"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 13 de julio de 2015

Aducción
















Créeme. La otra noche soñé que hablaba con mi cuerpo. En cierto modo era incluso otro hombre. Alguien que esperaba que dentro de mí le hiciera preguntas. Le preguntaba: cuerpo mío, ¿qué puede hacer mi voluntad para salvarte? Y el cuerpo me respondía: trata de ser nuevo. Y yo insistía: ¿cómo puedo ser nuevo si tú estás cada vez más desprovisto de energías? Tal vez, me proponía, tengas que pasar por algunas purificaciones correspondientes y, si bien no podremos nunca ser más jóvenes, al menos tú y yo viviremos en cierta armonía, sin mortificarnos el uno al otro. Aunque el recuerdo del sueño se va diluyendo sé que le preguntaba: ¿estoy todavía a tiempo? Y evaporándose el diálogo alcancé a retener las palabras de mi cuerpo: aún lo estás, pero no de la misma manera; y si reflexionas a fondo tampoco nunca lo has estado. Piensa que yo soy también la condición hogareña de tu voluntad, me decía, pero debes atender a los signos del tiempo...Y ahí el sueño periclitaba.



(Fotografía de Evgeniy Shaman) 


4 comentarios:

  1. el cuerpo se comunica permanentemente con nosotros, si consideramos que la mente es algo más que una parte de él
    increíble pero igualmente posible situación
    salut

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    1. Probablemente una parte de la mente, el producto pensamiento, emociones, sentimientos,etc. sean expresiones, proyecciones del cuerpo. Yo no sabría decir dónde empieza y termina el cuerpo. Aquello de cuerpo y alma se quedó viejo hace mucho. Creo que quien más o quien menos vive en un diálogo continuado con su propio cuerpo. Otra cosa es que haya obsesiones, manías, perturbaciones...salud siempre.

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