"...Estoy acostumbrado a que me odien. Ya en mi temprana juventud descubrí que no necesito la opinión de otros hombres, ni aun de los mejores, para confirmarme en mis acciones. Pienso que solo existe una soledad más grande que la del comandante militar que está a la cabeza del Estado, y ella es la del poeta..., porque ¿quién puede aconsejarle en esa ininterrumpida sucesión de elecciones que es un poema? En este sentido es en el que la responsabilidad es la libertad; cuantas más decisiones te ves obligado a tomar solo, más cuenta te das de tu libertad de elegir. (...) Y, sin embargo, soy un político; tengo que representar la comedia de extrema deferencia a la opinión de los demás. Un político es uno que pretende que está sujeto al apetito universal de estimación ajena; pero no puede pretenderlo a menos que esté libre de él. Tal es la hipocresía básica de los políticos, y el triunfo final del que conduce llega con el temor reverencial que se despierta en los hombres cuando sospechan, aunque nunca lo sepan de cierto, que su conductor es indiferente a su aprobación: indiferente e hipócrita. ¡Cómo! -se dicen- ¿Cómo? ¿Es posible que este hombre esté libre de ese nido de víboras que todos llevamos dentro y que es a la vez nuestra tortura y nuestro deleite..., esa sed de alabanza, la necesidad de justificación, la afirmación de sí mismo, la crueldad, la envidia?"
De Los idus de marzo, de Thornton Wilder.
(Comentario: el placer de leer, y nunca es tarde, un libro sumamente ingenioso, culto, imaginativo, divertido y con sustanciosas reflexiones, que yo no conocía y cautiva)
(Fotograma de Julius Caesar, de Joseph L. Mankiewicz)
Pues a ver si consigo leerlo. Los grandes de la historia, en sus misivas, plasmaban sus reflexiones y cuitas, así como su grandeza.
ResponderEliminarUn abrazo
Ten presente que es una ficción-recreación que hace el escritor Thornton Wilder, pero a mi modo de ver es brillante. Luego también hay cierta intención contemporánea.
EliminarSalud y descanso.
Ojalá los políticos de hoy tuvieran esa ... "chispa" de saber elegir, de saber decidirse, ..., ser políticos en definitiva.
ResponderEliminarMe gustaría saber cómo definen "político" los políticos actuales.
Me gusta este tipo de literatura. Y, como la inmensa ignorancia que me define, desconocía este autor y este libro.
Gracias Fackel.
Saludos.
Insisto siempre en que los políticos son reflejo nuestro, de la sociedad, de los individuos. Exigirles a ellos es exigirnos a nosotros, de lo contrario no sirve. Si hemos hecho dejación de responsabilidades pasa lo que pasa.
EliminarTampoco conocía yo ese libro y no es reciente, pero lo bueno de la red es que un lado te lleva al otro...si tienes intención de buscar. Tranquila, que compartimos ignorancia, pero creo que ella nos motiva para situarnos un poquito más en otro camino. Gracias a ti.
Interesante esta reflexión de Wilder sobre la soledad del poeta, nunca me lo habia planteado.
ResponderEliminarSaludos
Y lo curioso es que vincula la del poeta a la del gobernante. ¿Serían más cultos los gobernantes del mundo clásico? De todo había.
EliminarTampoco es ejemplo de nada, Boris Johnson es un tipo muy culto que domina el latín como si nada entre otras lenguas.
EliminarTengo mis dudas.
EliminarEl libro es de 1948, lo leí por un artículo elogioso de Gabriel García Márquez en El País en los años ochenta y me interesó mucho ese reflejo ficticio del tiempo que conduce a la muerte de César y el análisis del poder desde la posición del dictador cuyo asesinato tanto se ha lamentado. Me pareció un libro brillante, tu texto me lo ha hecho recordar. Lo veo de vez en cuando entre mis libros pero lo tenía un tanto olvidado. El que está en el poder está solo, el que escribe un poema al margen del gusto u opinión de la gente está solo en la cúspide creativa. Es esa libertad en el abismo lo que constituye ese ejercicio narrativo excepcional.
ResponderEliminarA mí me parece más terrible y dolorosa la soledad del gobernante -como la del corredor de fondo, pero este sin aquella responsabilidad- y porque al fin y al cabo la soledad del poeta puede fructificar con alto nivel expresivo, y la de un gobernante, aunque tenga sus frutos, es siempre muy contrariada por tirios y troyanos. Es tan cruel y cruento gobernar y más si se obra de modo recto...ya sabes, las camarillas, los oportunistas, los corruptos, las presiones de poderes fácticos y el poco decoro de una oposición que suele estar a pillar al otro en lugar de proporcionar alternativas convincentes.
EliminarTe dejo referencia del artículo de Gabo que leí y que me llevó a la lectura de Los idus de marzo ARTÍCULO DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ SOBRE LOS IDUS DE MARZO
EliminarGracias, me va a venir bien, ¿ves cómo nunca es tarde para leer lo gustoso o comer cosas ricas? Además tengo reciente la lectura de El amor en los tiempos del cólera, soberbia narración de la que el autor decía que era la novela que más satisfecho le había dejado.
EliminarMe temo que los gobernantes actuales no temen a los idus de marzo. Les basta con el temor al twitter...
ResponderEliminarMe lo apunto, claro.
