Una hermosa mujer joven, de aspecto árabe -ojos negros y profundos, cabellos intensamente morenos, cejas marcadas, labios curvos y asentados, pómulos mesurados donde erupcionan unos hoyuelos que se abren y cierran caprichosos, actitud discreta- me mira con cierto arrojo desde su mesa del café. Yo la devuelvo la mirada, ella busca de nuevo la mía, yo disimulo pero la arriesgo nuevamente, la mujer la aparta y torna a desafiarme, yo cedo y la sujeto a través de un lenguaje visual que acepta y nos confunde a ambos. Se levanta repentinamente y trae hasta mi mesa una taza de café denso, en cuyo aroma se envuelve ella misma. Me lo ofrece en su idioma pero yo cometo el error de responder en farsi. Se siente despechada y vuelve con naturalidad a su mesa, desde donde no puede evitar escudriñarme fijamente de nuevo. Y es en el momento en que esboza para mí una sonrisa espontánea y cómplice porque ha volcado parte del café sobre el mantel cuando suena el pitido de la cafetera que me estaba preparando antes del sueño y me sobresalto. Pero no hago nada por apartarla del fogón, aunque el café se desborde, buscando ciegamente el hilo que me mantenía en otro mundo.
(Fotografía de Evgeniy Shaman)
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A veces hay que soñar un rato.
ResponderEliminarBeso.
Yo me arriesgaría a decir que con frecuencia, por la cuenta que nos tiene.
EliminarQué bronca da cuando ese buen hilo se rompe!
ResponderEliminar=)
No lo sabes tú bien, el soñador se pone entonces a prueba, en un territorio de nadie dentro de sí mismo.
EliminarUn sueño es como una película rodada por nuestra mente.
ResponderEliminarNo tiene guión, por tanto va por libre; recuperarla imposible y retenerla no digamos.
Como decía Calderón ... los sueños, sueños son.
No siempre ni sólo ni algo a desdeñar...Lo malo es cuando un sueño se revela acaso como deseo...
EliminarPero a estas alturas de la vida nos vamos a rebelar? o es que en nuestro subconsciente hay fotogramas que no conseguimos descifrar?
EliminarUna falta ortográfica puede dar al traste con algún que otro deseo ...
Como soy un posibilista de la vida, que pienso que ésta es plural y sorprendente, pues quién sabe qué tipos de rebeliones nos esperan todavía. Pueden ser menos mediáticas y aparentemente menos simbólicas que las de juventud pero no descartemos la rebelión del día a día, que cada cual mantiene en diálogo con los cuerpos de dentro y los de fuera.
EliminarLo de la falta ortográfica...¿sí, puede ser tal como dices?
Hermoso sueño. A veces no sabemos si vivimos o soñamos. Eso parece que le pasa al protagonista de tu historia.
ResponderEliminarPero nada de la vida consciente es ajena en los sueños; estos la revuelven, simplemente.
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