¿No es una de las características que más nos persiguen la borrosidad? Incluso con aquellos acontecimientos, simples vivencias o personas que han transcurrido a nuestro lado se va imponiendo su lento proceso de difuminarse. No digamos ya objetos, paisajes. Todo comienza al alterarse en nuestra mente la memoria de su corporeidad: la dimensión varía, las formas se modifican, los contenidos se vuelven cada vez más recónditos. A continuación o paralelamente a lo anterior, es el significado lo que ha mudado. Careciendo de sentido cualquier objeto, situación o individuo van desprendiéndose de nosotros. Una lenta evaporación, un sutil desvanecimiento de imágenes. Más adelante, gran parte de lo que hemos visto, escuchado, interiorizado extravía su configuración y se van borrando. ¿Qué parte de lo que atendimos llegamos a retener? Probablemente algunas sensaciones, no en estado puro sino incluso mixtificadas. Un no sé qué traducido en algo que nos resulta aún grato o bien en aquello que nos repele. Un ápice de sentidos deambula dentro de nosotros como corolario, pretendiendo permanecer aún cual signo umbilical respecto a lo que fuimos. No es fácil entender la vida como desprendimiento. Esa andadura por inercia, hasta que deja de ser -de haber, de manifestarse, de sentirse- todo. Cuando el concepto Yo muere.
(Las fotografías que, sin querer, salen borrosas me han atrapado siempre. Desfiguran lo real para invitarnos a releer su significado. El hieratismo de la imagen perfecta cede paso a una imagen haciéndose, como si el interior de la cámara, que sabe de ello, lo dejara escapar para nuestra reflexión o nuestro goce visual. Difuminar un objeto no es feo. Al fin y al cabo es nuestro destino personal. ¿Cuánto de nosotros mismos no se desvanece cada día sin que se recupere jamás?)
Algunas imágenes creen ganar belleza por falta de nitidez.
ResponderEliminarCreencia no válida para quienes pretenden claridad conceptual.
Realidad subjetiva? Según el plano de observación. Solo el presente cree definir y pierde su delineación al convertirse en pasado.
Tal vez las imágenes vaporosas hablan con más autenticidad y en otras dimensiones que las tan aparentes y obvias. El plano de observación y el receptor, según su propio instante vital.
EliminarLo borroso puede dar lugar a grandes reflexiones sobre la vida. Aquí has esbozado cuestiones muy interesantes.
ResponderEliminarCada vez inquieta más las borrosidades: la vista, la memoria, las mermas...
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