Cuando despertó al primer canto del gallo, el durmiente advirtió alborozado que la matraca mediática y cuanto se agitaba detrás no seguía ya sonando.
(Solo más tarde, cuando se libró de las legañas, comprobó amargamente que la ilusión había sido parte del sueño, como corresponde a los durmientes)
(Ilustración de Gustave Doré)
La naturaleza humana resulta elemento de lento despertar. Si hubiere algún adelantado debería tejerse pijama o armadura de valor y paciencia. Pena que ese sueño aparezca en el tramo final de la existencia ....y eso con suerte!!
ResponderEliminarPues ya es bastante. Aunque hubiera aparecido antes no se nos habría hecho caso. No nos inquietemos ante tanto estropicio en ciernes, ¿y lo que hemos disfrutado antes? Claro, están nuestros descendientes, se dirá. Ay. Callo aquí.
EliminarA eso mismo me remito a forma de consuelo: "y que nos quiten lo bailao". Somos afortunados de poder pensarlo.
EliminarEsta vez a la primera!!
ResponderEliminarEstamos vendidos a la técnica y su despotismo. Me alegro.
EliminarCuando"itinero" suele ocurrir. Será que el dedo además de loquillo, "torpe".
EliminarYo llevo unos días levantándome con cierta desconfianza. Temo que las noticias de primera hora traigan la fatal noticia de lo irremediable.
ResponderEliminarY no es solo eso. No me gusta la actitud victimista y "heroica" que estoy viendo en imágenes estos días. Se está jugando a un episodio anterior. Es aquello que siempre me gusta recordar del 18 Brumario de Don Karl, que los que juegan a revoluciones se disfrazan de revolucionarios de otra anterior. En la partida de las irresponsabilidades es difícil saber cómo acabará el campo de ganadores y perdedores, si habrá tablas o si saldrá el tablero despedido. Pase lo que pase las cosas no van a seguir igual.
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