Llegados a la conclusión de que el cuerpo si no da guerra es que ya de por sí proporciona felicidad, ¿no es un alivio a mayores disponer de una buena novela a la que aún no hayas hincado el diente, porque la tenías aparcada sin que nadie te hablara de ella?, me sorprende Walden. Nos conformamos con poco para sentirnos aliviados, le respondo. Yo diría más bien, me corta él, que somos exigentes y, sobre todo, insaciables.
(Fotografía de René Groebli)
Pero algunos resultan insaciables por demás, hace años comencé a leer, y nunca pude dejarlo.
ResponderEliminarSaludos
J.
Huy ese veneno, huy...que nos trastorna. ¿Nos trastorna?
EliminarSaludos cordiales, José.