No sé por qué elegí aquel extraño camino. Avanzaba la tarde y la niebla iba reduciendo mi mirada. Un hombre, o su silueta, ocupaba la distancia que había delante. No sabía si venía hacia mí o se alejaba. Podía ser yo mismo que avanzaba unos pasos y luego retrocedía. La boira es un espejismo que distrae la senda en la que te encuentras sin saber bien cómo y por qué has llegado a ella.
Un hombre, o apenas el esbozo de un cuerpo, crecía y disminuía a medida que yo apresuraba mis pasos o bien los refrenaba. Un hombre menos alto que un árbol. Menos hombre que un árbol. No tan definido como los bordes de florecillas. Menos firme que la disposición de los árboles. Si ese hombre, o lo que se le parece, solo es una secuencia de mí mismo aceptaré el rigor, o la bondad, depende, del orden de la naturaleza. Me dije.
Pero un árbol no asusta a otro árbol. Ni la niebla angustia al paisaje que hace desaparecer. Ni las tinieblas desplazan para siempre a la luz. Ni los sonidos de los animales nocturnos se imponen unos a otros. Un hombre próximo a otro hombre es el acecho. Un hombre delante o detrás de otro hombre es la inquietud. Tú mismo, si se da el caso de que eres el otro y a su vez eres tú, en desacuerdo, andando un camino imprevisible, puedes ser el espanto.
(Fotografía de Isabel Gómez)
Son caminos que están más allá del árbol de Minerva, ¿digo bien? ¿debo recurrir a Hölderlin?
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Hölderlin, si lo interpretamos bien, nos conduce a vivir y captar nuestra propia experiencia vital. O al menos yo me lo creo. La boira está ahí, en nuestro entorno, con formas enmascaradas.
EliminarSalud, Francesc.
BOIRA, un termino muy de mi agrado por razones inimaginables. Ciertamente cada cual resulta enemigo de si mismo a eso que se descuide y abrirse en canal para disipar la boira se la exudación....requiere mucho valor y desesperación en la misma medida.
ResponderEliminarEn mi paseo por los tres últimos lustros he descubierto imágenes ad hoc y acordes al arquetipo principal que me ampara. Cuando pueda las publicaré aunque habrán dejado de ser lo mismo, cumplieron su función. Solo el arquetipo permanece y ese protege a modo de árbol nutricio, o arboleda protectora, tanto más da.
Aunque parece que boira se usa sobre todo en Galicia y Cataluña (extremos opuestos de la península) algunos la hemos incorporado a nuestro acervo. Siempre me ha gustado el cruce generoso de términos lingüísticos en un país muy incapacitado para encontrar soluciones práctica en política.
EliminarEsperando tus imágenes ad hoc.