No cesan de inventar, esta vez para controlar sospechosos, dice la policía china. Unas gafas que sabrán distinguir al malo del bueno, al fichado de clase A del fichado de clase B (porque fichado está todo el mundo), al penado del preventivo. ¿Distinguirán también al corrupto del chorizo común? ¿Al acosador que discretamente acosa a su partenaire del que lo hace descaradamente? ¿Al cuadro sutil de una empresa del encargado arreador de una fábrica? ¿Al mando de una autoridad que es sibilino en su abuso de poder del que se pasa kilómetros de muralla china en sus métodos? ¿Al delictivo empresario de guante blanco del autónomo que trapichea para llegar a fin de mes? ¿Al turista rico del turista pobre? ¿Al inmigrante adinerado del inmigrante miserable? ¿Distinguirán al que tiene las ideas del régimen de las que calla el disidente? ¿Al que cree en un dios o un zen del que no cree en ninguna divinidad? Creo que para ciertas visiones no se necesitan gafas especiales, pues los personajes que encarnan la obra cotidiana resaltan por sí solos, bien por su ostentosidad o bien por las carencias que exhiben. Así que uno mismo se responde: todo se andará, una vez descubierta una técnica se acaba perfeccionando al día siguiente. Las gafas ¿acabarán con los especímenes del chivato, del infiltrado, del traidor o del arribista que vende a su hermano por el plato de lentejas? Supongo que no necesariamente. Muchas técnicas han desplazado a métodos anteriores, pero acaban coexistiendo. Todo es complementario en esta vida, para el afán persecutorio del control social.
(Fotografía de AFP tomada de El País)
Bien, a lo que vamos.
ResponderEliminarServidor, para no quedarse estancado en referencia a los estudios, y para no olvidar lo aprendido, en referencia a la edad, hizó el año pasado un posgrado (eufemismo de págate tu un año de carrera y aporta dinero al Estado) en Ética Aplicada.
Me llevó este posgrado una profe genial, que es miembro representativo del Comité de Bioética Español, la Dra. B. Román.
En tu entrada, y dado que no nos referimos a humanos, sino a máquinas (las gafas), voy a aclarar una cosa. Estas gafas dan un salto cualitativo, y ya no hacen de robot (obedecer unas premisas), sino de humanoides (separar el malo del bueno) , dándole capacidad de actuación y aceptando su veredicto como el justo (oiga, la gafas dicen que ud es un estafador ).
Estas gafas deberían haber pasado antes por un Comité de Bioética para saber si se han o no de utilizar, porque lo que es evidente es que una máquina no puede juzgar y resolver.
Ya ves, la cosa tiene su miga, pero hay tantos casos que te quedarías parado y que salen a relucir y todos referentes a los humanoides, que son los que tienen capacidad de decisión, que de verdad empieza a dar miedo.
Un abrazo.
Tiene su miga, mucha, y parece indicar que es el futuro. Y luego los tontos y dogmáticos dicen que no existe la evolución, ya ves, incluso llegada desde el artificio.
Eliminarqué pereza y qué tristeza!... vaya mundo que les dejamos a nuestros nietos! por que nuestros hijos ya lo están sufriendo...
ResponderEliminarPues hay un refrán que dice que cada palo aguante su vela, y no es despreciativo, sino preciso. Cada tiempo cada manera cada sociedad cada individuo.
EliminarEso mismo, que cada palo aguante su vela. Porque como ya nos dijo Heráclito: Nadie puede beber agua dos veces en el mismo río.
EliminarPero se puede beber agua y hacer las necesidades en el mismo nombre del río, y ahí está el tema: nos hemos quedado con lo secundario, el nombre. Sin querer reconocer que lo que importa es la corriente.
EliminarPues me temo, caballero, que no existe corriente alguna. Ni río.
EliminarPeligrosa percepción, y además maximalista, ¿no cree?
EliminarTal cual. ¿Y sabe usted qué? No me puedo concentrar en lo mío.
Eliminarduro refrán el del palo y la vela; en cuanto al Heráclito dixi, impreciso.
EliminarLo es, sin duda, pero realista cuando se rompen todos los puentes. Y hablo en general, en la vida del individuo y en la colectiva.
EliminarDesde niña,cuando todo resultaba tan simple como nos lo vendía la sociedad, pero con instinto empresarial inconsciente de natural, soñaba con una maquina que distinguiera la pereza de la productividad! Jaajj, menuda tirana !!! Afortunadamente la sociedad se libró de otro dictador sagitado, uno de muchos. Ayyyy, qué pena. Comprenda vd. que le agradezca esta información para echarme unas risas, introvertidas, por supuesto, que aun no preciso camisa con mangas atadas a la espalda!
ResponderEliminarNi tienes por qué. ¡Que se las pongan ellos, ya sabes!
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