Subo fatigado las escaleras helicoidales de un edificio cuya zona más alta parece confluir en un vértice. De pronto la torre se muestra inconclusa y desmesuradamente abierta al cielo, el aire sopla con intensidad y la noche se precipita. Me dispongo a bajar, pero los peldaños ya no están y una voz me grita: No te muevas, no hay más allá.
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Visió inquietant, onírica, piranèsica. Sempre anirem avall perquè el caos ens crida amb força gravitatòria. Avall i a les fosques, o tenebres exteriors.
ResponderEliminarPiranesi es el no va más. Dibujante del submundo, de las ruinas, de lo lóbrego. Me encanta, mira me has recordado que tengo que pasarme un día de estos a ver una exposición de sus trabajos.
EliminarLa aspiración triunfalista de nuestros ejecutivos agresivos (sea cual sea su profesión o su unción) por llegar a lo más alto suele deparar algo peor que la caída: la incertidumbre y la confusión, el no saber dónde llegar cuando no hay suelo bajo los pies.
Vértigo y angustia potenciándose mutua e irremisiblemente.
ResponderEliminarSí, dos viejos compañeros de viaje...
EliminarO, simplemente, espanto.
ResponderEliminarA veces se apunta.
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