“No sentir nuevas cadenas. Mientras no sentimos que dependemos de algo, nos tenemos por independientes: un razonamiento falso que muestra cuán orgulloso y ansioso de poder es el hombre. Pues admite aquí que bajo cualquier circunstancia debe advertir y reconocer, en cuanto la sufre, la dependencia, bajo el supuesto de que habitualmente vive en la independencia y, tan pronto la pierda excepcionalmente, notará un contraste del sentimiento. Pero, ¿y si fuera verdad lo contrario: que siempre vive en múltiple dependencia, pero se tiene por libre cuando por hábito prolongado ya no nota la opresión de la cadena? Sólo las cadenas nuevas le hacen sufrir: libertad de la voluntad no significa propiamente hablando nada más que no sentir nuevas cadenas.”
Así habla Nietzsche en El caminante y su sombra. Por mi parte, tal vez aguijoneado por la extrema lucidez del filósofo, me pongo a buen recaudo de las inútiles lecturas y vanas escuchas cotidianas. Necesidad de alejarse uno de los ruidos y los fuegos artificiales que se producen en el esperpéntico corralito.
(Imagen de Bill Viola)
A buen recaudo, a ser posible mejor recaudo, total, ya puestos.
ResponderEliminarNo he dicho fuga, sino recaudo, precaución extrema.
EliminarYo tampoco he dicho fuga, mas bien me refería a prudencia elevada al plano de arte. Jajjj, cosa de viejos con demasiados costurones a la chepa..
EliminarYa lo sé, para algo debe servir tener callos.
EliminarY yo si es posible te acompaño a ese cuarto cerrado de la sensatez. Sí, uno está pelín harto de tanto grito lleno de vacío...Nos queda la inteligencia, "ese sótano negro y sin reputación". Abrazos.
ResponderEliminarVaya, al menos me libras de complejos. Me asquea de qué manera la publicidad se ha metido en las vidas humanas, que hasta lo sensato parece quedar relegado. Lo líquido prima, el ruido, los cantos de sirena, la imagen de los guapos haciendo sonar la flauta por las calles de Hameln (claro que ciertos feos mejor se aparten o con una piedra de molino al cuello, etc.)
EliminarSiéntanse acompañados. He aquí otro naúfrago que intenta resistir -sin las ataduras de Odiseo- a esos cantos de sirena. Otra viajera que aún se obstina en resistir, aunque sea de olas plásticas y pura lata el curso de los ríos y los mares. Gracias por el cataclismo.
ResponderEliminarProbablemente tampoco lleguemos a buena costa, pero la satisfacción de la resistencia es mucha. Gracias, Daniela.
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