Le escucho con curiosidad: si volviera a nacer prestaría más atención a todo lo que han hecho los hombres con sus manos. Preguntaría, pediría que me enseñaran. Manos artesanas. Manos alfareras, tejedoras, forjadoras, curtidoras, carpinteras, guarnicioneras, sembradoras, encuadernadoras, tintoreras, tañedoras, sanadoras. ¿Por qué la mano es femenina, aunque tenga callos y esté desfigurada por el ejercicio brutal? He observado mil veces a artesanos bastos o deformes o introvertidos, me he asombrado con qué delicadeza trataban el barro o pasaban la garlopa o estiraban las pieles. Diálogo de sus manos femeninas con la materia prima, un pulso a través del cual sólo el artesano podía captar lo que ésta le fuera diciendo. Una relación bilateral. Se me antoja que incluso amorosa, dice Walden con cierta cursilería. ¿Se te ha ocurrido alguna vez, le digo, en qué pensarían los artesanos, más allá de ese diálogo reflejo, a medida que avanzaban la tarea? Walden: sí, supongo que en sus vidas, en sus ilusiones al principio, en sus cuitas por mantener a salvo la actividad más tarde, en su desamparo a medida que avanzaban los años. Pensarían, al fin y al cabo, en su soledad. Pero insisto: si ahora mismo fuera joven me pondría manos a la obra, tal cual, literalmente. Al fin y al cabo, ¿qué proporciona más satisfacción, la relación entre humanos o la transformación de la materia?
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Mira, hoy he estado más de 40 minutos haciendo cola en el mercado y sólo para comprar un pollo.
ResponderEliminarpero es que la señora, ya entrada en años, que atiende la pequeña parada en donde los compro, lo hace artesanalmente, no analmente como los comprados en el super.
Cortar, deshuesar, pulir, colocar y mimar el producto lleva tiempo. Yo estoy dispuesto a esperar.
Salut
Admirable tu conducta y, sobre todo, tu paciencia, hermano. En mis tiempos inocentes me mandaban a por gallinas o pollos ¡vivos! que luego en casa mi padre se encargaba de preparar para el sacrificio y mi madre para el condimento.
EliminarEmmanuel Kant decía que la mano era un cerebro externo, y Anaxágoras llegó a afirmar que “el hombre es inteligente porque tiene manos”. Las manos son, por así decir, "el pueblo del cuerpo", y a ellas le debemos en gran medida nuestra sensibilidad.
ResponderEliminarSalud
No andaban descaminados. La capacidad perceptiva que nos llega a través de ellas, si bien sirve a las intenciones del cerebro, creo que a su vez modifican y hacen evolucionar a éste. Desde que el primate aquél, o aquellos, bajaron del árbol y tomaron una vara...Sensibilidad para hacer y para disfrutar del tacto.
EliminarNada que ver...o sí, el lenguaje de las manos es el más sincero que existe. Cuando tocamos trasmite lo que sentimos y cuando nos tocan, si lo escuchamos, lo sentimos.
ResponderEliminarSaludos.
Sobre todo en el apretón, ¿verdad? ¡Y que horror me producen los apretones pusilánimes que no entregan su mano! Dice ya mucho del otro, a mí al menos me ponen en guardia.
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