"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 15 de octubre de 2018

Naxos. Los navegantes abandonados a su suerte





















"Traje mi vida hasta aquí
Incisión amarga en la arena que se borrará".


Odysseas Elytis, Orientaciones.



Junto un instante antes de que los compañeros de Odiseo hubieron pisado tierra firme las sirenas desaparecieron. Cierto es que ellas habían sido guías complacientes cuyas sonrisas y cánticos hicieron concebir a los hombres la ilusión de que se les concedía un paraíso. Pero una vez aquellos navegantes curtidos y ajados se vieron en tierra desconocida, desprovistos de alimentos, herramientas y armas, cayeron en la cuenta de que todo pudo haber sido una ensoñación. Aquí habrá también pitonisas que nos pueden predecir el porvenir, vayamos a buscar a alguna, se dijeron. Atravesaron campos yermos y dejaron de lado ciudades abandonadas y templos destruidos. Aquello les alarmó. En este territorio, comentaron, también ha habido guerras y si todo está devastado quiere decir que los que habitan estas tierras son tan humanos y feroces como nosotros. ¿A dónde hemos venido a parar? ¿Ha sido un viaje de búsqueda o un retorno cobarde y forzado, inducidos por aquellas fantasías en forma de atractivas mujeres poetas? El mar iba quedando atrás, la costa parecía haber desaparecido y cundió entre ellos la alarma. Si no tenemos el océano a nuestro alcance, ¿qué será de nosotros? No somos pobladores de tierras hondas, no entendemos de montañas ni de valles, accidentes estos de los que solo habíamos sabido su existencia por viajeros de fortuna. ¿Qué nos encontraremos a medida que avancemos por estas soledades? No obstante la angustia que invadió a aquellos aventureros ninguno echó en falta al jefe que les había prometido llegar a la ciudad anhelada. Más bien se resignaron con audacia. Si hemos perdido no solo la referencia del mar sino también la nave, debemos probar suerte o morir de inanición. Busquemos cuanto antes a la adivina para que nos oriente. Divisaron los restos de una edificación antigua, pero temieron acercarse a ella, pues si había estado dedicada a algún dios solo cabía esperar una maldición. Siempre podremos explicar a los dioses lo que nos ha sucedido, sugirió un remero joven. Pero todos le miraron con muecas irónicas, presintiendo que su bisoñez no sabía aún nada sobre las venganzas y condenas a que someten los dioses a los humanos, y sobre todo a los seres más ínfimos. ¿Y si hacemos una pequeña ceremonia de invocación que honre a los dioses que otros han debido deshonrar destruyendo sus templos?, dijo un hombre más culto. Pero los remeros se miraron escépticos entre sí, comentando: ¿desde cuándo nos ha interesado a nosotros, eternos réprobos, el mundo de las divinidades? Tal vez se lo tomen como un sacrilegio. Entonces, bajo el arquitrabado semi desmochado, percibieron el aura de una figura alba, severa, firme entre su ajustado chitón. 




(Fotografía de Ata Kandó)


4 comentarios:

  1. Lo que escriba podrá interpretarse de formas diversas y puede que much@s mundan@s no comprendan y juzguen mostrando sus sombras ante quienes conozcan esas representaciones teatrales proporcionándo “teatritos gratuitos” inconscientemente. Emociones al margen.

    Al grano: Mi interpretación del texto me inspira dos principios inconscientes e inherentes a la naturaleza de los mamíferos humanos. Unas simplezas que se vienen reinterpretando a lo largo de nuestras vidas bajo distintos mantos:
    1 - que el ser humano nace tan frágil que necesita PROTECCION para sobrevivir y ello, a lo largo de su vida, lo reinterpreta y proyecta bajo principios de distinto orden. Parece que muchos “elementos racionales” permanecerán continuamente en dicho concepto interpretándolo según conveniencia puntual.

    Observado que según se proteja a la prole así está lo hará con sus descendientes, para que el sentido optimista de la vida biológica persista.
    Ello me lleva al siguiente punto (2)
    2 - MAMÍFERO: Ineludiblemente en plan primario = mamar para sobrevivir y con suerte, mucha, poder compartir teta con algún semejante.
    Por tanto no es de extrañar la actitud común del pueblo aunque se justifique de las más diversas y contradictorias maneras a través de culturas temporales. El cainismo primordial entre otras.

    Mientras tanto la evolución seguirá su curso ciegamente, sin ocuparse de estos principios biológicos que tanto nos atañen a los interesados. Así la aleatoria fortuna será elevada a los promontorios y la deidad se inventara, pero ello tampoco atañe al mecanismo evolutivo.
    Por tanto me temo que el optimista esperanzado, por muy pobre y desgraciado que se sienta vivirá su ensueño biológico de la manera más afortunada porque todo lo que le ocurra lo interpretará en su beneficio, aunque para ello deba perder su condición vital: aparentemente una fijación del primer punto.....me parece.

    Por supuesto todo lo expresado anteriormente es producto de la simpleza de mis conexiones neuronales. Me consta que sonará a perogrullada de vieja.... será porque llevo “instintivamente” toda una vida a través de las más diversas circunstancias observando cómo funcionan sus entresijos; pura estadística correspondiente a un estado natural biológico, que sigue jugando a extrapolar con aleatoria fortuna, según. Algun@s considerarán que se trata de imaginación, Allá cada cual con cual con sus percepciones, suyas serán y les enterrarán, como a mi las propias. A la ciega evolución le resulta indiferente.

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    1. De acuerdo con lo que dices, pero nada de simplezas neuronales, ni de perogrullada de vieja. La perspectiva temporal y lo vivido
      nos permiten visionar y enjuiciar las cosas pasadas de manera más sensata. Siempre que no creamos ni en la publicidad ni en los medios, por supuesto. Ya descarté hace tiempo la religión y relativicé la política para atarla al justo e imprescindible punto en que nos resulta necesaria. No solo se trata de creer en supuestos mundos mejorables sino en tener presente la violencia latente y condenarla al ostracismo. Nos rodea una agresividad gratuita que no dice sino de la frustración del individuo y de la falta de confianza en uno mismo para sujetarla y relegarla a un plano que no intercepte otras vidas. La Odisea es nuestro recorrido vital y sería más cabal prescindir de grandes aspiraciones y procurar un cierto orden en que todos nos movamos sin tierras prometidas, hoy en manos de una fascistización muy peligrosa.

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  2. Siempre los hombres buscando que otro/a -un/una iluminado/a- los guíe en el proceso de tomar decisiones...

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    1. La dejación es un mal: a veces se justifica con la propia ignorancia. Pero la entrega al capricho del otro (así ascienden los totalitarismos) es una perversión.

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