Me veo pasando las hojas de la partitura de las Variaciones G. que el solista tiene sobre el piano. De pronto el pianista se sacude las manos, abandona su posición encorvada, y me cede el desastrado taburete. ¿Por qué yo?, le pregunto; pero él se aleja tecleando con sus dedos ágiles sobre el aire.
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¡Buen fin de semana, Fackel!, besos y que seas feliz
ResponderEliminar(¿son de Bach esas Variaciiones)
Las Goldberg, en efecto, Tan brillantes, tan de quedarse en el cerebro con sus devaneos. Feliz descanso semanal, Bara. ¿O mejor así 幸せな週末 ?
EliminarEntiéndeme, no es que no seas merecedor de ella, pero dudo mucho que Glenn Gould te cediera su queridísima silla (el piano, tal vez).
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, aunque en lo onírico todo es posible, acaso una herencia, aunque peligrosa chepa me esperaría.
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