"Algunos atribuyen a los dioses cuanto
sueñan como hombres".
Jorge de Sena, To be or not to be, de la antología Serena ciencia.
Cuéntanos, Naxos, qué has visto en tus periplos. Cuéntanos si ciudades tan inexpugnables como creímos que era la nuestra fueron también saqueadas. Es la caída de la tarde, el sol afloja, las tareas se rinden. En las gradas que forman los sillares desmontados de lo que fueron soberbios edificios se juntan gentes diversas. Quieren informarse, que se les consuele, buscando reverdecer esperanzas. Naxos habla y saca conclusiones. Pocas ciudades, a esta parte o a la otra del océano, se han librado a lo largo del tiempo de las ansias de sus vecinos o de la envidia de otros invasores llegados de más allá de lo conocido. Tras cada ciudad devastada se alzaba siempre una nueva más fortificada, más segura, más costosa. Pero antes o después también era asaltada, porque siempre hay alguien más fuerte. Alguien que quiere ser más que otros. Ha habido urbes que han sufrido tan grave destrucción que han sido abandonadas. Los supervivientes se integraban en otras ciudades, fueran o no extrañas, en ocasiones arriesgando su libertad, o fundaron aldeas en territorios que antes no se habían ocupado. Lo que al principio era desarraigo acabó siendo, principalmente para nuevas generaciones, una tierra natural, un espacio propio. Cuanto resulta desgracia puede enderezarse hacia la fortuna, a poco que se tenga voluntad y esfuerzo. No busquéis nunca consolaros con los males ajenos. Tampoco sería justo por mi parte que solo os hablara de la vileza humana. Porque también he visto colaboración entre ciudades, y no poca. Y cómo aquella ayuda beneficiaba a todos. He visto cómo el intercambio de bienes era útil. Cómo los conocimientos se compartían, y en algunos casos sin pedir nada a cambio. Cómo los moradores de unas urbes se desplazaban a otras para trabar amistad o afectos entre ellos. Los que antes hablaban una sola lengua han llegado a hablar dos. Quienes tenían unas costumbres que limitaban la calidad de sus vidas han aceptado otras que les han aportado más satisfacción. ¿Quién podría decir ahora que de aquellos tránsitos pudieran salir consecuencias negativas para nadie? El que es más rico ha podido beneficiarse del trabajo del más humilde. El más necesitado ha mejorado su condición al acceder a ciudades mejor atendidas y a actividades más consideradas. Los artistas han enriquecido con sus obras no solo las urbes, sino nuestro mundo de sueños. Los edificios que se derrumbaron se pueden erigir con nuevas soluciones. Las esculturas que perdisteis pueden ser repuestas, más modernas si cabe, pues los artífices no tienen límites. Todos los artistas beben de unos y otros, y no solo los artistas sino los inventores, los que bregan en cualquier oficio, los que observan el firmamento, quienes indagan en la tierra y en las plantas, hasta quienes rigen la ciudad y dictan sus normas quieren saber cómo funcionan en otras partes y ver de aplicar lo aprendido. Y a través de esas influencias se genera lo nuevo, lo más imaginativo que, ni permanece eternamente ni muta cada día. Las ideas pueden discutirse y, puesto que nunca se pierden, se transforman y avanzan a partir de la experiencia y el razonamiento. Antes hubierais dicho que todo eso era regalo de los dioses, pero os aseguro que es el esfuerzo y el saber humanos lo que construye. Yo lo he visto en muchos lugares. Y lo estoy viendo aquí, en vuestra superación.
Pero dinos, Naxos, le interrumpen. ¿Qué pesa más en las decisiones de los hombres? ¿Las ansias de posesión a cualquier precio o la conformidad con lo logrado? ¿Las ganas de ser más grandes que otros o el afán de ser prudentes y conservar lo que se tiene? ¿La transgresión de las antiguas creencias o el respeto a las leyes heredadas? ¿El enfrentamiento o la confrontación? ¿Las fechorías o los sueños? Responderos vosotros, dice Naxos con bonhomía, en un alarde de madurez que sorprende. Yo os cuento, vosotros mascullad primero, argumentad después, razonad siempre. Elegid al compás de vuestros actos.
El ágora o, mejor dicho, lo que queda en pie de ella, ha sido ocupada gradualmente. No es solo que, ávidos, inquieran respuestas de Naxos. Es la misma actitud de querer saber. La voluntad por recuperar la palabra. La necesidad de estimular el argumento. Naxos, cuyos principio fueron rudos, aprende de ellos.
