Cuánto da uno en el terreno de los afectos? ¿Cómo medir lo que se recibe? Darse al amor es operar con otra clase de voz, donde también hay tonos y gestos distintos, que se pueden compartir o reservar. No es el caso que yo regatee mis impulsos más íntimos con ninguna de ellas. Ni puedo reprocharlas nada ni creo que Naida o Emina puedan echarme en cara ser descuidado con ellas. Pero al fin y al cabo, ¿por qué habría que hacer del amor algo sublime y exclusivo? No me he parado a considerar si entre ellas pueden suscitarse celos o si pudiera latir algún conato de enfrentamiento, más o menos recóndito. Probablemente si ellas conociesen mis pensamientos, propios de un silencio incómodo que me deja huérfano, se burlarían de mí. Tal vez lo sano sería que estallara el conflicto, que ambas se conjuraran contra el hombre y me echaran en cara mi comportamiento dual. ¿No es un absurdo que los hombres aspiremos siempre al entendimiento, de manera obsesiva e incluso utópica, cuando precisamente el entendimiento es la excepción? ¿No es la disensión, la disputa, hasta el choque mismo lo que precisamente acaba modificando la vida de los humanos? Me sorprendo inquietándome. Echando de menos a estas mujeres que me cercan. Me encuentro molesto con los pensamientos turbios con los que intento justificar actitudes naturales que acaso no son leales. Y sin embargo, me siento tan cerca de las dos mujeres que no me planteo ninguna clase de elección. Nunca he podido elegir. ¿Por qué iba a hacerlo ahora si el único plan de vida se da en el día a día y en la veracidad de los actos más íntimos por los que compartimos el individuo que llevamos dentro?
Me acerco al taller de Emina. Está cerrado. En la taberna El gato de angora me dicen que se ha marchado fuera un par de días. El viejo Petar, que está comiéndose un cevapi, y que habla poco pero escucha mucho, traga el bocado. Luego me dice reservadamente: creo que está en Tuzla.
(Fotografía de Inés González)
Fáckel:
ResponderEliminarsituación absolutamente esquizofrénica que puede estallar como la guerra de los Balcanes.
Si Emina y Nadia no han compartido información sobre el "amante" no son tan buenas amigas como aparentan.
Si lo saben pero no "te" lo han dicho "te" están traicionando y jugando contigo.
Si mantienes relaciones con las dos sabiendo que son amigas, tu catadura moral deja mucho que desear.
(Digo "tú" porque apareces en el relato, pero, evidentemente no me refiero a ti como bloguero, no me vayas a interpretar mal y rompas esta incipiento amitad cibernética. Aclaración.)
Creo que los triángulos amorosos no existen. Con un "vértice" habrá amor y sexo con los dos. Pero amor con los dos, creo que es imposible. Pero la vida depara sorpresas, por supuesto. No seré yo quien pontifique sobre tal asunto.
Me acuerdo del famoso triángulo amoroso de la peli: "La ciudad sin nombre".
Salu2 de estrella errante.
¿Y aquella de "Jules et Jim"?
EliminarEres muy racionalizador, habrá que ver si el narrador nos quiere contar más y de qué manera, personalmente también leo el relato y nunca sé lo que nos depara el que escribe. ni qué trajín se traen los personajes. En este lado soy lector como tú.
La de "Jules y Jim" no la conozco.
EliminarEn cuanto a "racionalizador", quizás sea un poco cierto. Nunca me he puesto a pensarlo seriamente. Quizás.
Por otro lado, lo mismo es una pregunta estúpido por mi parte pero ¿no eres tú el narrador de esta historia de estas dos señoras yugoslavas?
Salu2.
Respuesta: el narrador es el narrador, creo que me invento incluso al narrador. Es broma. Deduce. Un abrazo.
EliminarLas cuestiones más complicadas suelen tener origen en simplezas de lo más inverosímiles, pero reconocerlo podría ofender a los adoradores del desarrollo en cualquiera de sus facetas.
