Uno no quisiera que su patria fuera solamente el sueño. Que solo le quedara como refugio el sueño físico, y sus derivados, los ensueños. Puesto que el sueño como anhelo de la consciencia dista cada vez más de ser reconocido como un lugar habitable. Naturalmente, también queda otro margen donde, a través de lecturas o escrituras o ciertos coloquios prudentes con otros apátridas, defender la supervivencia. Un espacio, en roce con las restantes pautas de la vida, donde alzar una república personal. Intransferible. Que no sea susceptible de verse interferida o lo mínimo.
(Fotografía de Inés González)
Esa bella imagen me recuerda la de mi verde hogar, vetado para mi circunstancia actual por estas fechas.
ResponderEliminarBella imagen debe ser la de su verde lar, hermana.
EliminarAhí estamos.
ResponderEliminarO som i serem.
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