"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 16 de agosto de 2015

Hallazgos: rompecabezas





















Si alguien me llega a decir hace años que esta imagen de un rompecabezas infantil iba a ser también metáfora de un rompecabezas de adultos no me lo hubiera creído. El problema es que ya no sé cómo interpretarlo ahora. Una vez que uno ha perdido la inocencia y no le queda ápice de fe en lo irracional. En un mundo en que siguen cundiendo los monstruos del desatino y en el que tampoco resulta fácil identificarse con héroe alguno.





4 comentarios:

  1. Pues ya ves que el rompecabezas se te ha convertido en un galimatías, aunque vislumbro que la espada del rey Arthur...uyyy¡¡¡ no, no...de Jordi quería decir..uyyy...uyyy Jordi tampoco que está imputado... En fin, ostras, que digo que eso, que vislumbro y el que vislumbra no está obligado a más ...Uyyy ...uyyy no quería decir más...queria....
    Leches con la entrada ¡¡¡ Lo has hecho a propósito ¡¡ para engiñarme el rompecabezas que tu no puedes resolver ¡¡¡¡¡
    Ufff , vaya follón.

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    1. Sí, con alevosía y premeditación, y no te oculto que, en principio, había pensado en dedicar la entrada a mis amigos de Barcelona y el Vallés, pero de pronto me di cuenta...¡pero si el rompecabezas es de todos! ¡Si el problema del resto no es menor pero también por la manera de ser y no ser del resto! En fin, dejemos el tema en un hallazgo de infancia de donde vienen viejos dragones conocidos y otros ignotos, y que cada cual lo interprete a su manera. Sí, vaya follón.

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  2. El dragón tiene clave!!!! , me parece. Aunque cada quien la interprete a su manera. Personalmente interpreto que cuando te engulle, te digiere para que una parte de ti pase a formar parte de su naturaleza y lo defecado, aparentemente inerte pero lo suficientemente purificado e inconsciente sirva para retroalimentar una tierra esquilmada por tanta espadita.

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    1. Pues es una interpretación, pero con los dragones ocurre como con la ballena de Jonás, que nos acaban vomitando al mismo suelo de todos los días. La luna, más decrecida.

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