ResponderEliminarUn ejemplo. : En su día intenté explicarlo en una entre la multitud entradas auto eliminadas por razones coherentes a mi trayectoria vital. Quizás se trate inconscientemente de una manera simbólica de asumir la impotencia, la desaparición y la decadencia.
Ahora seré geométricamente breve confiando en tu agudeza simbólica entre otras. Veamos: Interpreto el lenguaje y sus consecuencias como una línea recta en posición erecta.(digamos N -S) Dicha linea o plano atraviesa una espiral uniendo puntos del mismo meridiano pero evidentemente de distintos paralelos. Solo que la línea o el plano lingüísticos iniciales solo se percatan de la existencia de una o dos dimensiones y no caen en la cuenta de estar atravesando una tercera.
De ahí pueden surgir todo tipo de disquisiciones y complicaciones.
Jajj me encantaría extrapolar el concepto básico a la experimentación cuántica, pero solo puedo jugar a extrapolar; la propia impotencia me desespera y me adormece para, a la postre, como al personaje de tu ficción, no sufrir inútilmente teniendo que asumir coordenadas propias y ajenas.
Soy poco geómetra, al menos conscientemente no lo soy, pero como uno no puede escapar de las dimensiones y las multiplicaciones, combinaciones y giros que se hallan dentro de ellas pues acaso sigo leyes que no puedo comprender. De todos modos la historia es muy simple, aunque no lineal. O ve a saber. Y el ejemplo de coordinadas geográficas aplicadas que planteas tiene no obstante su interés, pero lo mío nunca fue el cálculo.
EliminarEstoy impaciente por saber cómo acaba o en qué deviene esta relación ¿triangular? Deseo lo mejor para los tres...
ResponderEliminarNo sé lo que nos deparará el narrador, o los personajes, pero espero que esto no sea como aquel serial radiofónico de nuestra infancia titulado Ama Rosa, que no tenía nunca fin. Paciencia, que yo también tengo curiosidad por los sarajevitas.
EliminarPero si no se trata del cálculo que en eso también soy zote. sino imagen y concepto. “Ta claro” que no me explico bien y que mejor calladita pero aplicada siempre.
ResponderEliminarMe has pillado a tiro, por aquí. No, he sido yo quien no lo ha entendido. Pero sobre imagen y concepto habría mucho que hablar. Zote es una palabra que suena bien y sin embargo tenía mala prensa en nuestra niñez, ¿verdad? Hoy no se usará supongo. Ese término me recuerda un libro precioso y divertido que tuvimos que leer en segundo de carrera estudiando obras españolas de la Ilustración y siglo XVIII y XIX. "Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes", del Padre Isla. Seguro que no lo conoce ni el alcalde de su pueblo.
EliminarA mí ese triángulo me parece una fantasía del protagonista, nada real, quiero decir que me da que no se ha materializado en una relación erótico amorosa. Si fuera un triángulo con las dos amigas, en plan relación mormona, no prosperaría por la vía de la concordia, sino de las maquinación para neutralizarse una a la otra. Resulta que la naturaleza humana es así, si hay celos entre hermanos, ¿no los habrá entre amantes? Claro que si fuera una relación simplemente sexual, podría ser perfectamente triangular, pero cuando se juegan los sentimientos, entonces uno de los tres pierde. La parte más débil menos inteligente y menos hermosa, de eso estoy segura. Así que espero que juegues limpio y nos cuentes la veritá del triángulo.
ResponderEliminarEn efecto, la supuesta relación triangular, de momento, no es tal. Lo que está en la mente del hombre no es encontrarse los tres, al menos de momento, eso deduzco del relato. Por lo tanto no se ha materializado triangularmente nada, y hasta ahora es lo que ya se ha expuesto. Ahora bien, él juega mentalmente con el mantenimiento de ambas relaciones -que no han pasado de encuentros esporádicos- y se siente vértice. ¿Es ángulo solo? ¿Es triángulo? Depende de si se traza un lado más. Tendrán que manifestarse los personajes para saber qué darán de sí más adelante. Tampoco me extrañaría que nos dejaran en la estacada. Incluso en Sarajevo hay gente que vive con estrés y gente que no quiere competir en un momento dado, y menos por batallas sentimentales. Oye, te diré que en la vida ordinaria ha habido muchas veces situaciones cuyo final no ha tenido lugar, que ha habido mutis por el foro, o abandono. Bueno si consideramos eso final...Ay, qué responsabilidades me transmites. Lo de jugar limpio...a ver si escucho más y mejor a los personajes, pero dos son mujeres y acaso no son tan accesibles, jaj.
