Descubrí el país donde pazco en pequeños detalles chocantes que te proporcionan los ojos que vas abriendo en la juventud. Pero sin el Celtiberia show, de Luis Carandell, no habría llegado mi confirmación (supongo que la de muchos otros) Se trataba de aquella sección de Triunfo donde el autor iba recogiendo dichos, dimes y diretes, pequeñas imágenes hilarantes y en ocasiones de tristeza analfabética que concurrían por los solares hispánicos. Y que luego los trasladó a libro. Una especie de popurrí surrealista, donde tenían cabida los comportamientos de los españoles heredados de la picaresca, el esperpento y la ignorancia consagrada como arte de la mediocridad. También el recurso defensivo frente a la sociedad gris, la administración ultrajante y las instituciones dominantes que históricamente solo procuraban para sí. Un caso reciente. Cierto músico natural de un pueblo vallisoletano, además del PP, se sintió traicionado y vendido por la aplicación del 21% de IVA para la industria cultural y al morir dejó dicho a sus hijas que pusiera en el epitafio el texto de la imagen. Es un recurso de perdedor (sí, pero uno de los nuestros, que dirán los del PP) que en sus últimos tiempos se siente abandonado, herido, traicionado y arruinado por los suyos. Le salva el detalle del epitafio maravilloso. Su pequeña e íntima venganza. Ojala el epitafio de José María Bejarano Martín sea mortal de necesidad. Aunque sospecho que ni por esas. Lo triste es que algunos no descubran por dónde van los tiros (aunque sean de los suyos) y, sobre todo, reaccionen y luchen, antes de pasar a mejor vida (aquí, ser de los suyos no les favorece) La relación de Celtiberia show sigue siendo inagotable. Que alguien tome el testigo de Luis Carandell, que hay para largo.
(Foto tomada del periódico digital Público)
Qué decir sino que comparto. Quizás sea esa la razón de mis rechazos varios desde la mas tierna infancia, razón para sentirme tan guiri como la primera educación que recibí.
ResponderEliminarRazón para volver a emigrar. Los corceles huyen de los depredadores.
Pero si esto es el paraíso, hermana, dónde vas a parar, jaj.
EliminarCaramba, ¡ que mal genio ¡
ResponderEliminarEs que los hay de armas tomar incluso después de muertos.
EliminarEres demasidao ingenioso... un gran abrazo.
ResponderEliminarQué va. Si todo consiste en mirar alrededor...y obviamente conjugarlo con lo que uno ve dentro de sí mismo.
EliminarEs muy bueno!! aunque a decir verdad hubiese preferido que el epitafio no fuese el del músico...
ResponderEliminarA buen entendedor...
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