...simplemente, sin más, porque conectas con la gente, no te expulsa el ruido, el ambiente es familiar, te acoge el rock y el fenómeno te parece extraordinario...también porque de pronto se apodera de ti el subconsciente...y es que no siempre tienes que buscar explicaciones para dejarte llevar espontáneamente por los sentidos...la sociología de calle, después...la psicología, en un rincón...ahora mueves, discretamente, eso sí, tus piernas al ritmo, dejas que otros se desfoguen más desinhibidos, porque a su edad aún les pega, y casi mascullas las canciones que los demás conocen al dedillo...porciones de un tránsito festivo, deparado por el azar, porque tú pasabas por ese lugar y no te sentías viejo, y no, no ha transcurrido el tiempo, piensas...ya ves, te permites hasta una licencia fantasiosa: es lo que tienen los sentidos
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Maravillosas fotos. Un saludo y felicitaciones por el blog.
ResponderEliminarGracias, Alex, pero lo espectacular era el ambiente, ese estar de paso por parte de todos, y que los que tocaban eran muy buenos.
Eliminarel rock tiene la magia de ser irreverente, libérrimo, salvaje, fuera de lugar ¡y cómo nos gusta estar, un ratito al menos, irreverente, libérrrimo, salvaje y fuera de lugar!!!
ResponderEliminarsaludos
Coincido contigo, Omar, y eso que en mis tiempos juveniles no fui de sus tribus. No sé por qué ahora lo aprecio más, ¿será por aquello de a la vejez viruelas? Un abrazo hasta ahí.
EliminarTirón de la memoria pasada, otra más. Y el ritmo.
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