Se suele hablar, harto tópico, de conciliar el sueño. Pero, ¿y si el sueño no fuera otra cosa sino la posibilidad de reconciliarnos con nosotros mismos? El acto efímero, recurrente, que nos desconcierta. Donde nos enfrentamos cara a cara como amigos y sobre todo como enemigos. Los demás personajes que aparecen en él son secundarios. Las escenas, simples tramoyas. La acción argumental, un guión de serie B para justificar el tema principal: la necesidad de nuestro reencuentro profundo y, en la medida de lo posible, verdadero.
(Imagen del film Sunrise de Mornau)
¿ Y los que padecen de insomnio ? a estos les estaría vedado la posibilidad de reconciliación ?
ResponderEliminarNo, amigo FACKEL, creo que no. Que la única forma de reconciliarse con uno mismo es la de estar bien despierto teniendo el valor de decirse la verdad.
Salut
La verdad suele ser engañada por la consciencia. La inconsciencia tiene mucho que decirle al individuo sobre la reconciliación, pienso.
EliminarMolt ben trobat, això de la reconciliació amb nosaltres mateixos!
ResponderEliminarSería de desear, mas no es fácil.
EliminarBueno,del sueño se dice que es reparador y en ese término cabe todo:lo físico,lo psíquico y,por qué no,también lo anímico.
ResponderEliminarSaludos.
Siempre me queda la duda de si lo aparentemente reparador implica reencuentro del ser.
EliminarSi los perros sueñan, ¿con quién entablan el diálogo de los encuentros?
ResponderEliminarExtensible probablemente la pregunta a otras especies que acaso también sueñen.
EliminarCierta la segúnda apreciación de TOT pero tambien cierto que el inconsciente reviste distinto valor para los individuos y podría derivar en una cuestión peligrosa para el sentir de algunos. Otros muchos sencillamente ni se percatan de su presencia aunque se les escape a borbotones por los entre los poros y las entrelíneas, luego atribuyen los hechos a circunstancias diversas externas a si mismos y a correr echando balones fuera.
ResponderEliminarEn cuanto a la autoreconciliacion me parece que es la mejor decisión puesto que no nos queda otra al ser nosotros mismos el individuo más cercano con quien nos topamos cada vigilia.
Pues nos pasamos la vida como conscientes sin reconciliarnos, ya no sabe uno qué pensar.
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