DESCRIPCIÓN de un amanecer lento. Te apoyas sobre la barandilla oxidada, el agua escalando el farallón. Te salpicas de su baba furiosa. Un solo olor, una misma corriente, una exquisita soledad. Estremecido ante el ruido ensordecedor, universal y épico, de la masa turbulenta, aturdido por tu inquietante y endeble condición, deseas que el instante permanezca. Sin mácula, incorporal, desposeído. ¿Cuántos milenios tendrá esta convulsa belleza de las tinieblas que me engulle?, piensas con ingenuidad. Rumor de galopada, estremécete ante el paso de los jinetes negros. El orto agazapado, tú inerte, arañando con las garras de la confusión los contrastes. La luz, la oscuridad; la serenidad, la agitación; la apariencia, la hondura; lo denso, lo leve; el tránsito, la muerte. El vacío, la sustancia. Tanta desmesura te hace crecer -¿no te tenías por disminuido ante el abismo?- entre los objetos invisibles, a los que pones nombres. O tal vez los invocas. Pero lo invisible ¿tiene forma, voz, rostro? El llanto de cuanto pereció antes que tú exclama con angustia para que comprendas. Envuelto en la humedad intuyes el océano, amas su invariable aspereza. No llega el día, el deseo te agota. Pero ¿qué amanecer esperas? ¿Qué clima, qué claridad, que dulzura que rehagan y moldeen tus carnes angostas y ajadas? Inhóspito aislamiento al que te aferras inútilmente. Nada de lo perdido te será devuelto.
(Foto de Eddy Van Gestel)
y a esos amaneceres suceden ocasos no menos confusos
ResponderEliminarEn ocasiones como si no llegasen.
EliminarEs cierto, nada de lo perdido nos será devuelto... Pero lo tuvimos y ya por eso vale.
ResponderEliminarY cada vez hay que darlo más por hecho. No te digo cuando desaparecen personas que encarnaron parte de lo que tuvimos...
Eliminar...Sin embargo, al salir el sol, una puñalada de razón le sacó de su adormilamiento y la diosa Retribución, que estaba de su parte, le permitió conjurar a los caballistas negros.
ResponderEliminar...Entonces se sintió más oscuro todavía que el firmamento invisible y, no obstante considerar una traición su entrega a la diosa crematística, decidió que si había que vivir la vida que fuera razonablemente...
Eliminar...Así, racionalmente y desde una barrera, eligió su camino de vuelta al útero materno.
Eliminar...en un salto mortal de incierto resultado, quejándose de que la vestal racionalidad no lo hubiera previsto
EliminarPOST SCRIPTUM: Su salto mortal le catapultó a la Indochina francesa desde donde, levitando entre las vaharadas de bruma que desprendían las inocentes amapolas de su huerta, recordaba de forma placentera la barandilla oxidada, el farallón, la baba furiosa y la belleza de sus tinieblas. Y deseaba que esos instantes permanecieran.
EliminarIntuyo que usted sabe o cree saber que allí conoció a Marguerite; pero esa es otra historia.
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