Lo que se deposita en las banderas, en los uniformes y en los pasos marciales se detrae del cerebro.
Botas que se agitan, vidas que se pisotean.
Botas que se agitan, vidas que se pisotean.
Cuanto se entrega a los símbolos se hurta a la libertad del pensamiento.
Por cada seguimiento a la maquinaria de la violencia muere un mundo de imaginación.
Fusiles que se levantan, neuronas que se desperdician.
Gritos energúmenos que se emiten, susurros sensibles que se pierden.
Órdenes clamorosas, palabras de conocimiento que dejan de pronunciarse.
Órdenes clamorosas, palabras de conocimiento que dejan de pronunciarse.
Himnos épicos que se vociferan, canciones de la tierra que se dejan de cantar.
Soflamas contra el enemigo, pérdida irreparable de la bondad.
Mensajes grotescos que se desperdigan para alentar a la tropa, lecturas placenteras que se dejan de hacer.
Por cada industria bélica que se potencia, destrucción de la riqueza de un país.
Mensajes grotescos que se desperdigan para alentar a la tropa, lecturas placenteras que se dejan de hacer.
Por cada industria bélica que se potencia, destrucción de la riqueza de un país.
Por un Dios que se reclaman para sí unos y otros en apoyo a su lid, ¿cuántos hombres se apagan?
Por una Patria Mito que se sublima, ¿cuántas patrias y matrias del individuo son aplastadas?
Por una Patria Mito que se sublima, ¿cuántas patrias y matrias del individuo son aplastadas?
Por el negocio de la guerra de los mercaderes y la hipócrita justificación para bellum de los gobernantes del miedo, ¿cuánta miseria no se genera entre millones de seres?
¿Aprenderán alguna vez los humanos? ¿Aprenderemos?
(Aclaración: el enemigo de estos, que ha tomado antes la iniciativa, va del mismo cariz)
Suscribo.
ResponderEliminarPodríamos hacer una lista interminable, o al menos tan antigua como las epopeyas de la humanidad...
EliminarCierto.
ResponderEliminarMe parece, amigo Loam, que nuestra certeza es de otro calibre respecto a la certeza de los que se mueven tras ese tinglado.
EliminarLos trapos son trapos, de colores, pero trapos.
ResponderEliminarNo me creo ningún trapo, y no mataría por nada ni por nadie, y menos por un trapo.
Los trapos solo sirven para limpiar la mierda, y la mierda siempre se compone por un primer plato llamado nacionalismo, un segundo llamado ignorancia y un postre llamado "nosotros somos mejores".
Salut
Yo cambiaría el orden e incluso lo reduciría todo a la ignorancia.
EliminarY dos :
ResponderEliminarLos mares de banderas la invento es "fascio" italiano y las recuperaron los regímenes totalitaristas de diferentes signos.
La bandera de ayer era signo de identificación o necesidad. La bandera de hoy, la contemporanea, no tiene lenguaje, es muda y fija. Le ponen detrás una leyenda bien construída para que cualquier imbécil sea capaz de matar por ella.
Hoy la bandera es más signo de exclusividad que de integración.
Un abrazo
Salut
De signos distintivos antiguos para reconocerse entre tropas, facciones, mesnadas y ejércitos varios a símbolo de totalidad (qué horror totalizar al ser humano) con que ha sido acogido en los últimos siglos ha variado el significante. Yo tras los que toman con ese aire las banderas solo escucho estas palabras: MÍRENME, SOY EL MÁS MACHOTE.
EliminarUn abrazo, Miquel.
Yo un dia dije que no se si seria capaz de matar por mi bandera, sigo pensando lo mismo, no se. (perdon la falta de acentos)
ResponderEliminarEs que cuesta tanto identificarse con la bandera que siempre es de otros...y para otros fines, ¿verdad?
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