Muy bueno. en efecto, en efecto, son esclavos de las redes pero las utilizan como armas arrojadizas. Lamentable el asunto. Son como niños...pérfidos.
EliminarQué maravilla de texto, sí.
ResponderEliminarLa soledad es más grande cuanto más libre eres.
Un beso libre.
Tal vez es el precio -no necesariamente desgarrador- que hay que pagar por pretender la libertad. Ah, ojo, que los besos pueden esclavizar.
EliminarUn enlace sobre el tema libertad:
https://reptilector.blogspot.com/2019/10/fuga-de-la-libertad-de-derrida.html
cuantas más decisiones te ves obligado a tomar solo, más cuenta te das de tu libertad de elegir..."
ResponderEliminarExacto. Sartre, ahora tan denostado por su existencialismo mal entendido, siempre dijo lo que quería decir: "Somos libres, infinitamente libres". Le acusaron de todo, sobre todo las "clases que se llamaban oprimidas".
Somos libres. Tu puedes hacer o no hacer tal o cual cosa. Nadie te lo impide, y debes de tomar al día más de mil decisiones, porque eres libre. Sólo has de mirar que tu conciencia no te acuse.
No lo entendieron jamás, y es fácil de comprender, hay quien sin darse cuenta le va el papel de ser esclavo y no parar de quejarse de lo mal que lo hacen los que mandan.
salut
Miquel- Tot Barcelona
El problema es que no siempre SE PUEDE hacer. Nos lo impiden los límites (la enfermedad, por ejemplo) Y tampoco siempre SE QUIERE ser.
EliminarLee a Derrida:
https://reptilector.blogspot.com/2019/10/fuga-de-la-libertad-de-derrida.html
Uno, generalmente, no puede hacer lo que quiere, pero está perfectamente capacitado para hacer lo que no quiere.
EliminarBenedetti.
No hablo de enfermedad, hablo de conciencia. Hablo de trascendencia.
Miquel Tot-Barcelona
Hola, Maite, jej. Bueno, de hecho hacemos cantidad de cosas en esta vida que no queremos o querríamos hacer, ergo estamos muy capacitados...pero le diría a Benedetti: con resultados dudosos, desastrosos pero también sorprendentes por encontrar resultados positivos que no esperábamos de nosotros mismos. Cuando nos pongamos a hablar un día de nuestros avatares vitales ya nos lo contaremos. Hablemos del acontecer, sin duda.
EliminarNo encuentro mucho parecido entre un político y un poeta, aunque la aparente semejanza esté dicha con tanta elegancia.
ResponderEliminar=)
Pues ya ves que Thorton Wilder lo ve de otra manera. Y deja claro en qué se parecen: en el tema de la soledad. Claro que también podría hallarse parecido con otros oficios o dedicaciones. Puede que no sea solo cuestión de estilo elegante del escritor. De todos modos te diré, haciendo de abogado del diablo, que criminalizamos mucho a unos y sublimamos en exceso a otros. Ni es mierda todo lo existente en Política ni oro todo lo que presume de Poesía. Tal vez tenemos que ir más allá de las palabras y las categorías para no envenenarnos con unos temas y creer que nos salvamos con otros. Salutem.
EliminarPodría ser que la vida del hominido resulte política por arte y verbigracia del engaño más o menos consciente y la hartura hacia el mismo le dirija hacia la soledad. Después habría que dirimir si dicha soledad resulta o no agradable y hasta qué punto. Poesía y política resultan altas aspiraciones y las alturas siempre conllevan peligro. A partir de ahí se podrá escribir o dirimir lo que sea, me temo, pues los resultados de la combinatoria resultaría tan amplía como la danza de la hélice helicoidal o más, y el tiempo vital no da para tanto, hasta donde tengo entendido.
ResponderEliminarEso si, parece que en tu “combinatoria” has desarrollado la capacidad de escribir estupendamente y agradar con ello!
Qué acertada y sabia has sido en tu párrafo grande. Recomendable el libro de Wilder, está plagado de ironía, juego (sucio y no tan sucio) y sorpresas que te hacen vivir el tiempo y a los personajes. No es una narración lineal en absoluto y el estilo de cartas lo hace jugoso y nada pesado. Naturalmente, tienen que gustar episodios históricos y sobre todo estar interesado por Julio César, sus ámbitos y lo que se produjo con su muerte.
EliminarPasar por tu blog es llevarse un buen libro de regalo. Gracias, muchas gracias Fackel.
ResponderEliminarSaludos
Adriana
A gusto del consumidor, Adriana. Gracias por leer.
EliminarLa soledad del líder cuando cae en desgracia. Los traidores afilan sus dagas o se distancian del que ya no interesa. Los antiguos camaradas cambian de chaqueta y preparan sus cuchillos -o sus argumentos- que justifiquen sus actos. El que va a morir se queda arrinconado y solo frente a su destino.
ResponderEliminarHemos cambiado muy poco desde entonces.
Un saludo.
Por eso la muerte de César es un paradigma de traiciones, caídas, fracasos y nuevas etapas y desastres. Nunca se cambia al cien por cien, pero hay que admitir que todo depende de las reglas del juego. Quienes seguimos lo que acontece en los USA y en GB nos quedamos anonadados de hasta qué punto son capaces sus líderes y camarillas de jugar sucio. Las informaciones del día a día lo revelan. Juegan con el mundo, siempre lo han hecho, las primeras potencias. Tremendo. Un saludo.
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