Una soga gruesa se deslizaba de habitación en habitación, ascendía por las escaleras y penetraba en el sotabanco, sin que nadie acertara a encontrar el cabo del principio y mucho menos el del final.
(Fotografía de Andreas Heumann)
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Como la vida misma ... desconocemos de donde y a donde.
ResponderEliminar¿Ley de vida? o que nos gusta comernos el tarro ...
Ley de la condición, obviamente, con sus márgenes de conocimiento y de confusión.
EliminarChico listo ...
EliminarQué va, simplemente la inercia de la travesía.
EliminarPues para dejarte llevar lo planteas de puta madre hummm
ResponderEliminarQuiera uno o no quiera, hay una inercia: biológica, cultural, etc. Inercia no necesariamente significa destino.
EliminarInercia y destino es algo así como los hemisferios para una mujer como yo.
EliminarEs hora de retirarme ... con vuestro permiso caballero Night