"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 7 de diciembre de 2014

Post scriptum: escucha




Ayer, al llegar a Mitilene, después de visitar los campos de olivos, pasé por la proximidad de tu casa. A través del paseo de jacintos llegaba hasta mi presencia una tenue melodía a dúo. Deduje que tocabas el bárbitos con alguno de tus alumnos. Me senté en los mojones que delimitan la finca para disfrutar de la complicidad del aire que traía la música. Me dije: cada vez afina más los compases mi amiga. No pude resistir la tentación y avancé discretamente, evitando a los perros, hacia el parterre de donde parecía proceder aquella belleza emitida por tus dedos. Sin embargo, al llegar no había nadie. No supe si había sido mi imaginación o la fuerza del anhelo, enigmática Safo, de embriagarme con el tañido melancólico de tu cítara.



(Pintura de Jules-Élie Delaunay)


4 comentarios:

  1. Pura Poesía
    ( de sopetón...¡por fin puedo darle vuelta a esas iniciales!...:) Gracias a ti.

    Besos

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    1. Qué exageración, mujer. Se estima, no obstante, tu opinión. Graciasss.

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  2. Safo la belleza del doble espejo.
    Te felicito Fackel, un texto delicioso.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Un personaje que conocemos poco y mal, como casi todo. Por eso hay que reivindicarlo y, por qué no, fantasear con él.

      Un abrazo mediterráneo.

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