(Fotografía de Toni Catany)
En el ágora, en vez de templos con volutas, ábacos, cariátides y hojas de acanto, porque en la diversidad y en la diferencia está la sal de la vida y del arte, han levantado una torre de babel y nadie entiende a nadie. Es la ceremonia de la confusión y del enfrentamiento. Alguien sacará provecho de todo ello. Me imagino que los bárbaros.
ResponderEliminarUn saludo, Fackel.
Los bárbaros de casa y de siempre, sin duda. Aunque ahora están auspiciados y apoyados por otros bárbaros de fuera cuya cultura también compartimos. La pena es que toda esa clase de bárbaros ignoran el lado cultural y protagonista de la gente que, anónimamente la mayor parte de las veces, se expresa en las ágoras múltiples de nuestra sociedad. Con sus estructuras minoritarias desarrollan poder e influencia (no siempre triunfante) sobre la libertad expresiva y exigente de las gentes del ágora. Estoy convencido de que esas minorías no creen ni respetan ni toleran ni admiten a las gentes del ágora o del último rincón de sus casas. Ellos van a lo que van, nos subestiman y pretenden hacer de la capa del país un sayo. Ya sucedía en tiempos griegos clásicos, pero aquí y ahora es una obscenidad. Salud y paciencia.
EliminarLo importante la actitud interior y esta pertenece al territorio de la subjetividad.
ResponderEliminarAnte la innata tendencia humana a obtener despojos de todo tipo me parece que lo más cauto resultaría prescindir o disminuír al máximo todo aquello, conceptos incluidos, que la moda imperante en cada momento valore. Esto escrito dentro del paradigma racional, porque ante la posibilidad de irracionalismo mejor saber bien dónde y cómo ocultarse si aún se aprecia la vida, de lo contrario sería una opción dejarse matar o morir matando, eso va implícito en la psicología de cada individuo. Al final polvo, paciencia y salud incluidas. Lo más triste de estos procesos es que las hordas aún con distintos individuos se sienten eternas y su ignorancia les ciega. Será por ello que en la actualidad las luchas se produzcan más cobardemente desde la distancia y con destrucciones más masivas que las antiguas, cuando por puro primitivismo se luchaba de frente? La cobardía disfrazada de cinismo y falsos recursos me mata.
Muchos nos preguntaremos dónde trazar la fina línea entre cobardía y prudencia dado el efecto móvil de las diversas circunstancias. Ocurrirá cómo en las poblaciones limítrofes? No seré tan simplista como para afirmarlo.
Me gusta eso de "Al final polvo, paciencia y salud incluidas". Yo no veo claro el futuro social y político. Acaso los dominadores apliquen sus algoritmos y la gente ni se asocie -salvo para lo superfluo- ni exija ni forme parte de partidos ni reclame ni aporte sugerencias...y si hay algo de ello será a través de un proceso de robotización. Porque si el robot se aplica a todo tipo de proceso técnico ¿iban a quedar al margen la política, las leyes, vamos el Derecho, y otras normas y pautas sociales? Lo digo medio en serio medio en broma, espero no verlo, me desesperaría un tanto.
EliminarPermíteme, por favor, dos palabras: Para que no pierda ni un ápice de su sentido real el consabido "To be or no to be, that is the question", muy probablemente debería traducirse (yo lo prefiero) como “Ser o no ser, de eso se trata”, y no de la forma tradicionalmente rutinaria.
ResponderEliminar(Añadido: Cuenta la leyenda que la política es una ciencia necesaria y sana, pero yo no me creo nada)
Muy buena precisión, Chiloé sobre el tópico pero no menos real dicho hamletiano. Las traducciones literales nunca fueron buenas. Aunque esa es la cuestión y de eso se trata parecen expresar lo mismo coincido contigo en que el de eso se trata es más castellano.
Eliminar(Añadido dos: sea o no sea necesaria la política -de saludable tiene poco- y yo creo que sí, lo que parece cierto es que no hemos inventado otro recurso para el juego de la convivencia, de las reglas sociales y del entendimiento, a más del asunto del poder, que se las trae. De lo que se trata es de transformarla. Por ejemplo. Estos días poselectorales la percepción que tengo es que los que negocian como trileros pasan de nosotros, ignoran los votos de todos, se reparten como aquellos que echaron los dados para llevarse la túnica del Cristo, se plantean la política como dominio y revancha, como la oportunidad de vengarse de la supuesta izquierda, aunque en realidad menosprecian y nos golpean a toda la ciudadanía, es un tema muy de una España aún inmadura donde un sector de la tribu aún tiene el chip dictatorial y carecen de sentido común, de Estado y de bien colectivo)
No sé cómo serían los razonamientos en las ágoras griegas, pero en la actualidad, cualquier espacio de debate es un gallinero y un vomitorio (y no el de los estadios precisamente...).
