No permitas, amiga, que te inquiete ese sueño que últimamente se repite en tus noches. Me dices que en él te ves enmudecida. Que tus versos no fluyen y tu voz se paraliza y tus dedos no saben pulsar el lento y grave bárbitos. Me dices que a veces te despiertas estremecida y sudorosa. Piensa que no es sino una venganza miserable del otro lado de ti misma. Esa otra mujer que te habita y que envidia la destreza que has desarrollado, deseando así verte desprovista de los atributos por los que se te reconoce. El lado obscuro suele tentarnos ofreciéndonos en el sueño las riquezas que no poseemos y arrebatándonos los dones que nos hacen valer. Tampoco, Safo, debes tomarte esas pesadillas, por mucho que reincidan, como advertencias ocultas. No hay en ellas clarividencia alguna ni revelan destinos que no podamos descubrir a medida que avanzamos en edad. Muchas personas viven obsesionadas con sus fantasmas, del mismo modo que muchas otras recurren con frecuencia a los oráculos para que les digan lo que son incapaces de conocer por sí mismas. Créeme. Los sueños son pruebas que propician la búsqueda de los placeres en esta vida. Hazme caso y a cada tortuosa quimera de la noche responde al amanecer del nuevo día con pasión. Escribe más profundo, entona con mayor dulzura, desgarra los arpegios del modo más melodioso. Así todos dirán: Safo se ha visto torturada por los sueños pero los ha vencido.
(Fotografía de Manuel Álvarez Bravo)
Por lo menos si una se despierta ve la luz aquí, Besos.
ResponderEliminarBendita antorcha.
Un saludo¡¡¡
Eres muy amable, pero si fuera un destello para mí mismo me conformaría. Un abrazo, Amapola.
Eliminar¿Es libre ya de sus pesadillas?
ResponderEliminarDifícil que alguien quede liberado de los tormentos el sueño, ¿no crees?
EliminarQué bien has plasmado la dicotomía del ser.
ResponderEliminarLa destreza a la luz del día y la inseguridad y la tortura por las dudas durante el sueño o en la noche. Al final ambos aspectos se interpenetran y de esa íntima relación pueden surgir buenas obras artísticas. Safo aquí es un catalizador de la integración psíquica o un símbolo de la incesante búsqueda de la completud.
Un abrazo
Creo que con el título de post-scriptum escribí como una serie. Qué importante es perseverar en la escritura. Siquiera, y es ya mucho, para uno mismo. Qué bien que lo hayas leído.
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