EliminarLa ausencia de ambas podría ser una mera coincidencia; aunque también un acuerdo entre ambas para poner distancia contigo para que te acabes decantando tan solo por una de ellas.
ResponderEliminarO tal vez el texto sea únicamente una metáfora de la falta de comunicación y entendimiento entre personas que conviven en un mismo espacio, llámese casa o llámese nación.
Saludos.
Podría ser cualquiera de esas situaciones. El tipo no debería darle vueltas ni tomárselo con gravedad, todos son gente ocupada a la que le pueden haber surgido imprevistos. Y sí, las metáforas también le privan al narrador, sin duda. O acaso todo dependa de la nieve. Saludo, Cayetano.
EliminarCierto, cuando digo zote me refiero en toda su extensión antigua. Toda una vida debatiéndome entre la torpeza absoluta en múltiples sectores y la excelencia en uno, y medio más a lo sumo, en particular.
ResponderEliminarSegún el sector en que fuera conocida estaba acostumbrada a ser muy infravalorada mayoritariamente y lo contrario en la excepción. No es de extrañar que luego se dijera que pegaba sustos y sorpresas, pero era sin querer. Es algo que me viene ocurriendo desde la infancia.
Tenía a los profes del bachillerato locos porque me cateaban mensualmente a conciencia y luego, como estudiaba a mi bola con la vista puesta en los exámenes libres finales de las asignaturas globales, pues aprobaba a la primera!
Con tantas dificultades y responsabilidades no me quedó otra que ser práctica y resolutiva desde bien pequeña para no cargarme el sacrificio de mis amados padres y mi elitista educación hasta los 14. Luego vendrían la beca, Oklahoma, Proficiency, la facultad por libre; con la proletarización sin remedio como colofón. Los profes de español de las clases vespertinas se preguntaban si mi pobre padre tendría alguna influencia entre el tribunal del instituto de turno. Qué risa.
El inglés matinal sin problemas, entraba espontáneamente sin apenas esfuerzo. ( Imagino que debido a su enfoque pedagógico y mi curiosidad por lo foráneo. Algo genético, influiría en ello). Ja, a todo se acostumbra un@, pero resultó difícil cargar con ese saco de p....genética, que encima transmití inconscientemente; porque, en resumidas cuentas, lo cierto es que mi persona solo era un animalito muy natural, zote básicamente pero medianamente consciente de las limitaciones propias en combinación a tantas imposiciones ajenas.
No es de extrañar que me entendiera mejor con los animalillos y la vegetación!
Mira, tu dispones de mejor memoria, o mayor interés por lo aprendido. Yo olvidé todo lo que no me servía para sobrevivir, solo permanecía lo necesario y puntual para ir tirando!: El inglés por supuesto, un pensamiento abstracto arrollador pero incomprendido por malinterpretado o mal expresado y el valor necesario para jugármela y escapar de diversos lances mundanos circunstancia mediante. Me parece que se puede resumir en suerte y fortuna finalmente, pero zote mundano, asumido y comprobado en diversas tesituras. Algo que esta pila de años ya me permite el lujo de admitir con cierto pundonor.
Ahh y a cualquier mejunje personal habría que añadirle el salero de la biología y de la economía, sin mencionar pero muy determinantes en cualquier organismo biológico inserto en una sociedad.
Huy que yo dispongo de mejor memoria. Lo que pasa es que uno se recrea a veces -solo o en encuentro con compañeros de aquel tiempo- al recordar historias. Pero recordamos además para hallar claves: de la gente del pasado, del sistema, de nosotros mismos en los procesos de crecimiento y maduración, como las lechugas o las uvas. Lo que me confirmas es que fuiste un verso suelto en medio de tanta declamación obligada, y te cundió.
