"He conversado en sueños
contigo, diosa de Chipre".
Safo de Mitilene
En la extensión del sueño que no cesaba, Naxos se dejó acoger por una placidez como jamás había tenido en su vida de remero. Entonces solo cabía despertar de improviso, desvelado por los gritos enfadados de Odiseo, zarandeado por su compañero más próximo, calado por un oleaje que se sublevaba peligrosamente. Alarmados todos los tripulantes por el bajío próximo al litoral, la angustia les arrancaba del sopor y el eventual descanso. En los sueños de navegante de Naxos las vidas sufridas y las imaginarias se mezclaban sin orden ni tregua. La penosidad y la insatisfacción destronaban de inmediato cualquier clase de idea o ficción que le compensase. Los despertares le malhumoraban. La repentina actividad frenética aceleraba su cuerpo y reducía su espíritu. Los anhelos que las ensoñaciones permitían aflorar se alejaban de continuo. El deseo, siempre encendido en un joven como él, mostraba su faz más huidiza hasta resultar doloroso y desconocido. El instinto solamente existía para vivir en una guardia atenazante y en un esfuerzo sin fin. El precio de la supervivencia. En cambio, inmerso en el sueño de la nueva tierra, se sintió familiar, protagonista, reforzado. ¿Hay algo que sea más propio del hombre que las sensaciones? ¿Existe algo más íntimo que el disfrute onírico de unas imágenes que se construyen sin riesgo? Bailaba sobre las aguas, era recibido por los supervivientes de la ciudad, las muchachas y los efebos se lo sorteaban. Todos querían escuchar sus aventuras, saber a dónde conducían los mares que él había recorrido, cómo eran y se manifestaban los habitantes de lejanas urbes, si estas se asemejaban a la que acababan de perder. O si su cuerpo, más allá de la apariencia, era tan incitante y cálido como el de los hombres a los que habían amado y que perecieron o fueron convertidos en cautivos tras la devastación. Pero incluso en sueños Naxos dirigía la vista hacia todas partes, buscando a la adivina que, en medio de la febrilidad placentera, se convertía en servidora del templo si no en la diosa misma. Imaginaba rituales donde la solicitud y la concesión entre aquella sacerdotisa y él se intercambiaban gozosamente. Los sueños edifican la parte de la vida que los mortales no han probado o han visto quebrar. Él, que apenas había oído hablar de cómo se había generado el mundo, ni de qué dioses habían creado los espacios terrestres y acuáticos, ni de los repartos de funciones que iba a tener cada divinidad, ni de los favores y condenas que les iban a enfrentar entre sí produciendo el auge de unos y la caída de otros, ni de los castigos ominosos a aquellos humanos que trataran de escalar por encima de sus destinos, se asombraba de las ocurrencias que emergían de lo más profundo del sueño. Jamás había acudido a rito alguno y el templo, como el mercado o la plaza de los debates públicos, era un recinto prohibido de cuyas servidoras se hablaba con misterio y respeto. Tales sueños, no demasiado alejados de la realidad, se hilaban y descosían en aquella playa donde Naxos reposaba. Podría decirse que incluso al otro lado de la frontera somnolienta se hacía más intensa y perentoria la búsqueda de la mujer de las profecías.
(Fotografía de Ata Kandó)
¿Los sueños son fuente de autoconocimiento? ¿Anticipan hechos? ¿Desvelan enigmas? Los clásicos sabían del poder de los sueños, en un pasado no tan remoto, el físico Niels Bohr "vio" en sueños la estructura del átomo. Y sin ir más lejos, Descartes reconoce en una de sus cartas que El Discurso del método le fue inspirado en sueños.
ResponderEliminarAmigo mío, volvamos la mirada a los sueños, escudriñemos y seguramente descubriremos la sibila que todos llevamos dentro.
Quién sabe. Debido a la mezcla de elementos de este lado que en ellos tiene lugar pueden encontrarse destellos para una composición o afirmaciones de conducta que llevamos a la práctica en la vida consciente. O puede no haber sino caos y un funcionamiento neuronal conveniente para nuestra reconciliación interior cotidiana, que no es poco. O ser un punto de reflexión incontrolada que puede venirnos bien para ver las cosas de otra manera. Siempre han seducido los sueños a los hombres, los sueños de la noche y los sueños de las aspiraciones, a veces hermanados en sus obsesiones. Algunos viven de manipular los sueños y convertir los objetivos de la vida en sueños manipulados para que la gente vaya tras su autoridad mágica; ya sabemos a dónde conducen tales pretensiones. Tal vez los sueños son una manifestación diferente de la conciencia, el otro lado del espejo, la segunda personalidad. Al aplicar sobre ellos metáforas también pueden ser tantas cosas...
EliminarEn todo mito hay un momento de reflexión como este. En toda vida también. De ella dependen siempre los pasos siguientes.
ResponderEliminarAunque a veces los pasos resultantes no siempre resultan adecuados.
EliminarDe ahí los géneros: tragedia, comedia o tragicomedia, que es lo suyo.
EliminarGéneros que se alternan tanto en la representación ficticia como en la real y cotidiana que nos toca, ¿verdad?
EliminarVeamos: Abstinencia y abluciones.
ResponderEliminarAbluciones todas, en un navegante. Abstinencia, prácticamente, en un navegante. Salvo escalas en puerto.
Eliminar¿Existe algo más íntimo que el disfrute onírico de unas imágenes que se construyen sin riesgo?... sé de qué hablas.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Sí, es que no obstante pesadillas, fantasmas, espectros y situaciones terribles que se viven en sueños al despertar uno respira hondo: ah, menos mal, fue un sueño. Como si la realidad fuera menos peligrosa. Gracias por leer tú.
EliminarLo único importante de la vida, creo, es vivirla.
ResponderEliminarConditio sine qua non. La inercia en principio. La calidad que las circunstancias y el margen de cada individuo lo permitan, después.
EliminarImagino a Naxos al despertar con el pesar del pájaro de Pastrana:
ResponderEliminarHoy tengo el espíritu
del pájaro Quetzal
para volar hacia tu lado
mirarte desde lejos,
ya que no puedo ni tocarte
ni sentirte.......
El resto ya nos irá contando. Expectante!
Adriana
Imagino a Naxos al despertar con el pesar del pájaro de Pastrana:
ResponderEliminarHoy tengo el espíritu
del pájaro Quetzal
para volar hacia tu lado
mirarte desde lejos,
ya que no puedo ni tocarte
ni sentirte.......
El resto ya nos irá contando. Expectante!
Adriana
Es tan bella la poesía de Elizabeth Pastrana...Pero el Quetzal era mucho pájaro.
EliminarQuién sabe del vuelo de un pájaro, y más si es sagrado...
Sueño puro versus Puro sueño. El orden de los factores verbales si altera el producto. Luego verbo =imprecisión. Imprecision = confusión. Confusión/alteración = estado propio de toda vitalidad. .... mejor lo dejo, no sin añadir que parece ser que lese chavalote de tus letras le parece afortunado a la vida que lo zarandea.
ResponderEliminarO a los sueños que le llevan y le traen.
EliminarSueños y profecías son una continuación de la vida.
ResponderEliminarOjalá encontremos en los sueños las claves para cambiar el futuro...
No lo creo.
EliminarAdemás el futuro siempre se cambia por su propia inercia; otra cosa es dónde nos toque estar y cómo repercuta en nosotros.
Por mi parte me conformo con lo que llaman ahora formatear un poco el cerebro y yo le llamaría simplemente descansar para afrontar un nuevo día.