ResponderEliminarA veces intento ver un programa de "debates" de la Sexta Noches, y nunca veo más de cinco o diez minutos. No puedo soportar ese griterío, esa mala educación, ese quitarle la palabra unos a otros, esa prepotencia de saberlo todo, esos egos inflados. Puajjj, asco me dan.
Salu2, Fáckel.
Huy, te entiendo, hace mucho tiempo -mucho, mucho- que dejé de perder el mismo ante los sabelotodos que no saben nada y donde todo responde a un guión del programa de tv de turno. Yo tampoco soportaría a estas alturas el lenguaje procaz, ese culpar a los demás, y el argumento abstracto que no ofrece nada serio. Saludos.
EliminarLos polemistas siempre triunfan en sus diatribas.
ResponderEliminarUn saludo.
Hay polemistas perdedores también; los he conocido de cerca; polemistas bienintencionados, digo.
EliminarLa palabra "ser" se le da al hombre que "es". Y sólo el hombre "es", las demás cosas "son".
ResponderEliminarEs una traducción compleja porque lo que quiere expresar es completamente metafísico; lo dijo Heidegger en un trabajo sobre el autor.
También Gabriel Marcel (otro gran metaf´sico humanista), habló de ello en su "Aproximación al misterio del ser".
Un abrazo
Naturalmente ese razonamiento nos conduciría también a hablar de la cosificación y, por lo tanto, a la alienación o despersonalización del hombre, del que tanto se ha hablado y parece habernos olvidado. No sé, pienso que hay mucho sofisma tras diversas "filosofías" y poca ciencia. No sé. No me siento especialmente atraído por el misterio del ser. Prefiero informarme de los avances antropológicos y etológicos sobre el Sapiens. Un abrazo.
EliminarBuena amigo, como bien sabes, en Filosofía hay dos ramas muy diferenciadas, la Metafísica y la Positivista. En ella se encuadran, dependiendo de su "idea" absolutamente todos los filósofos, desde Sócrates hasta Levinas, pasando por Sartre y Popper o Julian Marías. Pero todos tienen una u otra tendencia. Mi tendencia es metafísica, y allí, entre Marcel, Chardín, Mounier, alguna cosa de Heidegger, Julián Marías, Zubiri, Ortega, algo de Sartre, un mucho de Kierkeggard, y unas pizcas de Levinas mezcladas con Unamuno, hago brebajes, y los leo. No descarto nada, puesto que poco se, y como dice la cación del Pedro Navajas...sorpresas te da la vida.
EliminarUn abrazo
Lo bueno de los brebajes es que pueden ser tratamiento paliativo, no sé si curan, y lo opuesto es que pueden envenenar, aunque en materia de pensamiento siempre se está a tiempo de corregir si hay voluntad de búsqueda. Sabes que hay filósofos que no se casaron con nadie y otros que sintonizaron con fuerzas destructivas de la sociedad y de la política. Hacer brebajes es lo que sé también, y no paso de catar, ni el tiempo corre a mi favor ni la capacidad para engullir esa diversidad de pensamiento que hemos heredado. Salutem.
EliminarHay quien necesita la polémica, y cuanto peor, mejor, necesitando el conflicto permanente porque no saben dar o buscar soluciones, sino poner palos a las ruedas de cualquier propuesta. Creen que sólo su verdad existe y que los rivales se han de extirpar. Ágoras de pacotilla, que cada vez dan más asco
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
Se han nutrido de esa actitud desde hace infinidad de tiempo. No reconocen como prioritarios los problemas de una sociedad, de un país, sino que priorizan el enfrentamiento. El enemigo, al que necesitan para justificarse, es siempre el otro, sea desde un Congreso sea desde una fuerza mayor y bruta. Convierten en enemigo a cualquiera que no piense como ellos. No será porque Europa no advierta, o porque ciertos pensadores y gentes con criterio prevengan, pero es igual, ellos pasan de madurar.
EliminarYo soy una persona que solo me alegro de todo lo bueno de los demás...... Cuando es algo malo, me siento mal y no me gusta, no puedo evitarlo
ResponderEliminarPues es una magnífica actitud por tu parte; yo también lo procuro. Sin embargo, me desespera que cunda tanta mala intención, peor voluntad y escaso sentido de cooperación en ciertas gentes. Esto sirve igual para el comportamiento entre gente común como para quienes rigen los gobiernos del plano que sean. Gracias por tu comment, Trini, saludo.
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