EliminarPerdona que he derivado en los anteriores comentarios. Al grano triangular: Como descendiente de hembras primogénitas y dominantes amen de madre demasiado cercana a dos varones a la sazón, entre otras circunstancias y omitiendo opinión cultural me parecen muy sabias las palabras de Marga. Si yo fuera el personaje masculino me sentiría muy mal en dicha tesitura y me alejaría del juego , no necesariamente fuego, porque seguro que existen muchos más enlaces entre esas dos mujeres que una simple sexualidad con un varón cuyo valor relativicen y no les compense exhibir como trofeo puesto que seguramente se valoren muy por encima a sí mismas. .... por lo que he deducido de relatos pasados. Es decir que interpreten al varoncito como un simple acontecimiento. Se acabaron los tiempos en los que se necesitaba y por ello se valoraba al género masculino.
EliminarVamos, que si se tratara de alguno de mis hijos varoncitos cuarentones cada vez más cercanos a la cincuentena les diría “niño sal por patas que vas a acabar escaldao” . Y me contestarían” No te metas”. Callaría y esperaría reír con el desenlace.que los muy inocentes traslucirían.
A niveles biológicos he presenciado más odios a largo plazo entre los distintos sexos. En planos más sutiles soy incapaz de diferenciar los sexos porque lo que se valoran son las obras de “los sesos y el corazón” ....otro tipo de visceras!!
La pregunta del millón: Sacrificaría el protagonista una magnífica amistad con su mejor amigo por la hembra de turno?
EliminarSi la respuesta es negativa: me parece de lo más razonable porque resulta lo mismo que en el caso de las dos amigas.
Si fuera afirmativa pensaría que hay mucha hambre y necesitaría pegarse un atracón hasta pillarse unos buenos cólicos. Algo muy propio del marchito ibérico de antaño tan acomplejado el pobrecito por obra y arte del pazguatismo y las miserias históricas.
"Si yo fuera el personaje masculino...", ah, si yo fuera. Jugáis ahí con ventaja. Y me parece que no vas descaminada, si el narrador decide ir a su vez por ese lado, no digo más.
EliminarLo de los odios que has presenciado...En el texto del capítulo se dice: "¿No es un absurdo que los hombres aspiremos siempre al entendimiento, de manera obsesiva e incluso utópica, cuando precisamente el entendimiento es la excepción? ¿No es la disensión, la disputa, hasta el choque mismo lo que precisamente acaba modificando la vida de los humanos? " No se trata de discutir lo que opina el hombre del relato, e suna opinión más y no necesariamente correcta, solo que cuando alguien opina es porque tiene sus razones.
Respecto a tu otro comentario: no todo tiene por qué ser elegir entre amistad con amigo y sexo con amiga (o hambre como dices) Nada es altruista en esta vida. La amistad es una necesidad humana como el sexo lo es. Y ambas están sujetas a sus peculiares utilizaciones maniqueas, ojo.
EliminarEsto ya va pareciendo el consultorio de Elena Francis, jaj, pero aquí la sabiduría la aportáis vosotras.
No estoy de acuerdo pero el comentario estimula mi pensamiento. Me doy cuenta que generalizar con la esencia vital tan manipulada culturalmente según conveniencias me duele. Imagino que las disensiones al respecto serán como los enfoques culturales de las personas versus la dictadura biológica y social de cada una.
ResponderEliminarHasta donde me ha tocado vivir y aprender el género femenino ha tenido que plegarse en aras a la necesidad de mantener la vida a dicha dictadura física basada en la fuerza y como cualquier imposición, inevitablemente habrá tenido que desarrollar subterfugios para sobrevivir, al igual que cualquier colectivo sojuzgado. Si ha tenido que obrar en consecuencia no debería juzgarse pero sabemos que siempre ha marchado a contrapie de los tempos y las necesidades del género masculino.
Dichos géneros suelen resultar más afines entre sí al principio y al final de una experiencia vital si aún disponen de buen corazón.
Dispongo de experiencias personales muy extremas: el descendiente más afín a mí influencia siempre tuvo mejores amigas que amigos y nunca se le ocurrió intimar físicamente con ellas. El riesgo de perderlas era inmenso y no le compensaba. El otro diametralmente diferente solo ha pensado en su simple placer físico y no ha nacido mujer que lo aguante, pero mira tiene suerte y no se entera de nada. Entre cada uno de estos extremos la diferencia entre experiencias de cada quien estará servida. Desafortunadamente para el necio el más inteligente está teniendo una vida más cómoda.
No me importa establecer cueste personales puesto que experimento la vida a través de microscopio y solo veo “cacharritos eléctricos convulsionando ” incluido el experimentador(a) en este caso.
Luego.... chssss, no me conviene extrapolar cómo esta resultando ser mi vicio cuando subjetividad lleva los mandos y aleatoriedad decide.
Tienes razón en parte y de modo relativo, pero ya sabes que de todo hay en la viña del Señor.
EliminarPara tocar las pe__tas un poco. ¿Qué tal un embarazo por sorpresa?. Destrucción/Vida.
ResponderEliminarAdriana
Mira que...
EliminarLinda Adriana! Tienes suerte de tener una comentarista como ella.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la viña de ese señor que dices, pues nada, que le deseo una buena cosecha y que le cunda para felicidad de cooperativas de vinateros y sus usuarios. Suerte hermano y brindis por la naturaleza que es sagrada .... mientras formemos parte de ella!
Ya le cundió, ampliamente, sobre todo a sus seguidores, porque él no pasa de ser un nombre. (Como expresión tiene su qué, al menos en nuestra generación; las generaciones de ahora, no sé afortunada o desafortunadamente, ya no usan estos decires)
EliminarY Adriana...¡demoledora! Derrida diría que deconstructiva. Pero mira, una idea más.
Adriana se ha adelantado, pero también he pensado mientras leía el relato que un embarazo, ya no digamos dos, acabaría con esta aparente concordia o quizá sea solo desapego...o dejarse llevar sin expectativas porque los tres saben de antemano que esta relación no va a ningún lado...
ResponderEliminarAunque un conflicto es casi urgente para que no decaiga la narración... Y el que hayan desaparecido las dos a la vez es un buen síntoma.
Claro que todo son especulaciones, el narrador tiene la última palabra.
Sea como sea, me ha gustado leerte.
Un beso,
Bueno, una relación va siempre a donde va, a un tiempo determinado y limitado, a un espacio que se comparte o no, a una satisfacción temporal del superviviente...Me ha interesado eso que dices: "Aunque un conflicto es casi urgente para que no decaiga la narración..." Tendré que pensar en ello.
EliminarBienvenida a este rincón de ocurrencias, Tesa.
Emejota, relinda y autentica, usted. Muestras experiencias de vida sin prejuicios y eso tiene su valor.
ResponderEliminarSaludos. Adriana
Yo también lo creo así, Adriana. Además fertiliza el territorio este que pisa.
EliminarHabía escrito un comentario, pero de pronto he recordado una cita de un libro que leí hace treinta años y me he puesto a buscarlo. No ha sido fácil. No sé si es muy apropiada pero dice así: Empiezo a creer que todo acto sexual es un proceso en el que participan cuatro personas. Tenemos que discutir en detalle ese problema. Sigmund Freud. Ciertamente no sabemos nada de la interioridad o pulsiones de Nadia o Emina. Tal vez en cada caso sean cuatro personas las implicadas. El libro del que está sacada esta cita introductoria es Justinte de Lawrence Durrell. Saludos.
ResponderEliminarSí, alguna vez he leído eso. Cualquiera le lleva la contraria a Freud, y si ha pasado por Durrell ni te cuento. Todo depende de cómo se vea, ¿cuestión del Yo y del Otro Yo? Supongo que el encuentro amoroso caben las dos posibilidades: que se amplíe o que se reduzca el panorama. Cada cual acumula aprendizaje, como en cualquier conocimiento en el que se siente avezado y quiere progresar. ¿Esto implica ser dos o cuatro? El psicoanálisis tiene tanto de literatura...¿O es al revés?
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